20.12.11

Diez años ya...

La semana pasada cumplimos diez años sin Sebald. Otro que se marchó sin el Nobel. Fue un descubrimiento de hará ya unos seis u ocho años. Un descubrimiento a medias entre Jesús y mis añoradas amigas de Fronda. Descubrir una escritura concisa. Elegante. La fuerza de un adjetivo bien puesto. Y de fondo, unas reflexiones a las que nunca me había asomado: la aniquilación de Alemania al final de la guerra. Un título hermoso que vale por toda una vida: sobre la historia natural de la destrucción. Apenas un ensayo. Menos de doscientas páginas. Uno de los mejores libros que he leído en años. Sebald tuvo hace diez años un infarto mientras conducía y se mató al estrellarse. No era muy conocido en España, y de hecho los periódicos apenas hablaron de él, más allá de alguna honrosa excepción. He leído poco del resto de su obra, quizá porque, como me pasa con algunos autores, veo que escriben lo que yo hubiera escrito si hubiera sido un escritor de talento. Es lo que me pasó con Vértigo, que no pude terminar, hastiado de verme reflejado en la obra de otros. Pero sí que intuí que Sebald, como hacemos otros, escribía para defender una soledad muy concreta. La suya.

Diez años sin Sebald.

Que la tierra te sea leve, estés donde estés.

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