Acabé
el Castillo de Naipes (House of Cards) que me llegó vía el amigo Batera. Tres mini temporadas para una
serie compleja y que plantea, como los buenos textos, más preguntas que respuestas. Urquhart, un Maquievelo conservador, heredero de Thatcher
que concibe el poder como un fin en sí mismo. Lo importante es
conservarlo, incluso aunque sea a costa de detentarlo. La serie ha envejecido bien porque
las lógicas que aborda son universales: cómo escalar y cómo mantenerse en lo más
alto. Al precio que sea. De fondo, igualmente,
la persistencia de la memoria. Lo que hemos sido nunca nos abandonará del todo.
Porque somos, también, nuestros actos. Y cuando los cometemos, podemos intentar
ignorarlos, pero nunca podremos vivir como si no los hubiéramos cometido. Esa es
la sombra que persigue a Urquhart durante la serie. Aunque supongo que si yo le
dijera algo así, él me miraría con su diabólica elegancia y se
limitaría a señalarme que: “You might very well think that; I couldn't possibly comment”
Una buena serie, que en España
pasó desapercibida y que puede conseguirse en amazon. No sea
ladrón y no se la descargue.
En Cataluña la dio TV3, creo
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