Nadie se ha atrevido aún a plantearlo así. Lo hizo Cayetana Álvarez en el debate electoral y lo repitió el otro día en la entrevista de Landaluce. Hay que tener valor e inteligencia para desafiar así el consenso hegemónico del feminismo radical en España. Y es que ya nos lo recordaba aquella canción que sonaba en la prehistoria de Ciudadanos "no pensar diferente es quizá no pensar..."
Es otro paso más de la curiosa anarcotiranía que padecemos: el estado vigila con lupa las cosas que nunca fueron su ocupación castigando con severidad (elemento tirano), pero es incapaz de hacer frente a sus graves responsabilidades castigando con pasmosa levedad lo que siempre se ha visto grave (elemento anarco).
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