31.5.12

¿Dedicarme a la política en la mi tierra?


No creo que fuera nunca un político popular. Desde luego, no en la mi tierra. Me pasa con la lengua. El mío es un país pobre y pequeño. Si hubiera dinero, los locos del senabrés en la escuela ya habrían conseguido poder. Y habrían ya empezado a dividirnos entre buenos y malos senabreses. Qué orgullo, por un  lado, ser considerado un mal senabrés por considerar al pachuecu un objeto de estudio pero nada más. Por impulsar que los niños que quedan, los pocos, aprendan inglés o portugués antes que senabrés.

Lo veo también con el rollo del carbón. La brutal insolidaridad de pedir que los ciudadanos sigamos pagando entre todos la forma de vida de unos pocos. De mantener abierto, a pérdidas, industrias que hace décadas que dejaron de ser rentables. En el fondo, es también malo para ellos. Los subsidios generan desesperación y alcoholismo, y no siempre por ese orden. Matan la iniciativa. Yo mismo: ¿iba a levantarme cada mañana si alguien me pagara por no hacerlo? Pero nadie es capaz de explicarlo con claridad. Todo el mundo se sube al carro. Total, paga el contribuyente y a él no lo defiende nadie. Y menos, unos políticos o unos vividores que también viven de manera cómoda del contribuyente.

Y luego hay gente que se extrañe de que estemos como estamos.



PS: García-Milà, que dejó la carrera sin comunicárselo a sus padres para montar a escondidas su empresa, alertó sobre la comodidad de esa generación juvenil, que aspira como mucho a terminar su carrera, hacer un MBA y ascender como directivo en una gran empresa, sin plantearse emprender su propio proyecto”.

30.5.12

Cada vez. Cada vez


Cada vez.
Cada vez que el empleado se llevaba folios de su empresa a casa. Cada vez que se iba diez minutos antes de su hora. Cada vez que fingía ante el médico para alargar una baja. Cada vez que jugaba desde el ordenador en vez de estar atendiendo a su trabajo. Cada vez que alargaba el café más de lo que regula el convenio. Cada vez que imprimía asuntos personales en el ordenador del trabajo. Cada vez que recordaba sus derechos y olvidaba sus obligaciones como profesional.
Cada vez que el profesor no preparaba una clase. Cada vez que hacía negocios privados desde su despacho en la universidad pública. Cada vez que mandaba correspondencia personal como si fuera oficial.
Cada vez que el ciudadano se llevaba a su casa medicinas que no necesitaba. Cada vez que empadronaba a sus hijos en casa de los abuelos para obtener más puntos en el colegio. Cada vez que reclamaba aeropuertos al lado de casa, autovías en la puerta o estaciones de tren a diez minutos en coche…
Cada vez que el estudiante descargaba de manera ilegal contenidos protegidos por derechos de autor. Cada vez que no iba a clase. Cada vez que suspendía una asignatura. Cada vez que se colaba en el transporte público.


Cada vez. Como el sonido hiriente y oxidado de un martillo que golpea el yunque con rutina, sin emoción, mientras llueve en la calle.


Entre todos, hemos ido poniendo nuestro granito de arena para que estemos, como estamos, intervenidos de facto por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.


PS: Es verdad que los políticos son, con escasas excepciones, una pandilla de analfabetos funcionarizados. Pero es verdad que, en el sentido más amplio de la palabra, nos representan a todos. Por eso la culpa no es solo de ellos. 

29.5.12

Libros (y censuras)


La Feria del Libro. Sinónimo de alergia primaveral. Intentar evitar los fines de semana para ir. Un paseo con Matzerath. Un par de libros, no puede resistirlo. Desde hace dos mil años, de Mihail Sebastian. Hay algo hipnótico en la escritura de Sebastian. En la escritura de quien intentó seguir siendo ciudadano cuando todos a su alrededor se convertían en patriotas, comunistas o gentuza en general. También, un análisis de las élites de 1868. Aquella Revolución que empezó en Cádiz cuando acababa el verano. Con la Reina en Guipúzcoa, sin entender nada de lo que estaba pasando.
Lectura para mi viaje, hoy, a Extremadura. Al sur del Duero. Y en el viaje, dos reflexiones a cuenta de la censura. ¿Es posible hoy en día en España?, ¿Qué hacer cuando nos toca de refilón?
Ya le contaré, si procede, desocupado lector.

28.5.12

Canadá y los pecados


El presente y el pasado de Canadá se aborda, en cierta medida, en el libro de Reverte. Todos los países tienen su historia negra, aunque quizá sólo los españoles la hayan interiorizado de manera acrítica.  Ventajas de tener una élite como la nuestra. Si Australia masacró a sus aborígenes, o si Bélgica práctico un genocidio brutal en el Congo, no podían faltar los canadienses. Y esto sale en el libro. Traslados forzosos de población durante la guerra fría. Creación de ciudades artificiales a las que se forzó a ir a vivir a población esquimal. Población reducida hoy a la nada. Alcoholizados. Sin esperanza vital.  La otra cara de la modernidad. La otra cara de un mundo que quizá, lo vemos ahora, era sólo un espejismo. El mundo necesita más Canadás, dice uno de los eslóganes del país. Es posible. Pero el que esté libre de pecado…

27.5.12

Aquellas tragedias de leyenda...


El libro de Reverte. El objetivo de abrir el Paso del Noroeste estuvo claro durante siglos. Para las monarquías británica y francesa (sí, hubo una época, desocupado lector en la que los franceses tuvieron reyes, y no esa colección de naderías que va del ególatra De Gaulle a la bobada holandesa, pasando por colaboracionista Mitterrand o el corrupto Chirac.) el tema estaba claro. Para llegar a China el problema era que había que bordear África o América por el sur. Y si los puertos de África eran posesiones portuguesas, qué decir del Caribe, un mar español, de los virreinatos del sur del continente. La leyenda hablaba de un camino que permitía llegar al Pacífico por el Norte. Muchos hombres murieron en el intento. Hudson, el pusilánime Hudson, que arrastró con él a la muerte a su hijo de dicicocho años, tras sufrir un motín en 1611. La expedición de John Ross en 1818, los viajes de Parry años después. La tragedia de los hombres de Franklin, desaparecidos en una época en la que los medios de comunicación ya eran capaces de componer relatos completos sobre los dramas humanos. Franklin era un insensato que no había aprendido anda de sus anteriores andanzas en el Ártico, sólo así se explica que llevara copas de cristal o vajilla de plata. Un hombre que siempre pensó que los esquimales eran salvajes y que no entendía, por ejemplo, la necesidad de comer hígado de foca para prevenir el escorbuto. Franklin partió en una expedición en busca del paso cuando ya era un hombre anciano para la época, en 1845, con más de ciento veinte hombres. Ninguno regresaría con vida. Tras más de dos años sin saber nada de su expedición, la insistencia de su mujer, modelo de dama victoriana, hizo que empezaran a organizarse expediciones en su búsqueda. Más de medio centenar entre 1848 y 1859, algunas de ellas financiadas por su esposa. Su desaparición lo convirtió en una leyenda. En el héroe que parte para no volver. Un divinal Odiseo que no volverá jamás. Poemas, canciones populares. Una historia de amor imposible. Una viuda que no descansó hasta localizar sus huesos.
Finalmente, fue Roald Amundsen, quien supo aprender de los esquimales, e primer occidental que cruzó el Paso y despejó las dudas y las leyendas. Ironías de la vida, al igual que Franklin, Amundsen también acabó desapareciendo entre los hielos, en este caso en el mar de Barents, años después.



PS: Dice un personaje del libro de Reverte que “a los  hombres inteligentes sólo nos interesan las tragedias. Los finales felices los dejamos para los escritores mediocres”

26.5.12

Este chico...

Ya he escrito alguna vez que tengo una muy buena opinión de este chico que publica de vez en cuando en la prensa zamorana. Algo frailuno en cuanto a la ética, y demasiado rosita la pastelera en su vida diaria, es verdad que dice cosas que El Perdíu no termina nunca de atreverse a poner por escrito.
Su elogio a la figura de nuestro común amigo Jesús Fuentes es merecido, certero y veraz.
Disfrútelo, desocupado lector, pinchando aquí.

25.5.12

Vivir es viajar


El libro de Reverte sobre su viaje al Ártico. Mi segunda incursión en la literatura española de viajes. Es curiosa porque la primera, del amigo Moretón, resultó fascinante, tanto en lo personal como en lo literario. Esta ha sido más floja. O más desigual. No me gusta como enfoca Reverte la literatura de viajes. Quizá  porque mi visión es la de Kaplan, o simplemente que me hice mayor con Ascherson de maestro. Lo único que importa es el camino, no quien lo está viendo. Y si quien lo está viendo quiere contar algo de su día a día, ha de hacerlo si eso le aporta algo al lector. Un ejemplo. Kaplan cuenta en Bucarest su estancia en el Hotel Athénée. Lo hace porque durante la guerra fría, todos los empleados trabajan para el Servicio de Seguridad comunista. Ahí tiene sentido meter la visita al hotel. El problema es que Reverte cuenta el menú del barco. O las partidas de cartas que juega con sus compañeros. No me interesan. Nada. Por eso, el libro es muy irregular. Gana mucho cuando describe lo que ve y cuando lleva de la mano al lector por la mítica historia de la búsqueda del Paso del Noroeste. Una historia que se convirtió en leyenda, con la trágica suerte de algunas expediciones como la de Frankin y una historia en la que, ya lo siento progres jeremíacos, la Monarquía hispánica jugó también un papel destacado durante décadas.


PS: Hablando de viajes.  Aquella Guinea. Llegar tarde ya.

24.5.12

Cuidar o no cuidar


¿Qué personas permanecen en nuestra vida? No es un problema de aportación, frente a la leyenda de un perdíu interesado que circula por algunos de los más ruines mentideros senabreses. No. No tiene nada que ver con ello. Es la gente que nos cuida. En todos los aspectos: en el personal, en el afectivo, en el físico, en el intelectual, en el profesional... La gente que se preocupa por uno. La amistad no es un pozo sin fondo. No. Se puede secar. Claro que lo hace. Sólo la gente que cuida es la que se queda. Es a ellos a los que, mirando hacia atrás, veo que han seguido en mi vida. Cuidadores, los llamaba ella. Con todos los desengaños que uno quiera, pero cuidadores. Con todas las decepciones. Mutuas. No somos perfectos. Ninguno. Pero de fondo, la sensación de sentirse arropado. La extraña sensación de no sentirme solo / y la complicidad de una franca sonrisa, como dijo Luisalberto. Cuando veo a los que se fueron, o de los que me fui, veo que no me cuidaban. Y con los años y con esta espalda, poca broma, como dicen els meus catalans favoritos. 

23.5.12

Deconstruyendo fracasos...


Seguí paseando. Me quedaba tiempo y nadie me esperaba en ningún sitio. Ventajas de la soledad. Me acerqué al Espacio de arte de la Fundación Telefónica, en la trasera de su edificio emblema en la Gran Vía. El edificio es hermoso. La arquitectura del XX. El óxido. Lo asocio a la tristeza. Me pasa por Vallejo, lo sé. Una colección que es en realidad un homenaje al cubismo. Y a ese Juan Gris misterioso y esquivo. Mientras paseaba la exposición pensaba en que pocas corrientes más ligadas a la Telefónica que el cubismo. En aquellos años estaba popularizándose el teléfono, primero entre las élites. Siempre las élites. Siempre las ha habido.  Empezaba un siglo que iba a ser de paz, nos decían. Pero amanecía raro. Y el arte fue el primero en darse cuenta. Y nadie antes que el cubismo lo vio. La realidad deconstruida. La realidad fragmentada. La realidad del caos. El mundo de las telecomunicaciones que estaba llegando. Braque y Gris explican lo que vino después, como lo explica esa mujer de mirada perdida que bebe absenta y que Picasso nos regaló. Hay algo desasosegante en el cubismo; en la vida extraña de Gris. En todos nosotros. 
Quizá esos cuadros sólo sean un espejo de lo que no nos atrevemos a mirar.



PS: mi espalda; el mapa donde se van quedando grabados, uno a uno, todos mis fracasos.

22.5.12

Suerte en la vida...



Personas. Nos construimos con la gente que nos rodea. También en lo profesional. A mí me hicieron como soy varias personas. En el plano profesional, no tengo que pensarlo demasiado. Desde aquel legendario Pachi, que ahora vive en la Sierra, hasta el Manolo que me metió en este negocio, pasando por la mujer que me enseñó el oficio, años más tarde. Poco más. Pero todo pasa, también en la vida profesional. La gente llega y se va. Esto le hace pensar a uno si merece la pena dedicar esfuerzo a formar a la gente que tienes a tu alrededor. Es lo más parecido, en ocasiones, a una pasión inútil. A un esfuerzo baldío. Algo te dice que ya rendirá en otro lugar lo que tú le has enseñado.
Y sin embargo, no sé hacerlo de otra manera.

Creo que lo peor que me podría decir alguien que hubiera trabajado conmigo si me lo encontrase al cabo del tiempo sería algo así como “no me enseñaste nada aquellos años”.


Suerte en la vida, Marqués.



PS: De nuevo a Santiago. Y con mi espalda comiéndoselo todo.

20.5.12

Chagall, en la memoria


La ciudad. Pasear la ciudad. Me acerqué a ver la Exposición de Chagall. Es un must, me dijo Jesús por teléfono. No te la puedes perder. A Chagall lo conocí hace años, a través de la historia de aquellos rusos emigrados, antes o después, huyendo de la barbarie comunista. Lo reencontré más tarde. Acababa de ver arder París. Y Lisboa resplandecía. Un libro con una invitación a una exposición. El mundo que nos rodea es el mundo que nos forma. Hay algo mágico en su pintura. En sus trazos infantiles, esos mundo oníricos que vemos al cerrar los ojos. En su recuerdo del mundo askenazí. Esos colores. Esas figuras, estilizadas, procedentes de la infancia. Algún cuadro brutal, como ese de la Guerra, pintado tantos años después de que todo aquello ocurriera. Cómo el mundo del circo, clavado en su infancia, se quedó para siempre. Algunas esculturas con un aire a Lobo. Una exposción majestuosa.
Gracias Jesús


PS: La percepción social de la ciencia en España. Échenle un vistazo.

19.5.12

Nire aitaren etxea...


Madrid es una ciudad. Y lo digo con todas las letras. Cuanto más viajo, más de me doy cuenta de que el resto de España es todo provincia. Las lógicas premodernas y rurales de la mi tierra son las que hay en Zaragoza, o en Barcelona. La única metrópoli de España es Madrid. No hay más. Madrid, su mar, su cielo, es la única ocasión que tenemos de respirar aire limpio en este país que por siglos fue el final de la tierra. Suenan los Suaves en el Itunes, se nota, ¿Verdad? Comía esta semana con amigos lejanos, a los que veo de tiempo en tiempo. Turkilmaz, Patricia… Sólo Madrid nos dio la oportunidad de conocernos. Sólo Madrid nos permite seguir en contacto. Qué suerte esa gente con la que puedes quedar a comer, me dice Jesús por teléfono. Mira al mi pueblo. Estoy asomado a la ventana. Esta es mi tierra, mi casa. Aquí me reconozco. Aquí pertenezco. Aquí está la casa de mi padre. Aquí me quedaré cuando llegue el momento. Pero sólo entonces. Hasta que ese día llegue,  el resto será Madrid, la ciudad que me enseñó a ser libre.


PS: La necesidad de una biblioteca, deliciosa reflexión de Muñoz Molina.

18.5.12

Las elecciones


El libro de Zakaria.  Cuánto petróleo. Siguen las reflexiones, que brotan como una manada de pájaros después de un disparo. A vueltas con las elecciones. La manía de confundir Estado de derecho con Estado democrático. La manía, tan cara a la progresía española, de arrebatar legitimidad a la España de la Restauración. Ahí la pregunta es cuánta gente votaba en las elecciones inglesas en los años setenta y ochenta y del siglo XIX. Dos, y el del tambor. Nuestra historia, tan similar a la de Europa en tantas cosas. Pero de fondo, la sugerencia de que hay hacer muchas cosas antes de otorgar el voto a la gente, y no hay más que ver los resultados electorales en Túnez o en Egipto para darse cuenta.  Si por debajo no hay un auténtico demos, formado y crítico, las elecciones son una bobada, ideales para calmar la conciencia de la izquierda de salón, pero perfectamente inútiles en realidad o, en el peor de los casos, una forma de legitimar la victoria de regímenes que actúan contra la propia democracia. ¿De verdad alguien tiene alguna duda en relación a la abrumadora victoria que el general Franco hubiera obtenido en unos comicios libres en España en 1960?
La realidad, como siempre es más compleja que nuestros hermosos deseos.

17.5.12

Cine para sonreír...


Volver al cine. Volver a casa. Y con dos buenas películas que, a mayores, tienen más en común de lo que parece. Fuimos a ver la pesca del salmón en Yemen. Una comedia británica, muy británica, con un fondo más agrio de lo que la sonrisa continua deja entrever. Una Kristin Scott Thomas fantástica, y de fondo historias universales, como la vida misma: la crisis de vivir con una pareja a la que ya no le importas, si es que alguna vez le importaste, la necesidad de elegir cuando uno quiere, la búsqueda de los propios sueños, aunque sean disparatados.  Una película hermosa, sin mayor trascendencia.

También Intocable. O como tratar toda una panoplia de temas espinosos (una tetraplejia, el fracaso del modelo de integración, la desestructuración familiar…) sin perder la sonrisa. Una sonrisa que llega de la mano de varios tipos de humor. Un humor ácido. Un humor corrosivo. Un humor transgresor. Una comedia hermosa. Optimista. Una comedia del triunfo de la vida sobre la muerte. Sobre el dolor. Una película para reconciliarnos con lo que somos y para mirar con otros ojos nuestras tribulaciones. Fabuloso Cluzet y fantástico Sy en sus papeles.
Y la música. Una música que se convierte en otro actor más de la película. Sencillamente deliciosa.  

Sólo un pero. Vayan a verlas en Versión Original. Los doblajes matan el cine…

16.5.12

La libertad como destino


El libro de Zakaria sobre el futuro de la libertad. Una fuente de reflexiones. También sobre el capitalismo. Puede haber capitalismo sin libertades, pero desde hace décadas sabemos que no hay libertades sin capitalismo. En la facultad, el libro camino de servidumbre de Hayek fue una fuente de agua fresca.  
También una reflexión vinculada con la cultura. Es una parte, pero no es el todo. Las identidades colectivas suelen esconder mentiras. Muchas. Nadie hubiera pensado en 1945 que Alemania sería lo que es hoy. Nadie hubiera imaginado el hundimiento de la Argentina. Nadie hubiera imaginado el crecimiento de Corea del Sur. Más hipótesis fascinantes; la necesidad de que haya un cierto despegue económico antes de disfrutar de derechos democráticos. Sin ellos, la libertad fracasa. No se trata de hacer un planteamiento determinista, pero las elecciones sin un demos formado o sin un demos que tenga para comer suelen dar alas a los extremistas, que lo que hacen es acabar con la libertad en cuanto pueden. Ahí está la diferencia entre esa España republicana y la España de la transición. La renta per capita y la llegada a la ciudad de miles de emigrantes. El siglo XX, en suma. Cuando me tocó hablar del próximo oriente hace unos meses me dejó fascinado ver cómo gran parte de los indicadores sociales del Líbano son parecidos a los de la España de los años cincuenta. Quizá la modernidad era esto.
Sigo con el libro.


PS: "No soy un partisano, siempre soy un disidente. Sólo puedo confiar en el individuo, pero mi confianza en él es total” (Mihail Sebastian). Citado por Norman Manea y los exilios, en el fancine de prisa del otro día.

15.5.12

Entre la libertad y la democracia


Me puse, ya en serio, con el futuro de la libertad, de Zakaria. Un ensayo para dedicarle un rato, cortesía de Oscarnello Matzerath. Dialogar con el lector y hacerle preguntas; en eso consiste todo. En el libro, la diferencia entre la libertad y la democracia. Esa sensación de que algunos, que nacemos pelirrojos y manirrotos, somos mucho antes liberales que demócratas. La posibilidad de que existan Estados democráticos sin libertad, como la Rusia de Putin o la Venezuela Chavista. También hubo, es cierto, Estados liberales sin democracia, pero era un camino sin retorno: de la libertad se camina hacia la democracia, pero desde la democracia se puede caminar hacia el abismo cuando uno se abandona a la tiranía de la mayoría. Pero el libro tiene más fondo. Esa tesis que ya me contó John the Minor. La libertad nació de la separación entre el Papado y el Imperio. Por eso nació aquí, en Occidente. Constantino se fue de Roma y dejó a su obispo allí. De ahí venimos y sin eso no podemos entender la Humillación de Canosa. Porque la ausencia de un único poder regio facilitó que la iglesia católica fuera un poder diferente al civil. No como pasó en las confesiones ortodoxas, donde la fusión entre la Iglesia y el Estado acabó siendo total. Quizá por eso la Iglesia es lo que nos queda de la vieja Roma: las mismas lógicas universales; la misma desconfianza ante la centralización excesiva. Aquel mundo empezó a disolverse con el Estado ilustrado. Secularizar a Dios para poner en su lugar a la Nación. Cuando gana la centralización, suele perder la libertad, pero entonces no nos dábamos cuenta. Yo aún vivía en la Sanabria y me pasé el siglo XVIII ayudando a Cantón a levantar la capilla de su pueblo, que ya era el mío. Y llegó la Francia de 1789: un ejemplo de como la democracia puede cargarse la libertad, o los problemas de cambiar el despotismo del rey por el despotismo de la Asamblea. Ya lo escribió Umbral: el pueblo no es más que ese golfo que lleva dos siglos subido a una farola viendo pasar la historia

Sólo la libertad garantiza los derechos de los individuos. Muy por encima de lo que lo puede garantizar un sistema democrático.

Ese carácter francotirador de los dos o tres liberales que vivimos en España. Esa banda sonora, en forma de una canción del Loco: “Sin líder a quien adorar, / ni izquierda ni derecha que me obligue a avanzar. / Desconfiado como un animal / que defiende su espacio vital…

14.5.12

El final del camino...


Había un sueño. La izquierda independentista desmarcada de la violencia. Se llamó Aralar. Políticamente, un disparate: no hay más que leer las bobadas del tal Zabaleta. Pero eran bobadas con un componente ético claro. Otro sueño que Zapatero hizo saltar por los aires con su disparatada política antiterrorista. Si ETA puede entrar a las instituciones sin haberse disuelto, ¿qué sentido tenía un partido de izquierdas e independentista que condenara la violencia? Así que el mundo etarra empezó a comerse el partido, como se ha comido ya a la vieja EA. Sin embargo, algunos concejales y tres de sus diputados en la cámara regional de Vitoria no entraron al juego. Y se negaron a apoyar la presencia de ETA / Batasuna en la ponencia sobre paz y convivencia del Parlamento vasco. Como resultado, el partido los ha expulsado . Parece que los críticos han formado otro, de vida imagino que efímera.
Otro gran servicio a la nación del tal Joseluis. Nunca te olvidaremos.

11.5.12

Leernos en otros


Escribimos para que nos lean. Claro. Hasta Montaigne lo hacía. Por eso, sentir de vez en cuando el aliento de los lectores reconforta de manera particular. Hablaba con Juan de la Cuesta, “impresor de halcón en puño”, senabrés de nación al que en esta vida todos llaman Lauru. Se nos fue la charla hablando de los artículos que escribimos, y de los proyectos que pergeñamos. Y me contó: en Mombuey te leen, Perdíu. Y tu artículo es de los primeros que buscan en el periódico. Y yo, que quizá sólo escribo, como Zambrano, para defender mi soledad, me sentí feliz. Uno escribe no sólo para defenderse, sino también para comunicar. Y para comunicarse. 

Aunque la clave, como en tantas otras ocasiones en las dos últimos años, me la tuvo que dar un poeta. Claro. Quién iba a ser si no. José Emilio Pacheco, un mejicano que ganó el Cervantes en 2009 y al que el jurado definió con acierto como un “un poeta excepcional de la vida cotidiana”.

Pacheco, digo, escribió una vez “No leemos a otros: nos leemos en ellos.  / Me parece un milagro […]”

Ahí queda eso, desocupado lector.

10.5.12

Un tal López...


El tal López. Ya escribí alguna vez que nunca me ha parecido un tipo de confianza. Alguien que mantiene como presidente de su partido en una provincia a un maltratador no es de fiar. Alguien que se reúne con la ETA y se enorgullece de ello no merece mucho crédito. Ese complejo que late por su venas de no soy suficientemente de aquí y tengo que conseguir que los amos del caserío me extiendan el “eusko-label”. Esa socialdemocracia española, tan avergonzada de serlo. Tan feliz de considerarse, en sus sueños con Onán, francesa a todos los efectos.
Menudos botarates.
Hubo, después de tantos años, una oportunidad para que por fin hubiera un gobierno no nacionalista en el País Vasco. Y nos tuvo que tocar el tal López como presidente. También es mala suerte. Nunca entendió, como creo que sí que lo supieron ver Nicolás Redondo o Mario Onaindía, que a  la política identitaria y desacomplejada de los nacionalistas vacos, cruentos o incruentos, ha de responderse con una política radicalmente no nacionalista. No hay que debatir grados. Hay que impugnar la raíz. Jugando a debatir grados siempre ganarán ellos. 
Y así llevamos décadas…

9.5.12

Una sola crisis y tantos culplables...


El sistema financiero. Tantos culpables. El tal Solbes, que iba de sensato. Su debate con Pizarro en 2008 debería de formar parte de todas las escuelas de ciencia política del mundo. Menudo cinismo. Y de rositas que se fue, el tío. El tal Zapatero. Un analfabeto. Funcional. Nunca entendió nada de nada. En la championslí, decía el cretino. Dónde nos dejó. Pero también al otro lado. Valencia, la economía emergente, decían. Menudos caras. La estafa de la CAM y la estafa de Bancaja. Por no hablar de la estafa del tal Rato. De dimisión en dimisión. Consejos de Administración llenos de vividores. Gentuza a la que nos le da vergüenza explicar de dónde provienen sus ingresos
Y en el medio, nosotros. Ciudadanos ajenos a los manejos de unas élites corruptas que se abrazan sin disimulo detrás de las cortinas.
Me cabrea este juego en el que estamos y en el que nadie nos explica nada. En el que los gobiernos y sus partidos ponen y quitan. Dan y arrebatan. Y recuerdo esa frase de ese diletante genial que fue Oscar Wilde, cuando señalaba, pensando en este mundo nuestro de mangantes que, sin dar un palo al agua, están todo el día indignados: “No exijas incesantemente tus derechos si no estás seguro de que cumples con tus obligaciones


PS: En Galicia. En el campo de las Estrellas. De nuevo.


8.5.12

Elecciones...


Hubo elecciones en varios países. 


En Francia la socialdemocracia intervencionista le ganó la batalla, por poco, a la derecha intervencionista. No cambiará gran cosa. Pobres franceses, tan pendientes aún de su grandeza, como si ellos hubieran tenido algo que ver en ella. Volver a los enarcas, después de cinco años de un outsider. Así son de radicales y de progresistas los franceses…


Las hubo también en Grecia, ese país que se imagina descendiente de Pericles y que en el que en realidad nadie es lo que parece. Unos resultados desastrosos, con la extrema izquierda y la extrema derecha ganando fuerza en el Parlamento. La crisis es el caldo de cultivo ideal para que prosperen los necios.

Hubo, también y en fin, elecciones en Serbia. El país en el que se amalgamaba la defensa de la cristiandad con el mundo eslavo, en frontera con el latino y el germánico. Aquel melancólico Príncipe Lazar que, en el campo de los Mirlos, eligió el Reino de los Cielos: perder para ganar siempre. Los comicios los ganó Tadic, y es un buen resultado para los que creemos en la libertad y en los individuos; los que honramos la memoria de Djindjic. Las ratas de Nikolic, que en realidad son las ratas de Seselj han quedado cerca, pero espero que no ganen en la segunda vuelta.



PS: Félix de Azúa escribió: “Lo de los griegos es sensacional. ¿Cómo pudieron las autoridades europeas tomar en serio los datos que les daban unos dirigentes que sin excepción eran fanáticos de la mentira, el fraude, la estafa y el robo? Y eran así porque la población entera les había elegido como sus modelos. Algunos ejemplos. La jubilación de los empleos considerados “peligrosos” es a los cincuenta y cinco, pero hay seiscientos trabajos considerados peligrosos, entre ellos la peluquería. El déficit declarado por el gobierno en 2009 era del 3,7%, hoy sabemos que era del 14%. En Grecia nadie paga impuestos”.

7.5.12

La investigación también era esto...


Paco. Un lingüista. Lo entrevistan en el Noroeste de este mayo. Ha hecho, durante un par de años, un trabajo magnífico en Porto. En Porto de Sanabria. Uno de los pueblos más enigmáticos de esta tierra tan cara a los enigmas, las leyendas y los misterios. A veces me da la sensación, cuando paseo, si no estaré pateándome Toledo sin darme ni cuenta. Les decía de Porto. Y de su sierra, Sospacio. Y de su dialecto, el porteixo. Paco llegó con sus conocimientos y su sentido común y en poco tiempo reorganizó el archivo y empezó a datar documentación. Documentación imprescindible para comprender el pasado de este país de frontera en el que las identidades no estuvieron claras hasta que llegó la televisión, en los años sesenta del pasado siglo XX. Un trabajo fascinante, que he podido leer en profundidad durante el último años. Un trabajo que no ha terminado aún…
Pero en este país de fútbol en la Championslí. En esta Comunidad Autónoma de democristianos de buena familia, no hay dinero para que el proyecto avance. Claro que no. Aquí el gobierno se lo gasta en cosas más serias; cajas de ahorro arruinadas, autovías sin tráficos... Total, ¿a quién le importa lo que pasara en la periferia de esta tierra perdida y abandonada por todos?
Debería darle vergüenza a mucha gente que se acabe el dinero para este tipo de proyectos. La ausencia de un relato en los recortes es lo peor de este gobierno de abogados del Estado. A ver si mañana tengo un rato y le doy mi opinión al respecto…
En fin, menos mal que hace siglos que soy un apátrida.


 PS: en Pucela. Están las cosas como están…

6.5.12

Lobos, feroces y feraces


Descubriendo lugares. Bueno, en realidad debería escribir “re-descubriendo”. El Lobo Feroz, de Manzanal. Hace muchos años, en otra vida, estuve aquí. Se casaba la hermana de Mi General y aquí vinimos a celebrar la pre-boda. Había prisa, y muchas mentiras. Así que lo disfruté en solitario. Pero ya no le guardo rencor a los sitios. Para qué. El rencor no nos deja vivir y los sitios no hereden los pecados de aquellos que los visitaron. Ahora cambió de dueños, y hacen un cocido para morirse. Quizá la mejor relación calidad precio en cuanto a cocidos que he probado en mi vida. Se nos va el almuerzo con charlas, sonrisas y planes. Entre amigos.
Un buen garito para coger fuerzas antes de entrar a pasear por la Culebra.
Apúntenselo. 


PS: mañana de spa segoviano. Hace falta

5.5.12

El señor de Montaigne


El señor de Montaigne. Creo que me va llegando la hora de acercarme a él. No se me ocurre una forma mejor de hacerlo que a través de Zweig. La vida se ve diferente cuando te acercas a ella a través de aquel europeo  último que se quitó la vida, desesperanzado, en Petrópolis. Y de la mano del Acantilado, claro. Un breve acercamiento a medio camino entre en el ensayo y la biografía. Dice Zweig en las primeras líneas que hay autores a los que uno puede acercarse en cualquier momento, pero que otros, como Montaigne, exigen del lector no ser “demasiado joven, ni tampoco carecer de experiencia y desengaños”.
Está lloviendo en la Sanabria y hay silencio en casa. Más cerca ya de los cuarenta que de los treinta, con experiencias que pensé que jamás viviría, y con algunas melancolías tatuadas en la espalda, me preparo para, sentado en el quicio de la ventana, mientras llueve en la mi tierra, conocer al señor de Montaigne. Nieto, claro, de judíos españoles expulsos.
La lectura. Esa forma de conversación que trasciende las barreras del espacio. Y del tiempo. Bienvenido a la mi tierra, a mi siglo  y a mis circunstancias, señor Michel Eyquem. ¿Conversamos?



PS: “Sabiendo que los puedo disfrutar cuando quiera, estoy satisfecho con el mero hecho de poseerlos. Nunca viajo sin libros, ya sea en tiempos de paz o en tiempos de guerra. Pero a menudo paso días y meses sin mirarlos. Los leeré poco a poco, me digo, mañana o cuando me plazca... son las mejores provisiones que he encontrado para este viaje de la vida
Zweig, Stefan: Montaigne. Acantilado, Barcelona, 2011.  Págs. 59 y 60

4.5.12

Lecturas desde la sociedad civil


La sociedad civil. Un sueño quizá inalcanzable. Mis amigos, muchos y buenos, de everis me hicieron llegar el libro que resultó del proyecto Transforma España, un ensayo de la Fundación Everis para encontrar entre todos las claves que permitan cambiar la cultura de nuestro país. Detrás del proyecto, Marc Alba, quizá uno de los socios más interesantes que hay en la firma. Detrás de la compañía, un grupo de gente que, por su forma de trabajar, hacen bueno aquello de que los españoles, durante siglos, fuimos los prusianos del sur de Europa.
Una vindicación del esfuerzo y del talento, una vindicación necesaria en un país como el nuestro, una sociedad compuesta a partes iguales de franquistas clericales y sindicalistas perezosos que comparten, con la misma pasión, el odio al mercado, el odio a la libertad y el odio a la excelencia.
Léanlo despacio.

3.5.12

Fiestas y Sacramentales


Era la Sacramental. Mi padre, casi con ochenta ya, sigue subiendo a tocar las campanas. Lo acompaño. El ritmo de la música para llamar a los fieles. Debían oírse también en la sierra, para que los vecinos supieran lo que pasaba o recordaran que había que ir a la Iglesia. Hay un lenguaje de las campanas que se va perdiendo. En la Parroquia hay dos. Una es de 1872, “soy del concejo de Santa Colomba”, lleva inscrita, orgullosa. Es la Santa Bárbara. Con ella se tocaba cuando empezaba a granizar, para que la ira de Dios no arruinara las cosechas. La otra es “la campana grande”. Se fundió en Salamanca en 1944, porque la otra, que era aún más grande, “estaba rajada ya” me dice mi padre antes de empezar a tocar a misa. Las campanas, sus ritmos y sus ritos, explican mucho de cómo era la vida en el medio rural castellano hasta hace unos cincuenta o sesenta años.
A mi padre le hace especial ilusión, así que entro a Misa con ellos. Lo importante son las personas, no los ritos. Y cuando puedes hacer feliz a alguien cumpliéndolo, ¿qué problema hay?

Ninguno. No había ninguno.

2.5.12

Seguimos de paseo...


Los paseos por el mi pueblo. Una experiencia deliciosa. A la vuelta, me encuentro con Toño. Un amigo antiguo. Su padre fue, mientras vivió, una de las personas más interesantes, y más heterodoxas, del pueblo. A los dos siempre nos ha gustado hacernos preguntas sobre lo que vemos. También a su padre. Hablamos de la Iglesia. De la nuestra, aunque la frecuentemos poco. Está levantada. Sobre roca, me dice. Se construyó encima y el resto del terreno se rellenó de tierra. Entramos a pasearla. Es cierto. Majestuosa e inacabada, le falta claramente una nave lateral. Toño me insiste en que los retablos se hicieron ex profeso para la iglesia, porque los huecos no pudieron añadirse después. Aunque sigo sospechando que el San Pedro del retablo lateral izquierdo viene de Pobladura, aquel pueblo misterioso deshabitado por una peste quizá en el XIV.
Hay algo metafórico en el concepto de una Iglesia elevada sobre una roca.
Llueve. Yo, al revés que el poeta, adoro estos burgos en los que demora su partida el invierno.

1.5.12

Walking...


Deja de llover y aprovecho para salir a dar un paseo. El mi pueblo sigue siendo un sitio lleno de sorpresas. Me encamino hacia el pueblo de los que trabajaban el Cobre. Antes de llegar al arroyo de la Mundeira, me detengo para fijarme en La Cruz de las Ánimas. Mi padre, como siempre, me explica. Hasta hace unos quince años estaba casi enfrente, en el lado de la derecha según sale uno de mi pueblo. Recuerdo el cambio, quizá coincidiendo con la apertura de la carretera. La Cruz de las Ánimas la levantó Miguel San Román. El patriarca en aquel momento, hará ahora un siglo, de la familia poderosa que quedaba en el pueblo: los treinta. Me dice mi padre que aquí hubo una Iglesia. Y un cementerio. Estamos cerca del Barrio, el que yo creo que es el origen del pueblo, donde se asienta la legendaria Casa del Barrio de la que viene una parte de mi familia. Una Iglesia aquí daría fuerza a mi intuición de que el pueblo nació aquí y se fue extendiendo, pegado a la montaña, buscando el valle. Las piedras de aquella primitiva Iglesia quizá fueron las que componen hoy no sólo una de las casas mágicas del Barrio, sino también algunos de los sillares de la Iglesia Parroquial.
Hablando de la Iglesia...