Sigo por tierras de Dioniso y me topo con esta reflexión de María Belmonte: "La contemplación de ruinas -a la que he sido aficionada desde que tengo memoria- procura un intenso placer que va dando paso a una profunda melancolía, suscitada por la conciencia del inexorable paso del tiempo y la naturaleza efímera de todo cuanto existe, incluidos nosotros mismos".
¡Qué buena! Gracias.
ResponderEliminar–Malcontent