La visión que Ignatieff desarrolla en su libro Fuego y cenizas sobre los estrategas políticos. Una visión realista y que quizá sea solo el canto del cisne de una vida en la que vocación de servicio aún era vista con buenos ojos. Una vida en la que personas entregaban su tiempo al servicio de la comunidad. Capital social, lo llamaron en su momento los sociólogos. Cito en la edición de Taurus, en la página 90:
"Los políticos necesitan a sus asesores y sus encuestas de opinión [...] pero no deberían dejar que profesionales pagados dominen una campaña. La política debe reservar una amplio espacio para los voluntarios que vienen de la calle con su propio talento y sus sueños. Sin la inspiración proveniente del entusiasmo de los voluntarios, los políticos se arriesgan a convertirse en marionetas de sus estrategas remunerados"