30.5.09

El cochecito leré

Son entrañables. Nuestros socialdemócratas. Llegando tarde a todo pero, eso sí, llegando a lo bestia. Su doble moral y su capacidad para dar lecciones son legendarias. Fueron los primeros en descubrir que en la Europa finisecular, la imagen crea la realidad, y ahí se han instalado.

Ahí está el rollo de las ayudas al automóvil. El tema gobernanza, ya se sabe. Resulta que los contribuyentes tenemos que arrimar el hombro para que las grandes marcas de automóviles no cierren. Hala, jódete. El caso es que el gobierno, para que pareciera que tal, limitó las ayudas a los coches no contaminantes, porque ya se sabe que el planeta está a punto de desaparecer y los que no se sometan al complejo climático industrial son unos herejes hideputa a sueldo de las petroleras. Pues bien, llega el gobierno más ecologista, más molón, más sostenible, más respetuoso con el medio ambiente y ¡zas! Se carga el límite. Resulta que en Cataluña, pese al titular patético del periódico que dirige el hermano del consejero Nadal, se va a  financiar la compra de coches contaminantes.

Toma molinillos de viento, toma sostenibilidad y toma gilipolleces. Eso sí, siguen siendo los más concienciados del universo.

No me digan que no es entrañable ver al tal Huguet defendiendo el dinero público para comprar coches que se cargan al planeta. Y también la respuesta que le da a una de las menestras de cuota cuando se lo recuerda: que no es asunto suyo.

Bendita socialdemocracia. Siempre tan preocupada por el medio ambiente, por la familia y por la paz en el mundo.

Al final, lo peor, es que tienen razón, y son sus discursos lo que crean la realidad. Y así nos va.

 

PS: "La ideología de la Nueva Izquierda era una fusión de Freud y Marx, a la que se puso por levadura un poco de Gramsci. Era y sigue siendo […] pavorosamente tediosa. Como apuntó un antiguo terrorista alemán “la teoría era algo que habíamos leído a medias, pero que entendimos plenamente”. En muchas universidades de la época, esta teología impenetrable y secularizada se servía en el envoltorio de los cursos de asignaturas como la economía, la historia o la ciencia política, y fue una dieta que discapacitó del todo a los licenciados de cara al mercado laboral.

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Pág. 296.

 

2 comentarios:

Cincinato dijo...

¡Razonad, cojones!: Si para volar un aeroplano con 45 personas a bordo se exige un título de comandante de aeronave y miles de horas de vuelo, ¿cómo es posible que para conducir los destinos de 45 millones de personas no haga falta ninguna clase de preparación?
Mientras no tengáis en cuenta este ejemplo os seguirán dando a todos por el culo con absoluta seguridad. Más información en:



www.lodicecincinato.blogspot.com

Unknown dijo...

a la izquierda le valen los mimos argumentos para lo mismo y para lo contrario.
Estos estaban supuestamente horrorizados con la política económica de Aznar, diciendo que se basaba en la construcción y el ladrillo, no te jode!
¿y como han conseguido bajar el paro? no poniendo ladrillos, poniendo bordillos,asfalto, barandillas, aceras y chirimbolos en los ayuntamientos. Lo cachondo de todo esto, es que los ayuntamientos nos deben un cerro de dinero a las empresas privadas. A ellos no se les obliga a estar al corriente de pago con el contribuyente para recibir la pasta, pero ¿y al contrario? que pasa si tu debes pasta al Estado, ¿te sigue dando subvenciones?
No se me ocurre ningun ejemplo...bueno si, claro, a los del Cine, la ceja, a los proetarras, a las CC.AA centrífugas, a la SGAE, a los estudiosos de las fosas, a esos si, aunque pierdan pasta, se les sigue dando. A resto tambien nos dan, pero por otro sitio. Puto PSOE