Don Mario ayer. En unos premios de El Mundo. Un discurso pleno. Redondo. Llamar a las cosas por su nombre. La claridad en el uso de la lengua. En la adjetivación. En el discurso. Avanzar más allá de la corrección política y recordar que si bien del tronco común del XVIII venimos los hunos y los otros, no somos iguales. Ellos se quedaron con el romanticismo y nosotros nos fuimos hacia lo universal. No, no somos lo mismo. Ni toda las ideas merecen el mismo respeto...
PS: Sositiene Don Mario que "el nacionalismo es una de las
grandes aberraciones de la Historia, es un sobreviviente del estatismo y del
colectivismo, es una doctrina que atribuye la importancia del individuo a su
pertenencia a un colectivo, aberración absurda que niega la libertad
individual, que niega la posibilidad de un ciudadano, de una ciudadana de
elegir su propio destino y ser lo que quiere ser mediante una conducta
determinada.
Es una aberración que convierte el
pertenecer a una colectividad en un valor, en un valor cultural, en un valor
político, en un valor ético. Las peores desgracias que ha vivido la humanidad
en los tiempos modernos han sido el resultado de la ceguera de la obtusa visión
y la violencia que forman la esencia misma del nacionalismo. Por eso tenemos
que combatir el nacionalismo sin complejos de inferioridad, absolutamente
convencidos de que el nacionalismo es la negación de la civilización, de la
democracia, de todas las instituciones que han ido desbarbarizando la vida y
humanizando al ser humano.
Es
verdad que hay nacionalistas pacíficos, cultos, benignos y que parecen
inofensivos. No nos engañemos, ésa es una apariencia, ésa es una postura fugaz,
momentánea; basta escarbar lo que se esconde tras ella, y lo que se esconde
tras ella es el prejuicio, es en última instancia la discriminación, el encono,
la violencia".