(con cariño, respeto y, a qué negarlo, una cierta admiración)
Siempre he tenido un profundo respeto a la izquierda democrática. A diferencia de los comunistas y de los diversos grupúsculos de extrema izquierda, he podido debatir, confrontar y, a veces, hasta llegar a acuerdos. Pero eso ya no pasa. Es muy difícil debatir con quien está permanentemente creyendo que el debate es una batalla y el contrario un enemigo.
Mi amigo Rome es un izquierdista convencido. A veces se separa del rebufo del discurso políticamente correcto, pero otras parece un discípulo más. Lo respeto porque lo conozco, que si sólo leyese su blog pensaría que es otro dogmático más enfurecido porque las cosas no van del todo en la dirección que le gustaría. Es evidente que en los tiempos que corren en este país estamos lejos de debatir serenamente: es más fácil ignorar, despreciar, etiquetar e insultar. Yo trato en cada párrafo de no caer en eso, de reconocer en el otro argumentos para contrarrestarlos e intentar llegar a acuerdos.
Pero Rome cayó en eso el otro día. Y de bruces. Léanlo un ratito y luego, si quieren, sigan aquí...
En el mundo según Rome (y lo hago extensible a la oleada de neizquierdistas al estilo de las ideas o el plural), el neoliberalismo (que no sé porqué insisten en llamar así, cuando los que han cambiado de discurso son ellos) es hegemónico. El Globo lo domina el pensamiento neoliberal y Cuba y Venezuela son únicamente dos reductos en los que soñar con otro mundo que aún es posible. Aseguran que, si vas a cualquier librería, lo único que hay son libros como El Ecologista escéptico, que se dedican a quitarle hierro a las jeremiadas del calentamiento del planeta; o libros elogiando a la democracia liberal capitalista, como En defensa del capitalismo global, de Norberg; ese capitalismo que, como todo el mundo sabe, fomenta que los niños sean devorados crudos por siniestras multinaciones escondidas tras el biombo de la democracia burguesa. También, incluso libros como El Libro negro del comunismo... no, este lo censuran antes de publicarlo y los que se publican corren la suerte de los de Fahrenheit 451.
El Comité Mundial de la Gran Banca, sección Hombres de Negro (CMGB-HN) obliga, a punta de pistola, a que todos estos libros se lean y sean sistemáticamente comentados en prensa, radio y televisión. Incluso parece que los tiros van por ahí en la asignatura de adoctrinamiento para la ciudadanía, que realizará campaña contra las impuestos. Menos mal que existe una cosa que se llama las ideas que, de la misma forma que los Hombres Libro de Fahrenheit 451, se aprenden de memoria el contenido de libros vitales para la evolución de la humanidad del tipo "Para leer al pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo", “La Gran extinción” o "El problema de la transición al socialismo".... pero siempre en la clandestinidad, que no se entere el CMGB-HN...
Un consejo. Existen otras sociedades secretas alternativas a las ideas a la que acuden trabajadores a comprar toda clase de productos alienadores, como alcampo y carrefour... pásese por la zona de libros y dígame, Rome, si no es verdad lo que yo señalaba en el post.
Sigamos...
En el Mundo de Rome, los que promueven la resistencia iraquí son luchadores por la libertad frente al tirano ocupante. En sus acciones es cierto que mueren civiles, pero que quieren, no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos.
En el Mundo de Rome, una persona como N. Chomsky que justificó el gobierno comunista de Pol Pot en el que fueron exterminados casi el 20% de los camboyanos (alguno de ellos por lleva gafas), es un valiente intelectual que se atreve a cantarle las verdades del barquero a la opulenta sociedad en la que vive.
En el Mundo de Rome, es saludable escribir una hagiografía sobre un dictador que ha convertido su país en una cárcel. Para él, hay que distinguir entre tiranos malos de la muerte, como Franco, y revolucionarios, quizá algo excesivos, pero que, al fin y al cabo, sueñan con un mundo mejor.
En fin, tanto hablar de intelectualidad y lo que jode es que haya libros críticos con la izquierda... ¿no había acaso en las sociedades comunistas, en pleno siglo XX, índices de libros prohibidos, como en la España del XVII?
Pero hay más... la tele.
En el Mundo de Rome, la tele es un instrumento manipulador de conciencias para impedir que la gente se haga de izquierdas... ¡¡ahí tienen ustedes toda la bazofia norteamericana que no nos deja pensar!!! Menos mal que, ahora que están sus primos, con el dinero de todos perpetran un programa para adoctrinar a la gente sin ninguna sutileza. Así se planta cara a esos programas de defensa de la libertad y la economía de mercado que ponen a todas horas en telecinco, cuatro, la sexta (ya sé que parecen una, pero son tres), canal sur, tevestrés, la dos, la uno…Menos mal que de vez en cuando, la dos con sus ballenitas y las televisiones públicas donde gobierna la izquierda, que ahí sí hay libertad, contrarresta las peligrosas directrices de Carlos Rodríguez Braun, que como todo el mundo sabe presenta todos los telediarios o de Xavier Sala con programas serios de los que sí le gustan a Rome y a la gente del honrado y sano pueblo trabajador del Estado español... Ahí no hay ni pensamiento único, ni nada... esos son de los buenos, esos no adoctrinan... esos sólo dan una opinión, pero los otros, ay los otros como manipulan!
Y eso que a Rome y sus colegas no les gusta como está montado este Mundo, que si no...!