Cierra Robert Kaplan su viaje por tierra, mar y aire con una reflexión sobre las democracias antibélicas en las que
nos hemos convertido. Sociedades que no creen en el Estado, y menos en quimeras
como las soberanías o las patrias, y que no están desde luego dispuestas a matar por
ellas. Al autor le parece que por esa pendiente se van deslizando los modernos
Estados Unidos, un camino que Europa, por cierto, ya ha recorrido. Asume
que su país perderá la primacía imperial, pero le preocupa conocer a qué
velocidad lo hará. Y le asusta también, claro, quién llenará ese vacío. Porque
alguien lo hará. Eso él lo tiene claro.
Y yo, desocupado lector, también.
Magnífica
obra menor esta de Kaplan.
Hay
que leer más.
PS: De
hecho el mapa político militar de Eurasia -un tercio de la masa terrestre del
planeta- está cambiando radicalmente. Europa es cada vez menos una potencia
militar seria. Sus propios pueblos ven a sus respectivos militares no como
defensores de sus patrias, sino como funcionarios civiles de uniforme. Una OTAN
revitalizada y más expedicionaria puede mitigar sin duda esta situación. Pero
la tendencia general más probable será ver a Europa dedicarse a detalles de
mantenimiento de la paz y alivio de desastres. Y mientras que Europa retrocede
lentamente como factor militar, una serie de países asiáticos, desde Israel
hasta Corea del Norte –incluidos Siria, Irán, Pakistán, la India y China, han
acumulado reservas nucleares y/o químicas, ayudadas por sistemas auxiliares
de misiles balísticos.
Kaplan
Robert. D: Por tierra, mar y aire. Las huellas globales
del ejército norteamericano.
Ediciones B, Barcelona, 2008. Página 491
China, supongo. El peso geoestratégico se traslada hacia Oriente.
ResponderEliminarClaramente China. Y claramente los imperios siguen su traslación hacia el oeste... qué poco seremos en breve
ResponderEliminar