La
vida se mide en las cosas que nos quedan por aprender. A mí me queda mucho, a
dios gracias. Ahí van dos libros que (aún) no he leído y que me han asaltado desde
la prensa estos días. Uno de Leontxo García, a
vueltas con el ajedrez y la ciencia como pasiones mezcladas. Hay un misterio en el ajedrez al que nunca
me he acercado en serio. A mí me enseñaron a jugar poco y mal, pero siempre me
ha fascinado el mundo que se encierra en esos escaques. El otro lo
recomendaba el otro día Manolo Lucena en el Cultural del ABC y eso son palabras
mayores: Sujetos en
la niebla, de Fernando Broncano. Un título que ya es en sí una
invitación. La compleja relación que todos, hasta yo, tenemos con las identidades.
Unas identidades que, desde la invitación amistosa, acaban convirtiéndose casi
siempre en una cárcel.
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