Jordi Amat el otro día en La Vanguardia. Es sorprendente el nivel de sectarismo de este tipo, que ya demostró con largueza en el ensayito aquel de los equidistantes.
El caso es que Amat nos descubre que la presidente madrileña usó un "marco trumpista" en la campaña -no como los indepes catalanes, tan moderados ellos-. Madrid es "Las Vegas de la Meseta", mucho "griterío" en campaña y un "caso madrileño" (sí, hay caso madrileño señores del casino de Tarragona) que es "brutal". Todo ello en una "deriva antisistémica (sic)" ¡¡culpa de Federico!!
Antagonización, dice el tío, en lugar de antagonismo. Cuánto mal ha hecho la inmersión. Ni escribir correctamente saben ya estos chicos. Pero superioridad moral, toda la del mundo. Incluso cuando reclaman normalizar la relación con partidos cuya cúpula ha sido condenada por sedición contra el orden constitucional en una de las democracias más avanzadas del mundo.
Lecciones ya, ni una, por favor.