Cada veintiuno de marzo se celebra, por iniciativa de la unesco, el Día Mundial de la Poesía.
Esta mañana pensaba en el poema “Ajeno”, de Claudio Rodríguez.
Unos versos para leer despacio una tarde como la de hoy. Unos versos duros, porque sólo la poesía es capaz de expresar lo que sentimos cuando hemos perdido ya la batalla de las palabras.
Léaselo al aire, desocupado lector, que es como se lee la poesía.
Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y curo del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.
Buena ocasión para felicitar a los siempre excelentes Ussía y Fray Josepho.
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