3.7.25

Ramón Menendez: orígenes y guerrilleros

Don Ramón Menéndez fue "el último liberal unitario", como subtitula su biografía intelectual Jon Juaristi, editado por FAES. Acabado el libro, algunas ideas:  “El romanticismo tuvo un aspecto ferozmente, individualista, y otro, tan radical como el primero, comunitario, centrado en la idea de comunidades indiferenciadas, donde el papel del individuo se reducía a formar parte de un cardumen, movido por inconscientes impulsos colectivos. El romanticismo fue, desde sus orígenes, un movimiento a la vez liberal y nacionalista".

Otra idea de interés: "Las naciones son históricas, pero los pueblos son eternos" como como afirmaba Francisco Pi y Margall.

En fin, y una idea -para finalizar- sobre las salidas al campo: "Desde la Restauración, el excursionismo había sido impulsado entre los jóvenes españoles por la institución libre de enseñanza. […] Milá pertenecía a una generación anterior, la de los catalanes del romanticismo, que adoraban el paisaje patrio, sobre todo el de las montañas, pero bastante distancia, (porque en su juventud del monte era todavía un espacio peligroso, fatigado de cuadrillas, de bandoleros y partidas carlistas)." 


2.7.25

La extrema izquierda y el asesinato de los opositores

Ha sido en Costa Rica. Allí, sicarios a sueldo de la dictadura ultraizquierdista de los Ortega en Nicaragua han asesinado a un opositor. No sale apenas en medios, no habrá canciones en su memoria, pero Roberto Samcam ha sido asesinado...

1.7.25

Dos notas sobre Cajal: célula y tertulia

Un par de cosas sobre Ramón y Cajal, por Trapiello el otro día en La Lectura:

1. Ehrlich, neoyorkino de 1987, nutre de informaciones curiosas y amenas su biografía, como que a Hooke, uno de los pioneros, debemos la palabra célula, sugerida por las pequeñas cavidades del corcho descubiertas al microscopio y parecidas a una celda monacal (cella en latín y célula, su diminutivo) o que lente procede de lens, lenteja, por su forma biconvexa.

2. "El hombre de laboratorio necesita para no llegar al enquistamiento intelectual o caer en la estrafalariez, del oreo confortador de la tertulia", decía quien acabó escribiendo un libro, Charlas de café, un betséler en su época, cuando ya le habían dado el premio Nobel de Medicina)