29.4.10

Haserre

Sin capital social, no hay sociedad posible. Sin confianza en la palabra dada, sin presunción de inocencia para el vecino, las relaciones humanas son demasiado ariscas. Sólo el cobarde o el mezquino va por la vida pensando que el resto de los ciudadanos son iguales que él. No, no estoy haciendo un canto al buenismo, claro que hay personas que son malas, pero son, pese a lo que digan los infantiles medios de comunicación que padecemos, una minoría, una exigua minoría.

Viene esta amarga reflexión a cuenta de algunas de las cosas que me han pasado últimamente. Que una empresa trate a un cliente, o a un potencial cliente, como un presunto delincuente demuestra el nivel de muchas de nuestras empresas y de muchos de nuestros empresarios. Cuando además esa empresa pertenece al sector inmobiliario, el esperpento ya no tiene fin. Por algo dice el refrán que cree el ladrón que todos son de su condición.

En fin, a ver si puedo terminar de mudarme el martes, porque no me apetece nada seguir así, con todo embalado y sin poderme mover.

Y a estos capitalistillos de tres al cuarto que no han entendido nada de cómo funciona un sistema como el capitalista, basado en la confianza, la única reflexión que me queda por hacerles es que no me extraña que se peguen la hostia que se han pegado. Cuando el valor añadido que uno aporta al mercado se aproxima a cero, es fácilmente prescindible en cuanto llega una crisis.

PS: mañana, cena maridaje con los Lurton en Casa Pías, en Getafe, organizado por Arbucala. La cosa promete. Ya les contaré

28.4.10

Territorios libres

A veces me he preguntado porqué no me dediqué a la política. A veces, incluso, me lo preguntan los amigos.

La política. Los instintos más bajos del hombre convertidos en forma de vida: el instinto de poder, el instinto de dominación...

Quizá soy demasiado liberal y me aterra cualquier forma de poder. Quizá soy demasiado intelectual y no soporto las banalidades. O quizá soy demasiado cobarde y siempre he preferido la comodidad del anonimato a la presencia pública y expuesta. No lo sé.

Viendo el periódico de hoy me doy cuenta de que no tengo un espíritu proclive a la política: imaginen que yo fuera el Presidente del gobierno y hubiera tenido que decir, sin que se me hubiera caído la cara de vergüenza, diez veces en los últimos quince meses que “lo peor de la crisis ha pasado ya”. Imagínense que fuera un líder del PSOE o de IU y tuviera que salir a decir, con toda la cara dura, que “a Garzón lo van a meter en la cárcel por perseguir a Franco”.

Pero tampoco se libran mi primos del pepé. Imagínese que yo fuera Rajoy y no tuviera nada que decir sobre que un presidente autonómico, en este caso Matas, haya presuntamente robado a manos llenas, no sabría dónde meterme, la verdad; o que no pudiera echar al tesorero del partido vaya usted a saber porqué.

Este poco respeto a la verdad, esta consideración del votante como un imbécil, no va conmigo. Ortega dijo una vez que el español que se subordina a un partido está tirando a la basura, al menos, la mitad de su inteligencia. Y yo creo que se quedaba corto.

En fin, suena Loquillo y suenan Territorios libres en el Ipod “Sin líder a quien adorar / Ni izquierda ni derecha / que me obligue a avanzar. / Desconfiado como un animal / que defiende su espacio vital”. Pues eso


PS: "Con el establecimiento del sufragio universal, los grandes propietarios se vieron ante las urnas valorados como el hombre corriente, y al comprobar que éste les excedía en número, optaron por retirarse de la lucha. Después de los seis primeros presidentes de los Estados Unidos, ninguno de los que les siguieron procedía de una familia de raigambre".

Tuchman, Barbara W.: La torre del orgullo. Península, Barcelona, 2007. Página 130

27.4.10

De documentales y libros

Contaba el otro día que acabé de ver la serie Holocausto que regaló El Mundo tiempo ha. Con la serie venía, como último deuvedé, el documental Noche y Niebla, rodado en los cincuenta por Alain Resnais. Un reportaje duro, en versión original francesa, con imágenes aún recientes de los campos y del horror nazi. El título hace referencia al famoso Decreto Nacht und Nebel, aprobado en diciembre de 1941 por el gobierno nazi para dar cobertura legal a la desaparición de sus oponentes políticos en los territorios ocupados por la tiranía nacional socialista.

Acabé, por cierto y también, el libro de Cercas, la Anatomía de un instante. Si Soldados de Salamina me pareció un libro francamente sobrevalorado, este me ha parecido un libro muy bueno, que sitúa a la Transición en su justo lugar: algo que nuestros padres hicieron lo mejor que pudieron, desde un espíritu de concordia, sabiendo que lo que había que evitar era otra guerra civil. Ahora que nuestra izquierda, tan analfabeta ella, quiere impugnar su legado, es bueno que todos estos iletrados, algunos de ellos tan cómodos bajo la dictadura, lean el libro. No estoy de acuerdo con todo lo que plantea el autor (su intento por equiparar la ¿democracia? republicana con nuestro régimen es francamente cansino) pero me parece un intento muy honrado de aproximación y de ensayo histórico. La persepctiva que con los años adquiere la figura de Suárez (puede que no fuera un genio, pero a veces los países no necesitan genios), así como su trabajo sobre el “héroe de retirada” es francamente interesante. Buen libro, bien escrito y bastante absorbente. No deje de leerlo, desocupado lector


PS: Quién puso el desasosiego en nuestras entrañas / nos hizo libres pero sin alas / nos dejos el hambre y se llevó el pan.

26.4.10

Si no creo en la mía, ¿cómo quiere que crea en la suya?

Debatía el otro día, vía Facebook, con Mi General, en relación al Día de la Patria Vasca, el Aberri Eguna. Mi General, que es buena persona para aburrir, celebra la fiesta en su diáspora y nos enzarzamos, educadamente como caballeros que somos, a cuenta del carácter de la fiesta. Yo le decía que me parece un desastre que un no nacionalista celebre esa fiesta, porque no es la fiesta de todos los vascos. Es, exactamente, la fiesta de los nacionalistas vascos. Y lo es de manera literal. El PSOE, en sus años cavernícolas de la transición, se lo pasó en grande haciendo el ridículo allí, pero, gracias a dios, ha tiempo que dejó de asistir. El pepé, por su parte, no ha asistido nunca, evitándose así el papelón de que ahora te recuerden las bobadas que decías hace treinta años, como les pasa a los sociatas.

Mi General comparaba esta fiesta con el Día de Galicia, o el de Castilla y León. No tienen nada que ver. Todos los gallegos celebran el Día de Santiago, con independencia de que unos celebren de manera independentista y otros no. La gente en Castilla, hasta los del pp, celebran el Día de Villalar, aunque cada uno le de un matiz propio. Pero es la fiesta de todos. En el caso vasco, no. Es la fiesta de Sabino y de los hijos de Sabino. De nadie más

Tan es así, que el actual gobierno vasco que preside López ha impulsado una norma en el Parlamento para que se apruebe como Día del País Vasco el 25 de octubre, fecha de aprobación del Estatuto y que, esa sí, supone un punto de encuentro entre la gran mayoría de los vascos.

En fin, yo personalmente me cuido muy mucho de celebrar cualquier fiesta patriótica, en Zamora, en Castilla o en España. No me fío nada de las patrias, ni siquiera de la mía, así que intento no bajar la guardia cuando llegan tan señaladas fechas. En cualquier caso, y como no puede ser de otra manera, me parece muy respetable que cada uno celebre lo que quiera pero, qué quieren que les diga, ver a los no nacionalistas celebrando el aberri eguna me produce una respetuosa sensación de tristeza. Los espero el próximo 25 de octubre, y ahí sí me sumaré, de corazón, a su celebración, Mi General.


PS: "Un primer proyecto de estatuto vasco fue aprobado tempranamente, el 14 de junio de 1931 [...]. Este proyecto, que negaba el voto a los ciudadanos llegados de otras provincias españolas y preveía un concordato propio con la Santa Sede, recibió el apoyo del Partido Nacionalista Vasco [...]."

Avilés Farré, Juan: La izquierda burguesa y la tragedia de la IIª República. Servicio de Documentación y Publicaciones de la Comunidad de Madrid, Madrid, 2006. Página 201

25.4.10

Las cosas y la mudanza

Hoy domingo, con las primeras primeras cajas ya empaquetadas y sacadas de casa, continúo con el proceso que, en menos de una semana, me sacará de aquí. Y mientras voy viendo lo que me llevo y lo que no, no puedo dejar de acordarme de un hermoso poema de Borges. Un poema que nos recuerda la futilidad de términos como “posesión”, “mío” o “tuyo”. Uno compra algo pensando que es suyo y no termina de darse cuenta que lo que compra es el uso durante un tiempo. Un tiempo siempre limitado.

Disfruten del poema, mientras yo sigo haciendo cajas antes de ir a tomarme una cerveza Tostada como Mi Coronel, que para esto está hoy de cumpleaños:


"El bastón, las monedas, el llavero,

la dócil cerradura, las tardías

notas que no leerán los pocos días

que me quedan, los naipes y el tablero,


un libro y en sus páginas la ajada

violeta, monumento de una tarde

sin duda inolvidable y ya olvidada,

el rojo espejo occidental en que arde


una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,

láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,

nos sirven como tácitos esclavos,


ciegas y extrañamente sigilosas!

Durarán más allá de nuestro olvido;

no sabrán nunca que nos hemos ido."


PD: Por cierto qué hermoso texto de Savater el de ayer en el fancine de Prisa. Que ironía que el medio guerracivilista por excelencia publique este canto a la concordia. El final es fantástico, no me digan que no.

23.4.10

El Holocausto

Me impactó, ya lo conté, el concepto de banalización del mal que Arendt desarrolla por extenso en su magnífico libro Eichmann en Jerusalén. Cuando era joven y veía series y películas sobre la IIª Guerra Mundial, había cosas que no entendía bien, sobre todo lo que estaba relacionado con los judíos: nunca entendía ese odio ni todo lo que les pasó. En España no había judíos, ni memoria de ellos, al igual que pasaba, por ejemplo, en Inglaterra, así que era difícil entender el drama.

Luego con los años, lees y vas poniendo las cosas en su sitio: la voluntad de ser diferentes, de pasar por encima de las fronteras de las naciones los convirtió en vecinos incómodos para los nacionalistas que, en todos los países, se adueñaron de la historia a caballo entre los siglos XIX y XX. Los patriotas, ya lo sabe, desocupado lector, sueñan con ciudadanos convertidos en ovejas, todo iguales, todos silenciosos. Y que hubiera un grupo que no fuera, que no quisiera ser como el resto, los condenó. Ello, más la locura antisemita de un país profundamente enfermo como era la Alemania del primer tercio del XX. Un país y una cultura, tengo la sensación, injustamente sobrevalorado en gran parte del siglo pasado.

Viene todo esto a cuenta de que acabé el otro día de ver la serie Holocausto, un clásico de la NBC que recordaba vagamente de cuando era un niño de apenas cinco años. Ya saben, mis curso de inglés nocturno mientras me relajo en el sofá. Una buena serie, la verdad. Una buena forma de contar el drama de la Shoah. Una familia en la que casi todos se niegan a ver lo que pasa, un arribista sin escrúpulos, un malvado, un loco. Todos los personajes del gran drama del XX en una serie de doce capítulos.

No ha envejecido mal, aunque se le nota la estética setentera. Una serie que todos deberían ver. Los de la extrema derecha para avergonzarse de lo que pasó, para reflexionar sobre si se puede ser nazi o filonazi a estas alturas de la historia; los de la extrema izquierda, sus primos tan queridos, para que manejen con más cuidado el vocabulario, y dejen de llamar genocidio a una incursión del ejército de Israel persiguiendo terroristas en el Líbano. Y el resto, para no olvidar, jamás, lo que pasó.

Para no olvidar que el respeto a las minorías es una obligación de cualquier Estado democrático. Para no olvidar que las urnas no pueden legitimarlo todo, para no olvidar que ni la voluntad del pueblo ni la voluntad de Dios está por encima de los derechos de las personas.



PS: "[…] el mantenimiento de los dos apellidos en la cultura hispana, y el que la mujer no pierda el suyo de soltera –algo que hoy parece un logro feminista al comparar distintos países- parece deberse más bien al crudo racismo que inspira la preocupación por la limpieza de sangre, que llevó a sus partidarios a valorar la ascendencia femenina, por creer que “la simiente infecta de judíos y moros se propagaba lo mismo por línea femenina que masculina”.

Iglesias, Carmen: No siempre lo peor es cierto. Estudios sobre historia de España. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2009. Páginas 217

22.4.10

Nuestra izquierda, nuestro problema

A veces nos olvidamos de lo importante. En nombre del respeto a la diferencia, del miedo a ser tachados de eurocéntricos, de no querer resultar políticamente incorrectos, nos olvidamos de lo más relevante. Les vamos dando carrete, decimos, de manera condescendiente, que ellos tienen derecho a intentar explorar su vía. Y nos olvidamos de lo relevante.

Lo relevante, en este caso, es la ciencia. Y lo relevante es la verdad, que es lo único que en verdad nos hace libres. Viene esto a cuenta no sólo de las estrafalarias declaraciones del tal Morales el otro día, culpando de la homosexualidad a los pollos, sino también al hilo de la evidente falta de libertad que hay en estos países que constituyen territorios liberados por la izquierda. Como si la homosexualidad fuera una enfermedad, madre mía. No sé qué obsesión tienen todas las culturas antioccidentales con los maricones, quizá porque en el fondo temen serlo de manera vergonzante: aquellas palabras del tirano persa, en la ONU, descartando la existencia de gays en su país y tan bien parodiada aquí por Muchachada Nui.

No sé qué cara se les queda a los progres y a toda la gentuza que nos vende a diario que otro mundo es posible y que Europa es sólo un modelo más cuando oyen estas barbaridades. Los derechos humanos son universales, y universal es (o ha de ser) el anhelo de libertad del ser humano. Todas estas bobadas de universidades indígenas donde enseñar otras cosas, de medicinas alternativas, de chamanes y de gilipolleces no son más que bobadas. Y profundamente reaccionarias, por cierto. Como gran parte de nuestra progresía de postal, siempre tan temerosa de los avances. Que el otro se quede con su atraso y su folklore mientras que yo disfruto del nivel de vida de occidente.


PD: Este homófobo de Morales fue recibido en loor de multitud en la Facultad de Políticas, en mi Facultad de Políticas, hace menos de un año. No dejen de ver los aplausos. Esta es nuestra izquierda, no tenemos otra. Así les va. Así nos va.


Coda: ¡A mejorarse!, al menos un poquito.


PS: "Para entonces, la policía también había detenido a Giovanni Senzani, de cuarenta y dos años, profesor de criminología en la Universidad de Florencia hasta que se pasó a la clandestinidad en 1981 como líder de las Brigadas Rojas. Entre sus pecados del pasado, Senzani había recurrido a su capacidad de asistir a congresos internacionales para “señalar” a tres destacados adversarios de la extrema izquierda en el medio académico, que fueron a su debido tiempo asesinados por las Brigadas Rojas".

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Pág. 292.

21.4.10

Dos nuevas bitácoras

Dos nuevas bitácoras aparecen ya en la sección “también leo” de este blog.

El cuaderno de Jorge Moreta”. A Jorge lo he conocido tarde, y mira que habremos coincidido. Actualmente trabaja en la Fundación Ciudadanía y Cooperación, con la que la Junta quiere ejecutar las políticas que se diseñan desde la Dirección General. Un tipo culto, atento y educado. Todo un lujo en estos mundos de dios. En breve comenzaré su libro de viajes sobre Cuba, que espero poder presentar en junio en Madrid. Ya les contaré. Entre tanto, échenle un vistazo.

La otra bitácora, que he titulado “La bitácora del Maiquel” es nada menos que la del señor Moreno. La flor de la raza calé. El hombre que nos enseñó el asombro de Damasco. El hombre de callos de postre en la lejana Granada del noventa y seis. El hombre del arpa y del mar. Tengo por ahí algún relato dedicado a él que quizá, si algún día venzo mi natural timidez, igual le cuelgo, desocupado lector. Miguelito, que es el nombre de pila del señor Moreno, es un artista en el sentido más humanístico de la palabra. Un hombre que habla, que escucha, que escribe, que pinta y que lee. También bebe y fuma, ambas cosas como un atamán cosaco. Ahora anda por tierras rígidamente calvinistas, disfrutando del frío del norte, pero en breve volverá. Y lo imagino, en la frontera, recitando de memoria los versos del bardo Iparraguirre: “Aran nun diran, menda maiteak / ara nun diran zolaiak / Baserri eder, zuri zuriak / iturre eta ibaiak / Endayan nago zoraturikan / Zabal zabalik begiak : Ara España. . . lur oberikan /ez da Europa guzian”, que en cristiano viene a ser algo así como. “He aquí los campos y montes queridos, los hermosos caseríos, las fuentes y los ríos. Estoy loco de contento en Hendaya, con los ojos muy abiertos. Ahí está España, mejor tierra no la hay en toda Europa"


Coda: Es difícil describir mejor la insoportable levedad de la pareja presidencial que como lo hace Arcadi Espada en su columna de hoy en El Mundo. No dejen, por favor, de leerla.


PS: “Pero la esposa del presidente además de vivir en La Moncloa y veranear en Doñana, tener siempre a mano gente de interés y llevar una vida despreocupada en lo económico quiere, a la fiel manera socialdemócrata, cuadrar el círculo. Exige normalidad. Un lujo que que revela una ambición pueril y desbocada.”

Espada, Arcadi: ¿Qué tendrá la Princesa?”, Publicado en El Mundo, el 21 de abril de 2010:

20.4.10

Historia y despistes (y libros, claro)

La historia es rica en despistes. Este viernes celebramos el día del libro porque el 23 de abril se conmemora la muerte de dos de los más grandes escritores de todos los tiempos, Shakespeare y Cervantes. Tantos años, tantos siglos después de sus muertes, tenemos pocas certezas sobre ambos. Del bardo inglés aún no sabemos si era una o varias personas a la vez, ya ve usted, desocupado lector.

Del castellano, aún hay menos certezas. No arrimaré el ascua a mi sardina porque en realidad no tengo sardinas en este mercado, pero que Don Miguel pudo haber sido un judío de Cervantes es una posibilidad que nos persigue desde hace años. Ya no es sólo que lo diga Leandro o no. Es que mi abuelo era de Cervantes y allí de toda la vida de Dios se hablaba de “la casa del escritor”. Es que, leyendo la novela, uno tiene a ratos la sensación de estar paseando por la Sanabria. Es que la Aldonza es un barrio de Santa Colomba. Es que, en fin, quizá la Mancha no haga referencia a un lugar geográfico sino a su condición de converso.

No sabemos, y es posible que nunca lo sepamos, quién y qué fue en realidad Miguel de Cervantes. Siempre se cuidó muy mucho de esconder sus orígenes y sólo nos dejó un testimonio claro de ellos. Está en la Primera Parte, en el inicio del Capítulo trigésimo noveno. Ahí cuenta el autor, por boca del Cautivo, quién es y de dónde viene. No hay más que leerlo despacio para entenderlo.

En cualquier caso, qué más da de dónde fuera. Su canto a la libertad, su elogio de la individualidad es cada día más necesario. Y no sólo eso. Nos dejó la figura de Don Alonso Quijano, padre nuestro que vive en los libros y que un día, gracias a Anabel, nos enseñó que el amor es como él: cuando ambos recuperan la cordura, es que los dos están para morirse. Y sé de lo que hablo.

19.4.10

Un finde modernista

Echamos el finde en el norte. La Zamora Modernista. La obra de Francesc Ferriol y de algunos de sus discípulos en la Zamora del primero tercio del XX. Ver una ciudad que ya conoces con otros ojos. Fijarte en los detalles. Observar, en silencio y en la distancia, las arrugas que el tiempo deja en lo que un día fue bello. No es tan diferente hacerlo con una persona a hacerlo con una ciudad. Ambas pueden sorprendernos y enseñarnos mucho de lo que hay tras lo superficial. Si sabemos mirar. Si sabemos esperar, pacientes, nuestro momento. Si sabemos interpretar los gestos, porque las personas, como las ciudades, también comunican cuando nos miran, cuando nos sonríen o cuando se dan media vuelta ante nuestras narices. Hermosa ciudad, tan decadente, tan provinciana; hermoso encanto, en fin, el de poder descansar en la tierra que sembraste.

Luego, claro, nos acercamos a la Sanabria. No termina de llegar la primavera. El olor a leña quemada paseando, cuando se ha puesto ya el sol, por la Puebla es el mejor regalo para acabar un sábado. Si además el suelo está mojado, se atenúa la nostalgia de una chimenea que esta vez no pudimos encender.

Por cierto que también, se me olvidaba, fuimos al cine. A ver El escritor, de Polanski. Como yo fui lo que los ingleses llaman Ghost Writer y que aquí hemos llamado toda la vida un negro, tenía ganas de verla. Es buena. Un gran thriller de acción y misterio. Bien rodada y bien acabada. No pasará a la historia pero es una buena película. Además y a estas alturas, ¿a quién le importa pasar a la historia?

16.4.10

Cinco años ya

Esta semana cumplimos cinco años. Nada menos. Y cómo hemos cambiado. Se estaba casando el Sr. Saavedra, que entonces era un amigo cercano, yo era Jefe de Proyecto y estaba descubriendo poco a poco que no hay vinos extremeños buenos. Era más joven. Y más ingenuo. Creía en las personas, más de lo que creo ahora, aunque en esto espero haber cambiado poco.

El Gato no cuajó, y tampoco cuajó un intento anterior, del que ya no recuerdo ni la dirección. Tampoco está claro que éste haya cuajado, pero van cinco años ya de compartir, desocupado lector, reflexiones, alegrías, penas, soledades y compañías. Cinco años de escribir, cinco años de pensar “esto tengo que subirlo a la bitácora”, cinco años de discreto anonimato compartido sólo por los amigos más cercanos. Cinco años de compartir lecturas, cinco años de compartir cine. Cinco años de discutir, convencido, con Magris y como Magris, de que no estamos más cerca de las personas que tienen las mismas respuestas que nosotros a determinadas preguntas, sino que lo estamos de aquellas personas que se hacen, precisamente, las mismas preguntas que nosotros, con independencia de cuál sea la respuesta.

Espero seguir aquí, al menos otros cinco. Y espero, claro, que usted esté ahí, lector, para enriquecerme con sus comentarios.

Buenaventura. Y salud. Por supuesto

PD: "Sobre el 18 de Julio, Ruano, que gracias a la casualidad, que es la décima musa, estaba en Roma, anotó en sus Memorias: Me buscaron en Madrid con la poca elegante idea de quitarme de en medio, idea a la que contribuyó con entusiasmo el diario La Tierra, a cuyo director y a cuyo redactor- jefe traté años después en París como si nada de esto hubiese existido. Era uno tan ingenuo que no se explicaba estos odios entre profesionales. Después, por comodidad interior, he procurado seguir sin explicármelo. Que el populacho desbordado pueda hacer barbaridades, horroriza, pero se comprende. Que más o menos un compañero y una persona de cierta similitud de simpatías y diferencias con uno denuncie y procure nuestro asesinato, lo llena a uno no de ira, sino de profunda estupefacción entristecida".

“18 de julio” Ruiz Quintano, Ignacio. ABCD, número 905. Junio de 2009. Página 24

PS: Modernisme a Zamora. ¡Toma ya!

14.4.10

Ética por los suelos

Es triste, pero es lo que hay. Tenemos una ciudadanía idiotizada, como corresponde a un país ya posmoderno. A ver si algún día tengo un rato y reflexiono delante del portátil sobre ello, desocupado lector. Alguien puso a Matas ahí, pero nadie asume la responsabilidad; como alquien puso a Tamayo y tampoco asumió su responsabilidad. No pasa nada. Los electores, fieles a lo suyo.

Ahora llega el turno de la izquierda guerracivilista que padecemos, como una plaga, en este país. No sólo tenemos la izquierda más analfabeta de Europa, sino también la más sectaria. Ahora resulta que en España hay algo que estos mierdas llaman fascismo sólo porque alguien intenta aplicar la ley. Su gente es intocable. La voluntad de la historia por encima del derecho. Todo esto nos suena demasiado. Banderas preconstitucionales. La obsesión por el pasado. No sé si Garzón es culpable o no, pero el auto del juez no me parece un disparate. Que lo juzguen y, si es inocente que lo absuelvan, y si es culpable, que lo condenen. Nada más, y tampoco nada menos. Pero la izquierda esto no lo acepta. Es uno de los suyos. Y para ellos el Estado de Derecho nunca ha significado gran cosa. Son lo que son, y se les ve el pelo de la dehesa en cuanto se ven un poco sueltos. Menudos gañanes, callados contra el dictador y rebeldes cuando lleva treinta y cinco años muerto. Bienvenidos a la ética socialdemócrata.

En fin, y como Bono es amigo de Pedro Jota, pues ahí no pasa nada y a este no me lo toquéis que no es un corrupto. Qué patético.Como si los lectores de El Mundo fuéramos subnormales.

Qué país, por dios. Años luchando contra la excepcionalidad de lo español y a veces uno mira el periódico y es para echarse a llorar.

A ver si algún día tenemos, por fin, una izquierda europea y la gente como Rudols, Antuan u Osquitar son mayoría entre su grey. Una izquierda demócrata. ¿es mucho pedir?

PS: [A finales de los años setenta] en Padua, los izquierdistas habían logrado que existiera la Universidad de sus sueños. Los “profesores antiproletarios”, muchos de ellos comunistas o socialistas fueron físicamente atacados, y dos en concreto se llevaron una tremenda paliza por negarse a dar un aprobado automático. Incluso los profesores que tenían un impecable origen de clase obrera fueron acusados de cultivar “tendencias aburguesadas” y recibieron por teléfono amenazas de muerte […].

Burleigh, Michael: Sangre y Rabia. Una historia cultural de terrorismo. Madrid, Taurus, 2008. Pág. 285.

13.4.10

La radio

Yo era apenas un niño. Recuerdo la cocina de casa. Un viejo transistor. La radio. Como no sabía cómo funcionaba, pero veía a mi madre sintonizándolo, siempre llevaba el dial a la izquierda y empezaba a girarlo, con suavidad, hacia la derecha. Como siempre estaba en onda media, lo primero que aparecía, en el 585, era la Radio Nacional de España. Allí me topé con él, debía de tener yo no más de diez años. Con él y con su programa: Radio Gaceta de los Deportes”. Durante años fuimos inseparables. En la cena siempre la tenía puesta. Un estilo desenfadado y respetuoso de hacer periodismo. Luego llegó el Tablero Deportivo, cada domingo por la tarde en los año internos. Y siempre con él al otro lado del dial. Algún día dejé de escuchar fútbol por la radio. “Te vas haciendo mayor”, me dijo un día Chimeno, mi padre Chimeno, mientras paseábamos por la Sanabria, en uno de sus retornos a España, “te vas haciendo mayor, eso es todo”. Empecé a seguir más la actualidad política y menos la deportiva. Y le perdí la pista, aunque lo reencontré, por azar, hace poco en Radio Marca.

Se fue Juan Manuel Gozalo y lo veo irse, tantos años después, con la sintonía de su programa en la cabeza. Un hombre bueno, seguro, por cómo hablaba.

Que la tierra te sea leve, amigo.

PS: "Los hombres que desaparecen jóvenes son vigorosos viajeros; hacen deprisa un camino que unos hombres más débiles acaban a paso lento".

Chateaubriand, François de: Memorias de ultratumba (Libros XIII-XXIV). Tomo II. Página 1058.

12.4.10

Predicação

El Portuñol. Esa capacidad de la gente de frontera para comunicarse. Jóvenes rurales en el auditorio. Mi rollo sobre la necesidad de articular sociedad civil en los espacios rurales; mi reflexión, como un telepredicador, micrófono en mano, sobre el mal negocio que supuso para estas tierras, en general, la construcción de España y Portugal como naciones. El paisaje, desolador en la frontera, lleno de bancales un poco más al interior. Me fascina la Raya. Su soledad, su abandono de siglos. Dejada de la mano de dios. Los pueblos, camino del abandono, las malas carreteras. El sol, de justicia. La Raya. Figueira y su Convento. El atardecer cuando uno camina hacia el oeste y el viernes se va escapando como arena entre los dedos. La lumbre y el pulpo. Cuando llegamos, allí estaban Paco y Silvia esperándonos. Y la buena gente que fuimos conociendo. Trabanca, una muestra de que el declive no está escrito en ningún lado. Vila Nova, una joya rural en lo que aquí es el Alto Duero. Mi compañera de Mesa, brillante a la hora de hacer pensar al público. Luego, en la comida, charla. José Luis y los esfuerzos por escapar a la maldición de la frontera. Joao Paulo, orgulloso del tiempo que pasó aquí Cristiano Ronaldo. “Nuestro problema es que aquí no hay gente”, me dice con elegante tristeza, agarrándome del brazo en un aparte. Davide, presidente de la Gustavo Filipe, estudiante en Oporto y líder juvenil en su zona. Qué hacer y a dónde llegar. Cómo participar, cómo motivar, cómo evitar que todo el mundo se quede en casa. Luego un par de visitas a empresas modélicas de la zona, una almazara y una bodega. El Oporto nace aquí, aunque se venda río abajo y de allí tome el nombre. Un moscatel exquisito. La vuelta a casa, con productos de la zona con los que nos agasajaron nuestros anfitriones. Un fin de semana magnífico. Emplazados además a una visita a Fermoselle.

La vida.

Todo eso que pasa mientras haces otras cosas.

PD: "Como nos lo recuerda Marcel Detienne, la noción de autoctonía griega, que sirve de base a las nacionalidades modernas, supone que la voz del autóctono nazca de la misma tierra desde donde éste habla e implica así una identidad simbólica entre el locutor y el lugar donde se realiza el acto de enunciación".

Guerrero, Gustavo: Historia de un encargo: “La catira”, de Camilo José Cela. Barcelona, Anagrama, 2008, Página 98

11.4.10

Andric

Andric. Los Balcanes. El libro que había leer, lo contó Jesús, que se lo oyó a Felipe, para entender lo de Bosnia. Un puente sobre el Drina, tan lejano ya, leído casi en otra vida. La crónica de Travnik, aquel invierno en el que me convertí, ¡oh lectura!, en cónsul de España en la Bosnia napoleónica. Ahora, antes de partir, Café Titanic. Siempre Acantilado. Los judíos sefarditas. La tierra maldita de Bosnia. Un conjunto de relatos. El odio, el amor, la vida. Tan eternas en aquella parte del mundo como en la mía. La niñez, tan cruel. El llegar tarde a una vida, o el llegar quizá demasiado pronto. Un imperio que no fue, como el mío. Un mundo que se perdió. La estupidez del nacionalismo. La imbecilidad de que haya gente que se proclame patriota. Miserables. Envolviendo en hermosos lenguajes sus intereses personales. Lo pensaba el otro día, qué mal negocio son las fronteras. Un libro para pensar, y para disfrutar de la prosa de Andric.

En cine, Intermission. Irlanda. La frustración de unas vidas que se consumen. De un reloj, inexorable, que no deja de avanzar hacia ningún sitio. Buena película. Dura y lluviosa.

Buen cine para esta tarde tan gris, en el fondo, de primavera.

PS: Ángel González escribió una vez: “Aquí, Madrid, mil novecientos / cincuenta y cuatro: un hombre solo. / Un hombre lleno de febrero, / ávido de domingos luminosos, / caminando hacia marzo paso a paso, / hacia el marzo del viento y de los rojos / horizontes –y la reciente primavera / ya en la frontera del abril lluvioso... […]

9.4.10

A la Raya...

Marcho a La Raya. Al sur de La Raya, al menos de la mía. Invitado a impartir una ponencia. Primera experiencia de predicador en el extranjero. Ya veremos cómo se da. El tema, la importancia de la sociedad civil en un mundo rural en declive.

No hay nada fuera de la sociedad civil, lo tengo cada vez más claro. Sociedad civil, además, frente al Estado como concepto y frente al poder como realidad. La no dominación es siempre frente al poder, no frente a los otros. Y más en nuestro mundo, en nuestra época, un tiempo en el que el Estado es, lo dijo Nietzsche, “el más frío de todos los monstruos fríos”. Cada vez que nos asociamos a algo, da igual lo que sea, estamos haciendo sociedad civil y estamos haciéndonos un poco más libres. No sé cómo hay gente que no lo entiende. No sé, en fin, cómo hay gente que prefiere pasar la tarde viendo la tele cuando lo que está en juego, al final, es la libertad. Y ya sabemos, desde Don Miguel, el judío de Cervantes, que la libertad es el mayor don que a los hombres dieron los cielos…

Ya les contaré la aventura. Entre tanto, a ver si hay suerte y el Barsa le pega otro buen repaso al Madrid.

PS: "Por enormes que sean los rascacielos y potentes los cañones, por ilimitado que sea el poder del Estado e impotentes los imperios, todo eso no es más que humo y niebla que desaparecerá. Lo que permanece, se desarrolla y vive es sólo una verdadera fuerza, que consiste en una sola cosa: la libertad. Vivir significa ser un hombre libre. No todo lo real es racional".
Grossman, Vasili: Todo Fluye. Barcelona, Galaxia Gutemberg, 2008. Página 277

8.4.10

Lecturas evanescentes

Me fío de Anagrama y de sus premios de ensayo. El arte de la manipulación política, de Colomer, leído hace ya tantos años, fue todo un descubrimiento en la carrera. Desde entonces, le sigo la pista al premio con el rabillo del ojo y de vez en cuando me hago con alguno. El último, hasta estas vacaciones, había sido el de Tumbas sin sosiego, de Rafael Rojas, un magnífico acercamiento a la cultura cubana, más allá de los tópicos de la dictadura.. Hacer un par de años le regalé a la que entonces era mi pareja Historia de un encargo: “La catira”, de Camilo José Cela. A mí Cela nunca me ha dicho gran cosa, la verdad, y supongo que con los años me irá diciendo cada vez menos, pero eso es otra historia y mis manías tampoco tengo porqué explicárselas a nadie. El caso es que antes de irme le pegué un vistazo al libro y al final lo llevé como compañero de viaje en vacaciones. El libro es muy bueno: un magnífico acercamiento al proceso de creación de “La catira”, una mediocre novela de ambiente venezolano que Cela hizo por encargo del gobierno de aquel país en 1955. Pero es también algo más. Es la historia de la dictadura de Pérez Jiménez, la historia de la emigración de decenas de miles de españoles a Venezuela durante los años cincuenta del siglo pasado, cuando a los canarios las pateras que les preocupaban eran las que se iban y no las que llegaban; es la historia de la política cultural exterior del franquismo, es la historia de ese confuso concepto de “hispanidad” que nadie sabe bien aún que comprende, la historia de un novelista de provincias con ínfulas de grandeza y la historia, en fin, de dos países separados por la misma lengua.
Una buena lectura. Un libro recomendable. Luego no digan que no se lo advertí.

PD: este sábado El Perdíu debuta en el extranjero como conferenciante. Ya les contaré cómo me ha ido.

PS: No es esto decir que no lea libros: leo muchos, así como revistas y periódicos y cuantos papeles caen en mis manos, pero no tomo nunca notas; y en cuanto leo un libro, estoy deseando darlo. Algunas personas me han preguntado: -¿Cómo, si cree usted que este libro es tan bueno, me lo da y se queda sin él? -Porque lo he leído -contesto yo-, y ya no me hace falta. -Pero ¿y si desea después consultarlo para recordar algún detalle que se le olvidó? -Lo que se olvida se debe olvidar -afirmo yo, con un fatalismo estético que a las personas tímidas las descorazona-. Y esto no es una «salida»: es un axioma, algo indiscutible, permanente e inmutable. Si de las ideas de un libro las unas se me quedan y las otras se me van, es porque las unas son concordantes con mi espíritu y las otras no, o porque, según mi modo de ver, las unas son más importantes que las otras. Si por un esfuerzo de la voluntad mantengo todas las ideas con el mismo relieve ante mis ojos, cometo un atentado contra mi inteligencia.
Angel Ganivet: Cartas finlandesas.

6.4.10

A (otro) Junín

Fuimos a Cervantes. A tomar café. A lo que fue la casa de Pedro Barrios, uno de los tres hijos del Perdíu. Restaurada ahora por uno de sus bisnietos, mantiene aún los elementos principales de la misma: lo que fue la fragua (como oro en paño guardo una de las planchas que allí forjó Pedro), la galería, y el despacho de trabajo en el que no llegué, no pude llegar, a verlo trabajando nunca. Hacía frío. Recordaba: otra vez en Junín. El poema que figurará, espero que dentro de muchos años, en mi lápida y que cuento aquí porque ella ya no estará para decirlo. Pedro no era de Cervantes (Zirvaantes decían en la Senabria de antaño) en realidad. Había nacido en la cercana Robleda en 1873, un año convulso en la historia de España cuyos estertores, estoy seguro, no llegaron a la Sanabria de la época. Su padre, Miguel de Barrio, El Perdíu, tuvo un total de tres hijos; Pedro, Josefa y otro varón del que ya no recuerdo el nombre. El Perdíu y su mujer, María, no eran en realidad de Robleda. Venían de más al este, al otro lado del sierro: él de Santiago de la Requejada y ella de Triufé. Murieron jóvenes, y probablemente en circunstancias dramáticas. No los enterraron en Sagrado. Tres huérfanos. Pedro marchó a Cervantes, con un herrero, que lo crió y del que aprendió el oficio que luego transmitió a sus tres hijos varones, uno de ellos mi abuelo; Josefa gastó sus días como ama de un cura y el otro hermano, al que no tengo localizado, marchó joven al País Vasco que empezaba a desarrollarse, a golpe de ferralla, a finales del XIX.

La historia se perdió. Nadie en la familia quiso comentarlo nunca. No quedan apenas documentos escritos. Quedó un apodo, eso sí, que mi abuela le repetía a mi abuelo como mi madre a mí cuando era pequeño: Perdíu, que eres como el perdíu.

Pedro. El bisabuelo. Cazador. A por perdices. En cierta medida un pionero, uno de los hombres que puso en marcha lo que luego sería el Mercado cuando llegaba el cambio de siglo. La historia de todos los hombres está llena de vivencias que el tiempo oscurece primero y orilla después. Quizá por eso es necesario que alguien se preocupe de escribirlas para que todos esos momentos no desaparezcan nunca. Para que así todos podamos volver, con Miguel Torga, a recibir órdenes a algún sitio.

PS: Roy Batty le dice, ya moribundo, a Rick Deckard: “He visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión...He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser...Todos esos momentos se perderán... en el tiempo, como lágrimas...en la lluvia...Es hora, de morir"

5.4.10

Pero me busca y busca...

Hay una escena fantástica en Historia de un crimen, la película que recrea el proceso creativo de una de las mejores novelas del siglo XX. Truman Capote y Harper Lee están entrevistando a los amigos de los Clutter mientras recopilan material para lo que luego será A sangre fría. En medio de una enorme planicie cerealística de Kansas, un vecino hace reflexión brutal, magnífica y aterradora, las tres cosas a la vez:I´ve always believed that whenever you do something right it gives you a little bit of weight so that you come to feel rooted to this earth, you know?. Solid. Secure. Now what scares me is that well, sometimes, out of nowhere a bad wind blows up. Now it could be cancer, could be drink, could be some woman that don´t belong to you. And despite the weight that´s holding you to the ground, when that wind comes, it picks you up light as a leaf and it takes you where it wants. We´re in control until we´re not. Then we´re helpless."

Joder, qué identificado me he podido sentir. Y no sólo yo, que, como Vallejo, “La veo en las esquinas, se abre y cierra / su veste, antes palmera interrogante... / ¿Qué podrá hacer sino cambiar de llanto? / Pero me busca y busca. ¡Es una historia!

PS: En fin, lector, no haga demasiado caso de mis reflexiones. Ya sabe que todas las generalizaciones son falsas. Incluida esta.

3.4.10

De la libertad de residencia

Cuando uno mezcla a la derecha acomplejada / democristiana con los sociólogos, el cóctel puede ser explosivo. Resulta que la Junta de Castilla y León, que se supone que gobierna la derecha, ha creado algo que dan en llamar “Banco de Pensadores” con cargo, seguro, al dinero del contribuyente. Mientras tanto, las carreteras autonómicas y provinciales están que parecen sacadas de Haití, pero se ve que para eso no hay dinero. El caso es que banco este dizque pensadores montó un Foro de Población al que fueron demógrafos y un sociólogo socialista, valga la redundancia, llamado del Barrio Aliste, zamorano y sectario a partes iguales, que nos deleita cada poco con unos análisis en los que la culpa de todo lo que pasa en la región es de la derecha.

El caso es que El Mundo del martes traía a cinco columnas las brillantes conclusiones de estas lumbreras. Una sarta de topicazos que los tiene claro hasta mi sobrina (por ejemplo, que la agricultura no es el futuro, toma ya, hay que haber estudiado en Harvard para saberlo a estas alturas) pero esta vez combinados con ese totalitarismo que le asoma a la izquierda en cuanto se relaja. Según el tal Del Barrio el modelo de población es insostenible y lo que hay que hacer es “fusionar pueblos”, así con dos cojones, como en la Union Soviética de Stalin, cogemos a la gente que vive en pueblos pequeños y los llevamos a otros más grandes para que estén todos juntos y así las teorías de los sociólogos se lleven a cabo. Para ello, claro, hace falta pedagogía, porque como somos gilipollas, pues no nos enteramos si no nos lo explican bien.

Vaya tela.

Menuda tropa.

Y esta gente da clase en la Universidad.

Mire Del Barrio, la gente vive, básicamente, donde le sale de los cojones, y perdone la crudeza. Y así debe ser. Y la Administración, con todo el dinero que nos saca a los contribuyentes, ha de garantizar un mínimo de servicios en todo el territorio, tal y como garantiza la Constitución. Y si mi pueblo tiene 83 habitantes qué quiere que le diga, no lo vamos a dejar vacío para irnos todos a una “cabecera comarcal” que lo resuelva todo. Vivimos donde queremos, no donde quieren ni políticos enloquecidos ni sociólogos lamentables. Hasta ahí podíamos llegar.

En fin, si no me aburrieran tanto dedicaría cinco minutos a explicarle que lo de las comarcas es una memez que en Castilla León sólo se le puede ocurrir a la izquierda, pero mire, tampoco voy a perder mi tiempo en esto. Así que hala, sigan con lo suyo, perdiendo elección tras elección sin saber porqué la gente no hace ni caso a estos herederos de la nefasta ILE que siguen con la manía de pensar que ellos son los listos y que el resto somos imbéciles.

PS: Años después [del primero Estado rojo con capital en Ruijin] los lugareños indicaban a los viajeros el lugar de las fosas comunes y de las aldeas abandonadas. Pero las personas que vivieron bajo el primer régimen comunista de China se negaban a aceptar lo ocurrido. A finales de 1949, poco después de la llegada de los comunistas al poder y cuando el primer oficial del servicio de inteligencia ruso visitaba la provincia, el nuevo jefe del partido en la zona le dijo que, en toda Jiangxi, “no había un solo miembro del PCCh”.

Chang, Jung y Halliday, J: Mao. La historia desconocida. Taurus, Madrid, 2006. Página 147

1.4.10

Todo el día llovió...

Llueve. Estoy en casa. En realidad, lleva todo el día lloviendo. Algo de trabajo. Algo de lectura. Reflexión. Distancia. Hace frío. Siempre descanso cuando vengo a la mi tierra. La relación comunitaria, tan lejana ya en un país como el nuestro, vendido a lo postmoderno y bastante pasado de vueltas, sigue siendo un auténtico placer cuando se administra con cautela. Pocas cosas me relajan más que ver fluir el agua, dulce por supuesto, en los caños que aún no han sido entubados. La carretera parece una zona de guerra. El invierno ha sido duro, también aquí, un auténtico negu gorriak que se ha llevado por delante las pocas infraestructuras públicas de esta tierra de frontera, tan olvidada por todos. Sólo necesito salir a la calle para saber que estoy en casa, que nada malo puede pasarme. Para recordar, claro, que de esta provincia jamás, podrá expulsarme ningún ángel.

Me asomo a la ventana del Parador. Sigue lloviendo. Fantástico.

PD: Todavía queda algo de izquierda decente en España. Bien por estar a sueldo de Moscú.