17.1.12

Dentro

Hace frío. Las viejas Iglesias de Castilla. No hay lugares así. Las mujeres siguen colocándose en un lado y los hombres al otro. No somos más de cincuenta. Tantos años después, ningún acto es capaz de convocar a más gente en un pueblo que una misa. Es San Amaro. El Santo que curaba, el que sanaba. El de los exvotos. La talla es de madera y está ya preparada para la procesión. La imagen nos lo muestra tonsurado. Me susurra Lauru que la devoción la debieron de traer canteros gallegos, que llegaron aquí a trabajar. Ir de pascuas a ramos a misa me ha convertido en un devoto seguidor de las pocas eucaristías a las que acudo. La lectura es de una de las cartas de San Pablo a los de Filipos, habitantes de la primera iglesia que hubo en Europa. Un tipo fascinante, Pablo de Tarso. El hombre que empezó a construir el cristianismo. Algún día me pondré con él. El sacerdote reivindica, entre el frío de la mañana de enero, el carácter total de la entrega a Cristo. No dejamos de toser. Su sermón es quizá demasiado elevado. Hay que adaptar el discurso a la audiencia, pienso mientras intento atenderlo. Acaba la misa y sacamos en procesión a Mauro. O a Amaro. O a Amauro, como decían aquí, a veces, los viejos del lugar. Es una procesión breve, embellecida por la luz del invierno, el olor a pólvora y la cadencia melancólica de los cohetes y las bombas. El santo vuelve a su altar, cercano al San Pedro que quizá alguien trajo del pueblo maldito al que dios castigó por sus pecados. El santo vuelve a su altar y nosotros nos preparamos para la tarde.

Esa tos...

2 comentarios:

Elentir dijo...

Con lo que me gusta Sanabria, leerte esta entrada me trae unas añoranzas... Precisamente lo que me agrada más de viajar a Madrid en autobús es la parada en Sanabria, uno de los mejores sitios que conozco para mirar las estrellas.

Por cierto, el San Amaro sí que se celebra mucho en Galicia, es la primera gran fiesta del año. Cerca de Pontevedra hay un monte con un monumento al cantero, me pregunto si lo celebrarán allí (ya pueden ir bien abrigados, con el frío que hace).

Juan de la Cuesta. Impresor de halcón en puño y... dijo...

Hermano... a veces te conviertes en el hermano mayor (lo digo de corazón). Muy bien escrito -qué cojones- muy bien trazao´... Esa Senabria nuestra, nuestra de tanto amarla (lo he dicho tantas veces)... Tu San Amaro era gallego, y un un buen día Torrente me habló de Él; pues bien: en 1925, Cabanillas resumió en romance la historia que heredó de su familia galega; el gran Castelao la ilustró a modo de auca... y lo hicieron tan, tan bien, que hoy es un tesoro que te está esperando porque te lo has ganado. Y ya sabes, cazador de chimenea y pelo en cama, "secate los ojos quedito quedo... A quién se lo vas a decir (Perdiu, lo demás es muerte y sólo muerte). Salud.