17.9.11

Cuando Butch y Sundance eran jóvenes

Y si Butch Cassidy no hubiera muerto en Bolivia. Ya conté aquí que vi la recreación que hizo, con buena nota, Mateo Gil en cine, con un fantástico Sephard. Así que tocaba recordar el original, Dos hombres y un destino, la película que acaba, quizá, con la muerte de Cassidy y de su amigo Sundance Kid. Una película de finales de los sesenta que alguna vez vi, aunque no recuerdo ni cuando, quizá en Peñafiel, quien sabe. Así que tocaba volver a verla, para ponerle cara a los dos de jóvenes, y tan jóvenes, con unos Newman y Redford trabajando por primera vez juntos ante las cámaras. Una película mítica que no ha envejecido mal del todo y en la que sigue destacando, por encima de todo, esa canción espléndida que pasó a la historia y que sigue emocionando cuando uno se enfrenta a la escena de la bicicleta en la pradera, toda una metáfora del mundo que llegaba. Esas gotas de agua cayendo y que suenan mientras los dos sueñan con la vida que pudieron haber llegado a vivir. De fondo, la leyenda del Adan americano, de una ciudad sobre la colina y de las vidas cruzadas. Si aún no han visto esa escena, no se la pierdan. Es, sencillamente, deliciosa. Butch y Etta en un viaje que empieza y que, más allá de la caída, no termina en realidad nunca.

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