El
hijo de Antonio y la nieta de Rosario
Castro me llevaron al cine en volandas, acompañado por Oskarnello, a ver Searching for Sugar Man.
Un documental delicioso. El placer de ver buen cine. Uno de los motivos
que me sigue atando, de manera secreta, a Madrid. Una música que te
atrapa, con esa pregunta sistemática “I wonder, / how many times you've been had. /
And I wonder, / how many plans have gone bad”.
La
sensación de que la ficción nace muchas veces de observar con detalle la
realidad. Un viaje. De fondo siempre hay un viaje. En este caso, a la
aterrorizada Sudáfrica del apartheid. A la contracultura de los setenta. A un
mundo sin Wikipedia y sin google maps. Intentando desentrañar
una leyenda urbana que corría por la Ciudad del Cabo de los ochenta: ¿Cómo
murió Rodríguez?
Un
peliculón. Que pasará desapercibido en este país en el que, como señalaba
Arcadi Espada el otro día, el problema “no son las élites. Sino la delgadez y
la vulgaridad de sus televisivas clases medias”.
No
se la pierda, desocupado lector.
Pues no te creas: está funcionando bien, dentro del reducido circuito al que suelen limitarse los documentales.
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