Las cosas son como son. Dígalas Agamenón, o dígalas su porquero. Muchos de los Estados gamberros financian sus risas y sus bromas sobre monocultivos. No innovan, y no admiten la crítica, considerando pecado mortal la disidencia. Y cuando el monocultivo cae en los mercados, empiezan a pasarlas putas. Que se jodan.
Ahí está el caso ruso, bien explicado en dos post por la gente de GurusBlog: un país en quiebra, cuyo banco se ve forzado a adoptar medidas que causan cierta vergüenza ajena.
Es lo que hay.
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