Nunca he sido determinista, pero ya en la facultad me fascinó la asignatura de Geografía Política. Me puse, siguiendo a Kaplan, con los Prisioneros de la geografía, de Tim Marshall, un ensayo sencillo sobre la influencia que los mapas tienen en la política. Es difícil entender, por ejemplo, la situación africana sin atender a su geografía: una barrera de arena por el norte, pocos ríos navegables y casi ningún puerto natural de calidad. Lo mismo que no se entiende la obsesión rusa por la salida al mar sin tener en cuenta la brecha GIUK o la seguridad que da a los Estados Unidos tener una barrera desértica por el sur y la barrera canadiense de roca precámbrica por el norte, lo que lo convierte en un país no invadible en la práctica.
Hablando de los EEUU, además, del destino manifiesto, resulta que "La cuenca del Misisipi tiene más quilómetros de río navegable que las del resto del mundo juntas". No era solo la cultura, por lo tanto...
Un buen libro, básico en algunas cosas, pero fantástico para adentrarse en este mundo.
No se lo pierda, lector