Amanecemos
para irnos a hacer parada y fonda en Chinchilla. Curioso lugar; Hornuez no se acordará, pero en algún momento me fui
al Congreso a revisar el proceso de creación de las provincias y allí me topé
con ella. Por cierto que, frente a lo que analfabetismo habitual dicta, las
provincias no son un proyecto de Javier De Burgos; en
tanto que este se limitó a firmar un trabajo que ya estaba muy depurado gracias
al trabajo de un guipuzcoano y de un balear.
El
caso es que recuerdo de aquel trabajo las peleas que Chinchilla, Fraga, Toro y Vigo tuvieron para ser las
respectivas capitales de las provincias en las que estaban ubicadas.
Los
patricios locales, González Allende es un buen ejemplo, entendieron bien que, sin capitalidad, no había futuro porque
detrás de la capitalidad venía el Estado y venía además el Estado moderno, tal
y como cuenta con solvencia Nieto en
uno de sus mejores libros. En aquel momento, aquellas ciudades eran iguales
que sus pares (Toro tenía la misma población que Zamora, persona arriba o
abajo) o incluso mayores (Albacete era una laguna desecada pocos años antes...),
y no cejaron de pelear, recurriendo a sobornos, insultos o mentiras por sus
derechos a la capitalidad. En realidad,
excepto Vigo, todas las que perdieron la capitalidad acabaron saliendo de la
historia, y un paseo por un Toro que tiene la misma población que hace dos
siglos, o una Chinchilla como esta, lo demuestran.
La
historia, que no se detiene…