Murió García Calvo, decía. Yo llegué
tarde para él. Es signo de los tiempos. Cada generación llega a tiempo para
unas pocas cosas, tarde a muchas y temprano a algunas otras. A García Calvo lo
primero que le leí fue el divertidísimo himno de la Comunidad de Madrid,
que puede oírse pinchando aquí. El mejor himno
para el único territorio libre y moderno de esta avejentada península en la que
las gentes llevan décadas cabalgando al
galope hasta el medievo. Luego me acerqué, ¿recuerdas Hornuez? Al manifiesto de
la Comuna Antinacionalista Zamorana,
un divertimento que me llegó fotocopiado en cuarto o quinto de carrera. Años
después vinieron los paseos por la fantástica ciudad del romancero, en los que
era difícil no toparse con la casa del filósofo. Dos o tres veces lo vi de
lejos, en la calle, pero nunca llegué a saludarlo.
Se va un heteredoxo. Y los
heterodoxos son siempre necesarios.
Cantaba hace años la canción de Ciudadanos, con letra de Sabino Méndez, claro, que “no pensar diferente es / quizá no pensar”. Y eso es así, en cualquier aspecto de la vida...
Sit terra levis.
Pero nada como aquel "¡Viva la zona presionante de Floro!" o la surrealista "HB=HB".
ResponderEliminarGraaaaaaaandes
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