20.2.06

Marcial

Murió esta noche. Un buen hombre. Un científico brillante, de los que ya no hay en la Universidad. Hablaba con soltura varios idiomas, entre ellos el francés y el inglés, y empezaba a manejarse en alemán (venía de dar unas conferencias en Viena). Nunca le intereró medrar ni hacer carrera, sino invesitigar y formar una escuela. Ambas cosas las hizo muy bien. Daba las clases en el idioma que le daba la gana, en castellano, en inglés o en francés. Un espíritu libre en una universidad aborregada. Lo importante es que mi alumnos aprendan, me decía.
La química pierde a uno de sus mejores cerebros en España.
Cataluña pierde a un gran científico.
La Universidad Autónoma de Barcelona, a uno de sus mejores y más antiguos cátedros.
Jimena pierde a su padre.

Y yo, no sé porqué, sólo puedo acordarme de Gil de Biedma :

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

1 comentario:

  1. Anónimo1:37 p. m.

    Te acompaño en el sentimiento, pero no dudes que la obra continúa más allá y, aquí, en vosotros y sus alumnos...

    Quedéme y olvidéme,
    el rostro recliné sobre el Amado,
    cesó todo y dejéme,
    dejando mi cuidado
    entre las azucenas olvidado.

    S. Juan de la Cruz

    Partimos cuando nascemos,
    andamos mientra vivimos,
    y llegamos
    al tiempo que fenescemos;
    assí que, cuando morimos,
    descansamos.

    Jorge Manrique

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