Hoy toca Cavafis. Un griego de Egipto, de cuando las naciones no dominaban aún el mundo.
Hoy toca un poema. De Cavafis, claro. Dedicado, por el autor y por mí, a todos aquellos que creen que huyendo se solucionan los problemas. Porque es algo que todos hemos pensado alguna vez. Luego, te haces mayor y descubres que de todo se puede huir, menos de uno mismo.
En fin, a todos nosotros Cavafis nos dio la respuesta hace años.
La ciudad
Dices: "Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
Y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí".
No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y envejecerás en los mismos suburbios;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.
PS: hay un magnífico proverbio saharaui que me persigue en realidad desde el verano del noventa y ocho: “quien se esconde detrás de los días, termina por ser descubierto”.
Brutal
ResponderEliminarImpresionante, toda una lección de vida.
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