30.12.11

Taleb y la realidad...

Aunque hace tiempo que no lo traigo aquí, no me he olvidado del Cisne, no me he olvidado de Taleb. El otro día me tocó predicar y me volvió a salir el tema de los cisnes negros en mitad de la conferencia. Poco después, dialogando con desocupados lectores de esta bitácora, volví a lo mismo, y me di cuenta que hay cosas que no he tocado aún del libro y sobre las que me apetece reflexionar. Y recordé que me quedaron cosas por comentar, porque otros aspectos de la realidad me han ido comiendo el tiempo. Van a vuelapluma, pero son buenos argumentos para debatir con calma. Me interesó, y mucho, la diferencia entre la techne y la episteme, entre el oficio y el conocimiento; entre la pura técnica y la comprensión de la realidad. Creo que uno de los problemas que arrastramos es que hemos convertido muchas veces en episteme lo que es pura técnica; sólo así se explica que en España las ingenierías sean titulaciones universitarias, cuando son nada más que formaciones profesionales de alto nivel. Dignas, dignísimas, y muy necesarias, pero sólo eso: formación técnica. Y, sinceramente, no creo que la formación técnica (hacer una carretera, investigar la resistencia de materiales...) tenga nada que ver con lo que es la universidad...

Me gustó también la crítica que el autor hace a la economía moderna, a la que ve como una ciencia insular, dominada por las matemáticas y cuyos estudiosos han caído en algo similar a lo que Ortega llamaba la barbarie del especialismo: estudiosos ignorantes, zafios doctos que analizan las cosas sin ninguna erudición y sin curiosidad natural por conocer. Hay un cierto afán prometeico en intentar conocer el desarrollo de la economía a través de las matemáticas, pero es un afán condenado al fracaso: en las sociedades modernas la planificación es imposible, y no me voy a detener mucho en explicar este aserto, porque ya lo hizo Popper hace muchos años. El problema, como señala Taleb, es que hemos acabado pensando que las hojas de cálculo sustituyen a la realidad, y eso no ha sido así. Jamás.

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