16.12.11

Alternando el cine con las series...

Estuvimos viendo In Time. Una fábula sobre el tiempo y la importancia que tiene para el ser humano desde que descubrió un día su propia individualidad. Desde que descubrió que es mortal y se separó así el resto de los habitantes del planeta. Un mundo, el de la película, en el que las personas cobran en tiempo y no en dinero, y que cuando se quedan sin tiempo, mueren. El planteamiento es bueno, pero la película acaba quedando en una mezcla de Bonnie and Clyde aderezado con toques de Robin de los bosques. Se pasa el rato, pero poco más. Entre medias, sigo alternando las primeras temporadas de The Wire y de Deadwood en espera de empezar la tercera del Ala oeste y la cuarta de MadMen. Ir viendo series es una forma de hacerte mayor. Tras tantos años de peplum, llegas a Roma y ves crecer a Augusto conspirando. Tantos años de corrupción en Miami, y te enfrentas con The Wire a un mundo en el que no hay dinero para escuchas, en el que hay policías que quieren escaquearse, traficantes con sus propios códigos morales y políticos que buscan no tener problemas. La vida misma. En Deadwood, frente a la vida de John Chisum, te das de bruces con un pueblo aún sin incorporar a los Estados Unidos en el que la gente mata, roba y persigue la ambición de hacerse rico para volver al este. Buenas series las dos, de la HBO, por supuesto.

Madurar es asumir la complejidad del mundo. Eso está claro.

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