Fantástica la reflexión de Javier Redondo el otro día en el Mundo sobre la Constitución. Y una clave para la reforma: "El rupturista de hoy no reconoce la legitimidad de sus
adversarios políticos para proponer alternativas a su modelo. Por tanto, no
aspira a iniciar un proceso constituyente sino, mediante la expulsión de las
instituciones de una mitad y apropiación del poder en régimen de monopolio,
derogar la concordia. Cualquier voluntad noble y sincera de acuerdo pro reforma
ha de partir de una actitud de reconocimiento de los distintos."
Es inevitable. En la entraña de la modernidad está como núcleo la dialéctica, pues no hay ningún principio racional primero y común.
ResponderEliminarSi nos alejamos y miramos cuidadosamente, detrás de las fingida racionalidad de las discusiones políticas, no hay racionalidad sino la arbitrariedad de la voluntad y el deseo de poder. Y eso genera una continua "guerra civil" por imponerse a los otros.