1.3.07

Viaje a lo desconocido

Se acerca el cumpleaños del Perdíu y Jimena le ha preparado una sorpresa. Mañana por la mañana partiren en avión rumbo a algún destino que ella ha elegido y que El Perdíu hasta que tenga entre sus manos la tarjeta de embarque.
El Perdíu no miente si dice que cuenta las horas hasta ver dónde irán. Estarán de vuelta domingo…
Como no sabe dónde van, El Perdíu no sabe si podrá mantener actualizada la bitácora durante este tiempo. En cualquier caso, se propone al desocupado e improbable lector un doble juego.
  1. ¿Dónde cree que van El Perdíu y Jimena? Se admiten apuestas
  2. ¿A dónde le gustaría ir al lector este viernes, sábado y domingo?
PS. Unos mierdas. Son todos unos mierdas.

7 comentarios:

  1. Anónimo9:13 a. m.

    Disfruta. Recién incorporado a mi recién descubierto Google reader, me enteraré de tus cambios sean cuando sean. Pásalo bien en... mmm... ¡Venecia! (¿sorteas algo? :)

    ResponderEliminar
  2. Anónimo11:27 a. m.

    Como os conozco a los dos y sé de vuestro interés por todo lo centroeuropeo, me inclinaría por Berlín o Praga. Aunque creo que, finalmente, irás a Londres.

    Un abrazo y pasadlo bien.

    PS-Perdiu,te aseguro que no tengo ni idea.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo11:41 a. m.

    Felicidades y ....apuesto por ¿Roma città aperta?

    ResponderEliminar
  4. Mi pronóstico es Dublín; aunque no me tire de la lengua para decirle donde le enviaría yo... ;-)

    Sigui on sigui, moltes felicitats!

    ResponderEliminar
  5. Anónimo12:50 a. m.

    creo que Berlín sería un buen destino y si no siempre os quedará París. felicidades.

    ResponderEliminar
  6. Lisboa era brisa de Alfama y de mar,
    mar como lanzada de sal sin secar.
    Lisboa era el mundo, Lisboa era luz
    Lisboa era mía, Lisboa eras tú.

    Lisboa era un puerto donde yo atraqué,
    Lisboa era un sueño dentro del cuartel
    que tus labios dulces supieron romper
    Lisboa te amaba, como yo te amé.

    Derramando besos llegué hasta el final,
    donde las palabras no quieren hablar.
    Me serví otro trago, y otro trago más:
    Lisboa era el paso hacia la eternidad.

    Lisboa pedía el poema mejor,
    la mirada más tierna, flores, la voz,
    la sangre más joven de mi corazón
    Lisboa era el tiempo, Lisboa era yo.

    Lisboa de barcos, turquesa y hollín;
    Lisboa y tu pecho, Lisboa y carmín.
    Lisboa era un verso, Lisboa era el sol
    Lisboa no tenía herida y lloró.

    Lisboa fue lluvia, tabaco, y canción
    Liboa fue como un desgarro de ron
    que prendió en la almohada cuando amaneció
    Lisboa gritaba cuando dije adiós.

    Lisboa me grita diez años después
    la voz más amarga, más dura que ayer.
    Lisboa me cuenta que te abandoné
    y Lisboa te ama como yo te amé.
    Gabriel Sopeña

    ResponderEliminar
  7. Yo apuesto por Lisboa.

    ¿He acertado?

    ;o)

    ResponderEliminar