No hubo un millón y medio de catalanes en la manifestación de la Diada de 2012. Muchos lo imaginábamos, pero ahí estaba lo peor del periodismo: no contrastar información para no ser tachado de enemigo del pueblo.
La falsa noticia ha calado y se repite como un mantra allá donde sale el tema catalán. Muchos meses después, de tapadillo, uno de los periódicos que más ha contribuido a la farsa lo reconocía de tapadillo. Apenas seiscientas mil personas; una cifra respetable, sin duda, pero muy lejana de la que han repetido de manera constante. Cifra que, por cierto, coincide con la que apuntó en su momento la Delegación del Gobierno.
Así se construye la nación (y no sólo) en Cataluña: ni el Tribunal Constitucional alemán había puesto límite a la solidaridad, ni había un millón y media de independentistas aquel día en la calle, ni su intelectual mediática de guardia es doctora. Pero como decía el monje, todo es bueno pa´l convento...
Este es el nivel. El de la prensa (de kalidá) pero también el de la sociedad...