31.3.10

De vuelta a Junín

Dos personas me hablaron ayer de mi abuelo. De mi abuelo, del nieto del auténtico Perdíu, a quien aún recuerdo tantos años después de su muerte. A primera hora fue mi acompañante en los Meleiros. Su madre era muy amiga de mi abuela y tenía muchos recuerdos de él. De cuando el ti Manuel era toda una referencia, y una autoridad, en los negocios en esta la mi, y sobre todo la su, tierra senabresa. Era un hombre alegre, un gran comerciante, todo el mundo me lo dice. Mi interelocutor me hablaba de un truco que hacía mi abuelo cogiendo un montón de papelitos, metiéndolos en la mano y soplando luego para salieran con un golpe. Y yo recordaba al rey del humo del que habla Claudio Rodríguez en uno de sus más celebrados poemas.

Luego marché al Mercado. Mientras esperaba al arquitecto, un paisano vio a mi sobrina y nos dijo: es igual que su bisabuela. Y ya nos pusimos a charlar; enseguida salió mi abuelo en la conversación. Y me habló de cuando los tres hermanos (eran tres los nietos que el legendario Pedro, aquel del maldito seas, porquénomecasaríacontigo, le dio al Perdíu, aunque el Perdidaco no llegó a conocer a ninguno de ellos) iban de caza. A por perdices. Con aquellas escopetas fabricadas en Eibar de las que aún alcancé a ver, hace diez años, una en la casa familiar de Cervantes. Y me contó algunos de los chistes que el ti Manuel contaba en el negocio familiar cuando llegaba algún cliente y con los que me topo, periódicamente, cuando paseo por la tierra senabresa.

Mi abuelo. Al que debo mi piel blanca, mis pecas interminables y al que debo, a más a más que diría un catalán, el nombre. Y como sabe a estas alturas cualquier lector mínimamente serio de poesía, uno no es sino su nombre.
Ningún interés en hacer memoria histórica al respecto. Mi abuelo. Un hombre bueno. Quién me dirá, a mi también, cómo eras y quien fuiste.

PS: “Hill ezinak dira hitzak, izan arreu, zaurituak”. Para los que, como yo, no hablan vascuence, “Las palabras, aunque heridas, no pueden morir”
PD: Para los que gustan de conspiraciones, esta es su tesis.

30.3.10

Mi vecino de enfrente

Cuando estoy en casa suelo ir a trabajar a alguno de los hoteles de mayor nivel que hay en la mi tierra senabresa. Está uno ya mayor para gilipolleces y prefiero estar cómodo a estar incómodo, qué le vamos a hacer. Dentro de la comodidad está, lógicamente, el wifi, así que me turno entre el Parador, de mi amigo Juanjo y Los Meleiros, un remanso de paz gestionado por paisanos y sin embargo amigos, al lado de la carretera. Ayer estuve en los meleiros. En el salón de la tele. Siempre que vengo, inviariablemente, tengo un compañero de salón. Es un hombre de unos setenta años, muy educado y bastante culto. Siempre viene a media mañana con un par de libros y se queda leyendo hasta la hora de comer. Mi maldita timidez hizo que cuando me lo presentaron, hace un año, me mostrara algo distante (eso me dijeron). Ahora cuando nos vemos nos saludamos y comentamos algo de lecturas, poca cosa. Ignoro su nombre pero sé que no tiene hijos y que vive probablemente solo en algún pueblo de por aquí. Cuando lo miro, las manos envejecidas, el respeto a los libros, las gafas, los andares lentos, no puedo dejar de pensar. Quizá yo sea así dentro de treinta o cuarenta años. Cuando, oscurecido de todos, y sin que nadie me recuerde, sin que nadie me conozca, me refugie en mis montañas a leer con ojos cansados, a escribir con pulso tembloroso mientras la lluvia cae, como cae ahora, sobre la mi tierra senabresa.

PS: Azorín escribió en 1907 “Dame, Señor, una casa tranquila y en el campo. Yo quiero tener en ella unos pocos árboles verdes; si esta casa da al mar, yo comprenderé mejor a cada momento la inmensidad del infinito. Yo quiero tener también en esta casa un buen perro que se ponga a mi lado y que me mire silencioso con sus ojos de amor. Yo quiero ver todas las mañanas cómo las puntas de las lejanas montañas se ponen de color de rosa; yo quiero ver por las noches las luces misteriosas de las estrellas. Y así, Señor, deseo pasar el resto de mis días: olvidado de todos, oscurecido, sin que nadie me nombre, sin que nadie me escriba”.

29.3.10

Desde el cercano oriente

Desocupado lector, habrá visto crecer últimamente el número de enlaces de esta página. Uno de ellos, Finding Beirouth, aparece aquí enlazada como “La bitácora de Miqui (Desde Beirut)". Miqui es, como sabe el paciente lector, Miquel Barceló, uno de los habituales de este casino decimonónico en forma de blog que tengo abierto desde hace años. Motivo personales lo han trasladado a Beirut y desde allí nos va poniendo al día de lo que ocurre en la capital del país que fue considerado la Suiza del próximo oriente en los años cincuenta. Cinéfilo empedernido, hombre culto, muy por encima de la media de la izquierda española y no digamos nada de la catalana, sus apuntes le ayudarán a comprender, como a mí, desocupado lector, la compleja realidad de aquella zona del mundo. No deje de seguirlo

Otro enlace “La biblioteca del Cervantes en Beirut”, ha sido abierto por otra lectora de esta bitácora, en este caso nuestra añorada Bambi. La web 2.0 se abre paso en los organismos públicos de la mano de profesionales serios y rigurosos como ella. Un buen espacio para saber lo que se cuece en esa magnífica representación de la cultura y de lo español que es el Cervantes en cualquier lugar del mundo. ¡Ánimo con la bitácora y que no decaiga!

PS: Conforme a la división establecida por Julien Benda en sus memorias, y que toma prestada de William James, si no me equivoco, Arcadi es un once born, alguien que nació conformado de una manera determinada y que, con el paso del tiempo, no ha cambiado ni pizca en lo esencial. Yo, en cambio, soy un twice born, alguien que un buen día volvió a nacer […] por propia convicción, como consecuencia de haber vuelto la vista atrás y haber decidido, dada la trayectoria seguida, que no quedaba otro remedio que llevar otra vida".

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 257

27.3.10

La literatura, el cine y la vida

Acabé Adiós Camaradas, préstamo de Mrs Snow. Un poco en la línea de Si Sabino viviría, pero algo más flojo, en realidad. Simple divertimento para echar el rato, si tienen algo mejor a mano no lo lean. Fuimos al cine y esta vez nos equivocamos de medio a medio. El libro de Eli es un rollo de película, con una mística religiosa que deviene insustancial. Nunca me han gustado las películas postapocalípticas tipo MadMax. Con waterworld no me salí del cine porque estaba en ciudad ajena y es de mala educación. Un rollo, en fin, casi me quedo dormido.
Leí también El baile, una deliciosa pieza de Nemirovksy, el paso complicado de la niñez a la adolescencia, con la sociedad francesa de fondo. Breve y hermosa.
Y para cosas hermosas, Maite y Elena, los dos vástagos de Mi General, nacidos el 25 de marzo, como su bisabuela paterna. Enhorabuena a la madre y felicidad al padre, a Andoni y a las niñas.

PD: en un rato, en cuanto acabe de ofertar, a la Sanabria a echar la semana.

24.3.10

Disparates varios

Como buen politólogo, me manejo por el mundo con varias teorías. Algunas bastante flojas y otras sencillamente insostenibles cuando se argumentan en público. Una de ellas, acaso la más disparatada, es que en el mundo, en realidad, hay cincuenta o sesenta personas, y que todo el mundo que conocemos es una de esas cincuenta o sesenta personas que se limita a cambiar de formar y a adoptar aspectos diferentes en cada ocasión. Hoy la he vuelto a validar; tenía una reunión con un Director general. La reunión ha sido agradable, es un alto cargo bastante preparado para su puesto, y mientras conversábamos, la reunión ha durado casi una hora, yo iba pensando, joder a este lo conozco, coño es Yunix un buen amigo, ahora en las Américas: los mismos gestos, la misma cadencia al hablar. Cuando estoy reunido con gente que acabo de conocer y me estoy aburriendo, lo cual me ocurre muchas veces, pero guárdeme el secreto, desocupado lector, siempre me entretengo pensando quién de esas cincuenta o sesenta personas es mi interlocutor.

Y no fallo casi nunca, oiga usted.

PS: Mi buen amigo y seguidor furtivo de esta bitácora D. Faustino R. ha cambiado de trabajo. Y cuánto me alegro por él. Un buen puesto, vive Dios, acorde con su valía. ¡Enhorabuena amigo!

PD: La transformación de los sistemas políticos no depende de los cambios exteriores, sino del estado social: un pueblo culto es un pueblo libre; un pueblo salvaje es un pueblo esclavo, y un pueblo instruido a la ligera, a paso de carga, es un pueblo ingobernable. Las libertades las tenemos dentro de nosotros mismos: no son graciosas concesiones de las leyes. ¿Qué importa que la ley nos declare libres si estamos poseídos por vulgares ambiciones, y sacrificamos nuestra libertad y aun nuestra dignidad por satisfacerlas? Hemos adquirido el derecho de insultar las más respetables instituciones, y hemos perdido el derecho de usar una faja que, aparte de servirnos para meter en ella todos los objetos que llevamos diseminados por innumerables bolsillos, nos serviría también para conservar bien abrigado el estómago. A cambio de la libertad de las ideas, nos dejamos despojar de una libertad más bella y más noble: la de la forma; y nuestra aspiración parece hoy por hoy cifrarse en que todos los hombres, unidos en coro inmenso y fraternal, entonen un himno a la libertad, puestos previamente de frac y corbata blanca.

Angel Ganivet: Cartas finlandesas.

23.3.10

Cine y literatura

Estuve viendo Historia de un crimen. Decía el otro día que siempre he sido un tipo bastante esnob, cuando se trata de la literatura norteamericana del XX. Ya ven, nadie es perfecto. Me fascinó A Sangre fría como me fascinó, ya lo dije, El guardián entre el centeno. La película cuenta cosas que Truman Capote no cuenta en su obra; básicamente su confusa relación con uno de los asesinos y el proceso de elaboración de la obra. Cómo este libro cambió a Capote. Aquello fue el final, en cierto modo, de su vida creativa. Un autor devorado por su obra. Una buena película para ver, en cualquier caso, después de haber leído el libro.

Me queda tanto por leer, tanto por ver, que temo no tener tiempo. Me da miedo olvidar las cosas hermosas que veo y que he leído. Me da miedo perderlas, como me da miedo no poder compartir. De hecho, tal vez, lo que más miedo me da es no tener con quien compartirlo. Igual el final de cualquier relación humana es eso, cuando ya no quieres o puedes compartir cosas. Quizá la soledad sea sólo eso: no compartir lo que quieres con la gente a la que quieres. Aunque quizá todo se me atenúa porque yo, como Vallejo, también sé, ya lo sé, que hay una persona / que me busca en su mano, día y noche, / encontrándome, a cada minuto, en su calzado.


PS: “I´ve always believed that whenever you do something right it gives you a little bit of weight so that you come to feel rooted to this earth, you know?. Solid. Secure. Now what scares me is that well, sometimes, out of nowhere a bad wind blows up. Now it could be cancer, could be drink, could be some woman that don´t belong to you. And despite the weight that´s holding you to the ground, when that wind comes, it picks you up light as a leaf and it takes you where it wants. We´re in control until we´re not. Then we´re helpless".

22.3.10

Literatura de la buena

Acabé El Guardián entre el centeno. Un gran libro, vive dios. Siempre desdeñando a Salinger y no tenía ninguna razón. Me pasó de adolescente con Kennedy Toole y me pasó hasta este verano con Truman Capote. Soy un inculto. Y un esnob. No sé porqué digo que no me gusta la literatura norteamericana del XX cuando tres de sus obras cumbres me parecen magníficas. El guardián, un viaje iniciático; un adolescente por Nueva York. Un mundo en cambio, la salida de la infancia y la entrada, desagradable, en el mundo de los adultos, cuando uno descubre que la vida está llena de aristas, y que muchas de ellas son de afilado cristal. Y que cortan de cojones si te acercas demasiado a ellas. Cuando uno descubre que las cosas no son, en general, como nos las han contado. Cuando uno descubre, con Benedetti, que nuestros padres mintieron, y que eso es todo. La llegada, en fin a un mundo sin certezas.

En fin, El Perdíu fue adolescente, claro que lo fue.

Y también lo echaron de un colegio por mal estudiante.

¿Cómo no sentirse cerca de Holden Caulfield?.

20.3.10

Marchando una de ruborización

Allí estaban todos, muchos de ellos personajes habituales de esta bitácora: Jaime, a quien llegué a través de Carlos; Mr. Lord y sus amigos los humanos; Anabel, rapada en otoño; John the Minor, con quien nunca hizo falta firmar nada; el mítico Llorenç; Nieves eta Mario; el maestro Esteban; Meli&;Sara; Olivia en espíritu; el Chiquitín de Fuenterrabía; mi admirado D. Faustino R…; estaba Sanes, estaba Marius y estaban muchos otros amigos cuya enumeración sería larga de hacer aquí, pero a los que agradezco su compañía aquella noche. Y claro, estaba también el núcleo duro de lo que Antuan llama “el Kolectivo”: estaba Hornuez, claro; estaba Chisun, claro; estaba el hijo del Carolkas; estaba Joao, claro. En espíritu estuvo Mi General, y también el Maiquel, claro; y mi profesor Juanino; y Chimeno en Bolivia, y mis amigos libaneses, y María desde Alemania. Y estaban, claro que estaban, Mi Coronel, Mi Secretaria (buen viaje, ¡te echaremos de menos!) y Mirmana.

Ha sido un año duro. Con algunas cicatrices saladas, con algunos descubrimientos sensacionales y con alguna que otra enseñanza. La básica la escribió Tito Livio hace casi dos milenios, pero sigue tan actual entonces como ahora: “Al fin y al cabo, el fin del mundo no va a suceder mañana.
Gracias a todos.
Conseguisteis ruborizar al Perdíu.

17.3.10

La emoción del buen cine

Fuimos a ver El Concierto. Las dictaduras. Comentaba una vez hace años ya con el desaparecido Carles que lo peor de una dictadura no es que no haya elecciones, o que no haya prensa libre. No, lo duro en realidad es la vida diaria, la cantidad de renuncias que uno ha de hacer en la misma: no leer a ese autor, vigilar con quién hablas y de qué... La miseria de la vida cotidiana, las pequeñas renuncias que lo van aprisionando a uno poco a poco, sin llegar a darte cuenta. El Concierto es una película magnífica, algo melancólica y profundamente oxidada por la tristeza. La vida diaria de un director cuya carrera fue arruinada, en plena y corrupta época de Brezhnev, por un fiel esbirro del poder. Sus músicos, la transición rusa del comunismo a la mafia, valga la redundancia. La lucha por los sueños. La lucha por no perder la dignidad. Una película además profundamente cómica en algunos de sus detalles, reflejando ese mundo caótico en el que se ha convertido Rusia de un tiempo a esta parte.

Una película tierna. Una película para ir a ver al cine, claro. Aunque sea usted lector, como me pasa a mí, un profundo inculto en materia de música clásica. El final, con Chaikovski en su apogeo, es magnífico.

PS: [Gueidar] "Aliev pertenecía a la camarilla de Brézhnez, un grupo que se caracterizaba por un alto grado de corrupción, por la afición al lujo oriental y por una depravación ilimitada. Practicaban la corrupción sin un asomo de vergüenza, todo lo contrario: la ostentaban de una manera desafiante y provocativa".
Kapuscinski, R.: El Imperio, Barcelona, Anagrama, 2007. Página 152

16.3.10

Crónica de un día

Por teléfono la jornada empezó en el valle del Loira y acabó en la Florida: Manolito desde el Loira, Hanna desde su despacho, Albert desde la cama, Bibiana desde su baja, Joxete desde la sierra, Nieves desde el norte, Jotapivi desde una rotativa, Joxemanuel desde la caja fuerte, Carmen junto a la ciudad del alma, David migrando, Ramunet desde el lejano sur, Chisun desde un fax, Oscar y Sara los carabancheles, Nostra bellísima Beatriu, desde el cole, Pili, desde Alcalá; Joao, desde la obra; el hijo del Carolo, desde la amistad; Jorge, claro; Rosita, desde el bosque y Mi General, claro, Mi General.

Por facebook Patricia desde Segovia, Ángel Pacheco y su jamón de la calle Cádiz, Bea y Diana, mis hermosas niñas de la Sanabria; Lila; Bambi y Miquel Barceló desde el medio oriente, Antuan desde Burgos, Nacho desde un laboratorio, Joao desde un autocad, Silleres desde un catre, Inma desde un estudio, Miriam desde un gabinete; Carola desde el levante; Chimenauer desde una barrica, Nachete desde el palco del Bernabéu, la Úrbez desde la dirección, Alberto desde Algete; Amu desde el legislativo, Angel Antuan desde Algete, Teresa desde el despachom, Manuel Vicente desde Cervantes, Chorch, desde el corazón; María Luisa, desde Sevilla, quién lo diría; Fernandito, el último Saavedra; María, desde el barrio Triana, Maricarmen, desde la Macarena; Lina, desde el oeste; Clara, desde el pasado; Fadrique, desde Pequín; Juan Martínez, que estaba allí; Michelle con las gemelas; el Bixente, hementxe gaude; Patri, desde otro laboratorio; Leticia, desde las Provincias Unidas; Viti, desde la UME; Javi, desde la Delegación del Govern; Bob, desde Batavia; María, desde un baso de agua cuando subo con la bici del río, con apenas diez años; Gemita, desde sus rizos; Elisa desde unos caramelos y un Diario de León extendido en la mesa; Santilotxi, desde Sanabria, claro; Iker, desde Vizcaya; Xavi desde Canarias, casi y Marcarena, desde Chile.

Gracias a todos por acordaros. Y por hacerme sentir especial cada quince de marzo. Da gusto cumplir años con los amigos acordándose de uno.

PD: Agradecimientos.

15.3.10

Emigración en cumpleaños

Aproveché el fin de semana para ver, en dos sesiones, América, América, la épica película de Elia Kazan basada en la historia de la llegada a los Estados Unidos de su familia a finales del siglo XIX. Un relato algo largo. La historia de un joven griego que asume que no hay futuro para ellos en la Anatolia previa a la Gran Guerra. Un viaje homérico hacia la madurez, los robos, la traición, la lealtad. Una obsesión para todas aquellas gentes, América, la tierra de las oportunidades, una tierra sin reyes, sin califas, sin servidumbre. Una tierra de oportunidades. La mirada del emigrante, siempre tan igual, año tras año, país tras país, lugar tras lugar. El afán de mejorar, de ofrecer vida mejor a los hijos.

Una buena película sobre los sueños, sobre la pobreza y sobre la desesperación.

Un buen recordatorio, ahora que pensamos que los españoles fuimos ricos de siempre, y no miramos ya las fotos de nuestras maletas camino de argentina hace cien años o de Suiza hace cincuenta. Porque la patria, lo dijo Cánovas, es aquella que te da de comer.

PS: "Cuando escuché a mis amigos dominicanos describir la situación de los haitianos en la República Dominicana quedé asombrado por los estrechos paralelismos que guardaba con la situación en Estados Unidos de los inmigrantes ilegales procedentes de Méjico y otros países latinoamericanos. Escuché las famosas afirmaciones que se refieren a “trabajos que los dominicanos no quieren”, “empleos mal pagados pero mejores no obstante que los que tienen en su tierra”, o a que “los haitianos nos traen el sida, la tuberculosis y la malaria”, “hablan otra lengua y son más morenos” y que “no tenemos ninguna obligación de ofrecer atención médica, educación y vivienda a los inmigrantes ilegales, ni podemos permitírnoslo”. En todas esas afirmaciones bastaba sustituir las palabras “haitianos” y “dominicanos” por “inmigrantes latinoamericanos” y “ciudadanos estadounidenses” para que el resultado fuera la habitual expresión de las actitudes estadounidenses hacia los inmigrantes latinoamericanos".

Diamond, Jared: Colapso, por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Barcelona, Círculo de Lectores, 2006. Página 464.

13.3.10

Castilla para turistas / Castilla para extranjeros

Murió Delibes. La lengua castellana desde Castilla. No creo que fuera el mejor escritor vivo en lengua española, aunque probablemente era el mejor escritor español vivo. Mi infancia: El camino, con Daniel el mochuelo y unas cicatrices que sabían saladas. Mi adolescencia: Cinco horas con Mario, cuando un policía a las tres de la mañana es el ministro de la gobernación; La mujer de rojo sobre fondo gris, cuando rojo no era sólo un color; Los santos inocentes, milana bonita, claro. La universidad, en fin, con la sombra del ciprés es alargada o las ratas.

Luego me alejé de él. No fue por su culpa ni por la mía. Te van cambiando los gustos, eso es todo, pero nunca dejé de pensar que leerle era volver a casa.

Delibes, el hombre que nos descubrió a Umbral. Que la tierra le sea leve.

PS: "Los libros son de cuando uno los lee, dado que la recepción que de ellos hacemos depende en gran medida de nuestra disposición de ánimo."

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Página 358

11.3.10

Marchando una de lealtad por favor

Además de inútil, tenemos un ¿gobierno? bastante cínico. El dizque presidente se puso esta semana digno en el Senado con el portavoz de la oposición a cuenta de la cantinela esta que repiten los lanas y sus altavoces de que el pepé no colabora en asuntos de Estado. De acuerdo con el partido que soporta, en sentido literal, al presidente, la cosa transcurrió tal que así: el tal Rodríguez Zapatero exigió al PP que se ponga al lado del Ejecutivo en "cuestiones trascendentes" de política exterior y lucha antiterrorista, porque "casi nunca lo hacen".

Recordaba el gran Santiago González el otro día dos ejemplos de cómo Zapatero, en la oposición, hacía exactamente lo contrario de lo que ahora le pide a la oposición:

Por un lado, su vista a Marruecos, un Estado que había retirado su embajador en aquel momento, sin haber informado previamente al gobierno, posando bajo el mapa que incluía al Sáhara como parte del Estado magrebí. Aquí podríamos añadir también lo de quedarse sentado al paso de la bandera norteamericana cuando estaba en la oposición, lo de que la Junta de Andalucía al mando de Chaves propiciara un referéndum por la independencia del Sahara o lo de permitir que su supuesto ministro de Exteriores lanzara el bulo de que Aznar montó el golpe de Estado contra Chávez. Esto sí es ponerse del lado del gobierno y lo demás son bobadas.

En fin, lo de la lucha antiterrorista tiene su miga. Cuando el tal Rodríguez estaba en la oposición firmando el Pacto Antiterrorista, su partido iniciaba conversaciones secretas, y a espaldas desde luego del gobierno de Aznar con ETA en el Santuario de Loyola. Esto sí que es lealtad y lo demás son gilipolleces.

Todo un hombre de Estado, el tal Rodríguez.

Con estos bueyes hay que arar. La izquierda más lamentable de toda la Europa occidental.

PS: "¿Pueden calificarse de demócratas los anarquistas, los comunistas o los independentistas que lucharon en el bando republicano? Difícilmente. O, como mínimo, tanto como los falangistas o los tradicionalistas que lo hicieron en el bando nacional."

Pericay, Xavier: Filología catalana. Memorias de un disidente. Barataria, Barcelona, 2009. Págs. 56 y 57

10.3.10

Libros de necesidad

Hay libros necesarios. Para olvidar lo que sabemos y empezar de nuevo. Para desaprender lo aprendido. Para poner en duda, cada generación, lo que creíamos saber. Como soy un hijo de mi tiempo y de esta España en la que la palabra listo tiene sentido negativo, intelectual es un insulto y libresco es una adjetivo peyorativo, nunca he sabido demasiado de la pérdida de lo que los contemporáneos llamaban la América española: los dos tópicos de siempre; que la separación era inevitable y que era un deseo compartido por todos: criollos, indios y negros.

El libro de Manuel Lucena introduce tantas dudas como matices. Como debe hacer cualquier buen libro de historia que se precie. Las verdades categóricas quedan para otros, porque con ellas no se hace historia. Fíjese lector, e imagine si el siguiente sintagma hubiera sido posible en un ensayo histórico de cualquier historiador marxista (es decir, todos) de los que han poblado la universidad española desde los sesenta: “la duración de la guerrilla realista, tan poco conocida, desafía cualquier explicación, porque no es fácil de entender su consistencia, tan poco grata a las narrativas de los nacionalismos dominantes” (página 217). Esto es honradez, sí señor.

En fin, cuatro partes bien diferenciadas y algunas conclusiones (que saco yo, no sé si el autor también): que no fue el reformismo borbónico el que hizo inevitable la separación, el complejo sistema de alianzas y lealtades en el cambio de siglo, el se acata pero no se cumple, el papel de las instituciones, la patriótica reacción de los americanos ante la invasión peninsular. El pasado tan leal a España de muchos patriotas; la consolidación de los independentistas como consecuencia de la feroz política de Fernando VII y los problemas, en fin, de consolidar un sistema liberal con personas como Bolívar danzando por allí. San Martín era el hombre, qué gran pérdida. La figura de los llaneros. El mítico y sanguinario Boves, oscurecido hoy como todos los perdedores. La lealtad al Rey de indios y negros, sabedores de la que se les venía encima si los amos pasaban a ser, además, los dueños del país. La resistencia realista en muchas zonas del territorio, sostenida mucho más por naturales de América que por soldados españoles. El ejército de mi paisano Morillo. El papelón, en fin, de Riego, que se pronunció y evitó la llegada de más ejércitos a cargo de la Real Armada que pudieron haber invertido una situación que, a la altura de 1820, distaba mucho de estar decidida.

Un buen libro, sí señor, que matiza mucho y alumbra bastante.

No deje de leerlo, desocupado lector. Le servirá de guía para todos los fastos que se avecinan, dirigidos en gran parte por políticos analfabetos, avergonzados de la historia de España y que siguen creyendo que todo lo que huela a la España de ultramar tiene tufillo franquista.


PS: […] los dos modelos seculares e incompatibles de la política latinoamericana: el caudillo carismático, ambicioso y autoritario que se ve a sí mismo como salvador de la patria, y el hombre con sentido de estado que subordina sus aspiraciones personales en aras de la legalidad y la convivencia pacífica, acaso porque intuye que los hombres pasan y las obras son las que perduran. Toda comparación es odiosa, pero mientras José de San Martín partía hacia un exilio europeo sin retorno porque no deseaba tomar parte ni partido en las guerras civiles que desangraban su país, Bolívar luchaba contra sus propios lugartenientes […] porque ninguno quiso aceptar aquella aberración de la constitución vitalicia. Sin embargo, la historia ha sido más benévola con Bolívar que con San Martín, porque la “utopía bolivariana” todavía convoca delirios autoritarios, algaradas populistas y movimientos seudolibertarios.

Iwasaki, Fernando: Republicanos, cuando dejamos de ser realistas. Algaba, Madrid, 2008. Página 89

9.3.10

Vidas rotas

El amigo Roger presentó su libro en el Palace y allí me presenté, puntual y obsequioso. Lleno hasta la bandera. Por los autores habló Roger, educado y puntilloso, como es él. Probablemente nadie como él habló en público, cuando todos callaban, sobre la maldad y la inutilidad del supuesto proceso de paz perpetrado por Zapatero, solo o en compañía de otros, hace unos años. Y ayer volvió a recordarlo: ha de haber vencedores y ha de haber vencidos; y ha de quedar claro quién mató y quién murió.

Breves palabras después de la Vicepresidenta de la Fundación de Víctimas y de Ana María Vidal, todo un ejemplo de coraje cívico. Cerraron el acto dos políticos por los que no siento especial cariño (aunque es verdad que si lo miro en profundidad, no siento especial cariño por ninguno), la Presidenta Aguirre, cordial y en su sitio, y el inefable Bono. Ya saben los desocupados lectores de esta columna que a mí Bono no me cae bien. Me parece un demagogo de manual y ayer volvió a demostrarlo. Además de un sujeto sin escrúpulos capaz de cualquier cosa con tal de acumular poder. No entiendo las simpatías que le tiene la gente, como Pedro Jota; nada se ha movido durante veinte años en Castilla La Mancha si él no quería y ahora va de víctima del aparato de os partidos, cuando él maniobró hace muchos años para echar a Fuentes de la candidatura para la que le habían elegido las bases. En fin, que no soy objetivo con este Bugallal de Albacete. Ya digo, ayer quiso ser protagonista, hablando de España y de los miserables de la ETA y de la Unidad de la Nación española, el mismo tío que era ministro en un gobierno que alentó el engendro este que llaman Estatuto de Autonomía para Cataluña. En fin, nunca me ha gustado la gente que se envuelve en banderas, sea esta la bandera española, la catalana o la vasca. La gente le aplaudió a rabiar, así que supongo que el raro seré yo.

El libro. Magnifico. Por fin una biografía de todas las personas asesinadas a manos de la ETA. Todos inocentes, por supuesto. Todos muertos por lo que eran (españoles) o por lo que representaban (a España). Una confidencia. Hace muchos, muchos años ayudé a un amigo en un trabajo. Me tocó ir a la Hemeroteca no había Internet, a repasar la prensa de principios de los ochenta. Era terrible, un muerto cada dos días. Y todo el mundo mirando para otro lado. Todo empezó a cambiar con el secuestro de Iglesias Zamora, y todo cambió de verdad con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, cuando todos nos convertimos en Antígona. Y cambió también gracias a la firmeza democrática de los gobiernos de José María Aznar.

Un libro de honor y de compasión para con las víctimas. No olvide, lector, que los mataron a ellos porque no podían matarnos a todos para construir su Estado soviético, vasco y revolucionario. Así que, en el fondo, ellos también murieron por usted.



PS: "La generación bolchevique de la guerra civil no creía en el valor de la libertad del individuo, en la libertad de palabra, en la libertad de prensa en el contexto de la Rusia burguesa.

Como Lenin, consideraba estúpidas e insignificantes las libertades con las que soñaban muchos obreros revolucionarios y la intelligentsia.

El joven Estado destruyó los partidos democráticos, limpiando el camino para la construcción soviética. A finales de los años veinte, aquellos partidos habían sido liquidados por completo. La gente que había estado en la cárcel bajo el reinado del zar volvió a la cárcel o fue enviada a los campos de trabajo forzado".

Grossman, Vasili: Todo Fluye. Barcelona, Galaxia Gutemberg, 2008. Página 226

8.3.10

Pelis y vida cotidiana

Dos pelis el finde. Tierras de penumbra, melancólica recreación del viejo mundo que ya suponen para nosotros los años cincuenta, cuando nuestros padres eran jóvenes y nuestros abuelos adultos. El amor otoñal de CS Lewis, del autor de las crónicas de Narnia y el relato un mundo que ya desapareció. Mi problema es que al protagonista me cuesta verlo de otra manera que no sea como el Dr. Lecter pero, en cualquier caso, entretenida película.

El domingo Tierra de Sangre, la revisión de la historia y la política de reconciliación de la Sudáfrica de Mandela. Una buena película, dura, bien interpretada y de final algo previsible, pero muy interesante y recomendable para toda la ralea de gañanes que nos gobiernan a cuenta de la memoria histórica. La Comisión de la Verdad sudafricana perdonaba a los que reconocieran sus crímenes, mucho más vivos en la memoria colectiva, por cierto, que las atrocidades franquistas y republicanas. Así que si algún lector lanas está seducido por las bobadas de la memoria histórica de este nefasto gobierno, que vea la peli y luego que lea un poco. Igual hasta se le pasa.

En fin, obligaciones y diversas historias laborales me fuerzan a ir reduciendo mis almuerzos comunitarios. Y ya me fastidia, ya. La semana pasada, pese a todo, pude asistir a una comida. Entre amigos, claro. Con la magnífica Plaza de la Villa de París de fondo. Allí estaban Rosita, Cecilia, Patricia, a la que tengo abandonada, y Josep Lluis. Un mundo que quedó atrás pero al que sigo recordando con afecto. Nos faltaron otros, como Albert, pero ahí seguimos, viéndonos cada estación y poniéndonos puntualmente al día.

PS: Claudio Sánchez Albornoz se entrevistó con el presidente de la República […] en junio de 1937 […]. La guerra está perdida –le dijo Azaña– pero si por milagro se ganase, en el primer barco que saliera de España tendríamos que embarcar los republicanos, si nos dejaban.

Citado por Borràs Betriu, Rafael: La guerra de los Planetas. Memorias de un editor. Ediciones B, Barcelona, 2005. Página 584

7.3.10

Ética y estética periodística

Llevaba tiempo queriendo comentarle, desocupado lector, la lección de ética y estética periodística con la que el fancine de prisa castigó hace un par de semanas a sus lectores. Que La Razón o Público mezclen de manera sistemática opinión con información es un clásico ya y a estas alturas no se escandaliza nadie. Pero que lo haga un periódico dizque serio, debería llevar a sus lectores a pensar qué opinión tiene de ellos el diario que leen.

Un buen ejemplo de la basura que la izquierda vende como si fuera información, un ejemplo claro de opinión camuflada de realidad.

El caso es que, como todo el mundo sabe, el reparto de las frecuencias autonómicas y locales de la TDT fue una vergüenza en toda España (y digo en toda, incluyendo la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana): adjudicaciones a dedo a través de apariencia de concursos para favorecer a los amigos, con el objetivo además de tener medios dóciles cerca: empresarios amigos a los que satisfacer y grupos ante los que doblar la rodilla. Así, el mapa es sencillo de trazar, donde gobernaba el pepé, licencias para intereconomía, la cope y libertad digital, y donde gobernaba la izquierda, licencias para prisa. En Cataluña y el País Vasco, un poco de todo pero en la misma sintonía que la legendaria sentencia de Romanones, ya saben la de los amigos y el culo.

El caso es que el fancine de prisa se puso digno y publicó un presunto reportaje en el que denunciaba, es intolerable, que las frecuencias sean de otros y no suyas. Y lo hizo con la excusa, ya saben que bien les funciona, de que viene la derechona. El supuesto reportaje debería estudiarse en las facultades de periodismo como un magnífico ejemplo de mala hostia, ignorancia y sectarismo a partes iguales. Léanlo pinchando aquí y busquen a lo largo del texto algún comentario sobre el proceso de adjudicación de las licencias en Andalucía, Extremadura o Cataluña. Busquen, busquen…

En fin, a los pocos días, el desaguisado se completó con un supuesta tribuna de un tal Gutiérrez en la que sólo faltaba pedir el cierre de las emisoras que no le gustan para que “la mayoría democrática y progresista”, como él la llama, ocupe de nuevo su lugar..

Esta es nuestra izquierda y este es su nivel

Una broma siniestra.

PS: [Durante el secuestro de Aldo Moro] El siniestro profesor Negri celebró encuentros en los que junto a sus camaradas se dedicó a pontificar acerca de la conveniencia de poner en libertad al distinguido estadista o más bien matarlo.

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Pág. 283.

4.3.10

Lecturas

Acabé Un arco iris en la noche. Tengo una relación algo melancólica con Lapierre, como la tuve con Collins en su día. Me hice adulto leyendo en Peñafiel. En las frías escaleras que conducían a las aulas. Allí, Chimeno, mi ángel de la guarda, me pasaba libros todas las semanas. Aún recuerdo muchos de ellos (cómo olvidar La guerra apasionada, el primer relato que me ayudó a empezar a comprender, con apenas trece años, la terrible guerra civil) y recuerdo también que me dejó varios libros de Lapierre y Collins. Creo, de hecho, que Esta noche la libertad fue uno de los primeros libros que me marcó. Luego llegaron varios más, como Más grandes que el amor, o ¿Arde París?. Y hace poco, ¡Oh Jerusalén!. Son libros entretenidos, divulgativos y sencillos de leer. Ideales para aterrizar en un tema del que uno no sepa casi nada.
El caso es que un arcoíris en la noche relata la historia de Sudáfrica, desde la llegada de Van Riebeeck hasta el fin del apartheid. El libro es bueno, pero le falta algo. Y no sé bien qué es. O quizá no le falta nada y ya me he hecho mayor.

PS: "De nada les sirvió a los franceses toda su valentía: los bosques se armaron, los matorrales se convirtieron en enemigos. Las represalias no frenaron nada, porque en este país las represalias son cosa natural. La batalla de Bailén, la defensa de Gerona y de Ciudad Rodrigo anunciaron la resurrección de un pueblo."
Chateaubriand, François de: Memorias de ultratumba (Libros XIII-XXIV). Tomo II. Página 1033.

PD: De camino a la ciudad de las "artes toledanas". Y luego almuerzo con mis ex-compañeros y sin embargo amigos de la everis.

2.3.10

Tipologías humanas

Fue la semana pasada. Salí de la oficina y cogí el autobús para ir al teatro. Buenas tardes, le digo al conductor. Cuando estoy picando el metrobús se fija en el ejemplar del mundo que siempre me acompaña, hablaba de algo relacionado, para variar, con el once eme. Me siento justo detrás de él a seguir leyendo plácidamente Naciones de rebeldes. Es un varón de unos treinta años. Verbo fácil. Está de palique con una pasajera que no se sienta y con la que está en diagonal a mí. Al principio pienso que es skin, el discurso se desliza muy a la derecha del de Federico. No consigo evitar seguir la conversación, necesito silencio a mi alrededor para poder leer. Algunos tópicos: “islamofascismo”, corrupción policial, elogio de los EEUU. Pero luego el tío empieza a hilvanar más el discurso y a demostrar cierto conocimiento de la realidad: los acuerdos de Bretton Woods, las disputas entre chiíes y suníes en el Irac post Saddam, la importancia de Turquía como actor de contención del mundo islámico, el Pacto de Estabilidad… Aunque no corrige el esquema del discurso, empieza a introducir matices sutiles en lo que cuenta y empieza a demostrar, para mi asombro, cierto conocimiento que va más allá de las consignas con las que las radios de tirios y troyanos nos atizan cada mañana.
Quiso entrar en las fuerzas especiales cuando estuvo en el ejército, pero no pudo. Le hubiera gustado haber acabado en los servicios de inteligencia, cuenta. Atiende a todo el mundo con corrección y en voz alta. Me trago discretamente su perorata enterita, de principio a fin, con las dos señoras que le hacen el coro y lo animan para que se venga arriba dándole la razón a cada comentario. Llegamos a la Plaza de Canalejas. Me despido educadamente de él.
El mundo urbano, que permite conocer otras vidas sólo con escuchar discretamente. Tan lejos de lo que ocurre en la mi tierra senabresa.
Un tipo curioso, en cualquier caso, este conductor.
No entiendo cómo alguien que lee puede estar tan seguro de lo que dice.
Yo, como Ortega, sólo estoy seguro de tres o cuatro cosas en la vida, y cada noche, cuando me acuesto, suelo ponerlas todas en duda.
Y más de un tiempo a esta parte.

PD: esta tarde, cuando salga de trabajar, a especular con el arte. ¿Hay alguna cosa más placentera?

1.3.10

tarde de domingo rara

El domingo empezó pleno. El sol del invierno. Nadar. Un día que invitaba al paseo, aunque no pudo ser. Acabé, por fin y tras arreglar los problemas con el deuvedé, las cuatro primeras temporadas de Alló Alló, la serie que me prestó Chisun y que me retrotraía a mis años de Alcalá, con los primeros años de telemadrid. Una mirada irónica y ácida sobre la guerra, a través de un humor blanco y sin complicaciones. Muy entretenida y buena práctica para my poor english. Ya saben: "Listen very carefully, I shall say this only once".

Aproveché también para ver, por fin, Los amigos de Peter, tantos años después. Supongo que debería contar varias cosas de la película, y contar también en qué medida veo algunas de las cosas de la película reflejadas en mí, pero como el desocupado lector sabe que El Perdíu es de natural tímido, pasaré de puntillas, diciendo simplemente que es una buena película y que se ve con gracia.

Empiezo dos series que espero ir alternando entre semana: por un lado, Holocausto, de la que tengo recuerdos confusos de cuando apenas era un niño, y Eureka. Aún no he vuelto sobre Expediente X, pero no tardaré.

Ya les iré contando.

PS: es fantástico cómo el simple cambio de una “e” por una “i” puede alegrarnos el día. Un poquito, al menos.