El
último libro de Arcadi
Espada, by My Colonel. Recordando a aquellos que actuaron en
nombre de Franco. Un viaje. Siempre hay un
viaje. A la búsqueda del invierno
de 1944 en Hungría. Hacia Budapest. En primer plano, el fantasma de Ángel Sanz Briz y
al fondo, el de aquellos como Casimiro
Florencio Granzow de La Cerda que no encontraron contradicción entre ser
franquistas y despreciar a los nazis. Hablaremos largo y tendido del libro,
cuando tenga un rato, que se me acumula el trabajo.
Una
primera reflexión que avala de alguna manera mi prejuicio de que viajar sin
haber leído antes es hacer el gilipollas. A cuántos conozco que viajan
descubriendo América a cada paso...
Yo, que nunca hubiera acabado en Rumanía si no hubiera sido por Robert D. Kaplan, o que jamás hubiera ido a Alemania si me hubiera faltado Claudio Magris. Que no viajé de adolescente a Cuba porque, más allá de Fidel, a lo que estaba esperando era al magnífico libro de Jorge Moreta...
Disfrútela,
desocupado lector.
“Viajar,
yendo en busca de algo: nada hay mejor en la vida. Viajar sin levantar huellas
es tan excitante como la gimnasia sueca. No es imprescindible esta fiebre de
ahora, ni la investigación ni el enigma; bastan las huellas que dejó cualquier
escritor en el paisaje, y seguirlas. Ir por un lugar que no vio nadie es un
viaje ciego. El viaje, primero, se lee; y luego se hace. Todo lo demás es descubrir América”
Espada,
Arcadi: En
nombre de Franco.
Los héroes de la embajada de España en el Budapest nazi. Barcelona, Espada, 2013. Página 31
Probablemente, como la vida, que es preciso leerla primero y luego hacerla. Lo contrario ni siquiera llega a ser descubrir América, sino morir en el vacío.
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