En el barranco del lobo
hay una fuente que mana
sangre de los españoles
que murieron por la patria.
Pobrecitas madres,
cuánto llorarán
al ver que sus hijos
a la guerra van.
Ni se lava ni se peina
ni se pone la mantilla
hasta que venga su novio
de la guerra de Melilla.
Pobrecitas madres,
cuánto llorarán
al ver que sus hijos
a la guerra van.
Melilla ya no es Melilla,
Melilla es un matadero
donde van todos los hombres
a morir como corderos.
Pobrecitas madres,
cuánto llorarán
al ver que sus hijos
a la guerra van.
(A mi abuelo, que luchó en África y que, al volver, le trajo unos puros a su hermano Miguel y a mi abuela, que lo esperó porque “era muy buen mozo”)
Con tu permiso quiero dedicarselo tambien al mio, que tambien lucho en Africa y que me ayudo a ser lo que soy. Muchas gracias.
ResponderEliminarDijeronme viejos: Es de bien nacidos ser agradecidos.
ResponderEliminarFelicidades.