Somos
esponjas. Y lo somos durante toda nuestra vida, pero sobre todo lo
somos en la
infancia. Somos una parte nuestra, íntima, quizá genética, y somos también
el ambiente que nos
rodea…
Si yo no viniera de La Casa del Barrio, si no viniera
de los comerciantes del Mercado, no
sería lo que soy. Ni sería quien soy. El caso es que íbamos caminando por el Cosmocaixa el otro
día. Tener de tío al Perdidaco tiene algunas ventajas y varios
inconvenientes. Ir el sábado a un museo puede ser las dos cosas a la vez. Elicia
caminaba detrás, hablando con su amiga, Little Burrull. Iban a entrar a una
actividad sobre planetas para niños. Le dijo
a su amiga mientras entraban: “un museo es un lugar
mágico”. La frase que le susurré al oído el
día que entró al Prado por vez primera.
El
ejemplo nos construye.
No se te olvide entonces susurrarle "El Madrid no es nuestro amigo", ahora que está a tiempo...
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