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12.9.24

Caos y orden (II)

Los peces no existen, de Lulu Miller. La romántica y melancólica diferencia entre el halotipo y el neotipo: una manera de intentar gobernar el caos que nos gobierna. Es interesante la vida de David Jordan, aunque ahora la juzguemos de otra manera, cómo lo persiguió la desgracia durante toda su vida, tantas muertes de seres queridos, y es interesante entender cómo su fe religiosa está relacionada con la taxonomía: hay un orden de Dios y nosotros lo vamos a descubrir, no lo vamos a inventar... 

El libro cambia en torno a la mitad: la sospechosa muerte de Jane Stanford ¿por estricnina? y la eugenesia, un concepto también de origen impecablemente anglosajón, no en vano el concepto es de Francis Galton, como recuerda la autora, y es de 1883. Toda la basura nacionalista y racista de fin de siglo, también sus epígonos ibéricos, el siniestro doctor Bartolomé Robert en Cataluña y el tarado de Sabino en Vizcaya, beben de esa mierda: una raza superior no debe contaminarse con la inferior, porque en los animales esto causa degeneración. Era un discurso supuestamente científico, lo que me recuerda aquello de Ortega de que "la ciencia es aquello de lo que se puede dudar". 

Comenzaron las esterilizaciones forzosas, las muertes de los débiles, y sucedieron por todo el país, cuenta la Miller. Con la oposición de la iglesia católica yanqui, por cierto. Y con datos escalofriantes: sostiene en la página 182 que más o menos un tercio de las mujeres portoriqueñas fueron esterilizadas a la fuerza por el gobierno norteamericano entre... 1933 y ¡1968!, nada menos...


20.7.23

Bajo el nombre de verdad

Ortega era hijo y nieto de periodistas. Y nació, casi de manera literal, en la redacción de un periódico. Sin eso no se entiende su vida, ni su insistencia en las circunstancias. La vida como valor máximo en un país de cultura católica de resignación y espera en la siguiente vida, la ultraterrena.

Y esa relación con la verdad que contaba muy bien el otro día en La Lectura Andreu Jaume: "Bajo el nombre de verdad se oculta un problema sumamente dramático. La verdad, al reflejar adecuadamente lo que las cosas son, se obliga a ser una e invariable. Mas la vida humana, en su uniforme desarrollo, es decir, en la historia, ha cambiado constantemente de opinión, consagrando como verdad la que adaptaba en cada caso. ¿Cómo compaginar lo uno con lo otro? ¿Cómo avecindar la verdad, que es una e invariable, dentro de la vitalidad humana, que es, por esencia, mudadiza?".

No se lo pierdan...

30.5.23

La vida en Ortega: trayectorias

Último repaso al número de enero de La Revista. Esta cita de Ernesto Baltar: "Para Ortega, el hombre no es, sino que se hace, es el único ser que tiene biografía; por eso es también el único ser libre y moral. La vida es el encuentro del yo con las cosas."

Por eso en nuestra vida, "no hay una sola trayectoria, sino varias". Así, sostiene el autor: "para Ortega, los tres componentes de la vida humana son la circunstancia, el azar y la vocación

15.4.23

Ortega, a finales de los sesenta

Una joya de la hemeroteca de RTVE, ahora que estamos en el centenario de La Revista; una biografía del maestro José Ortega y Gasset, emitido por la cadena pública a mediados de los años sesenta, abril de 1967, en concreto. 

Así se veía a Ortega en la España del tardofranquismo. 

No se lo pierdan, haciendo click aquí.

23.3.22

Arte

Me puse de camino al sur con el número de febrero de la Revista. Sobre el arte deshumanizado. Un número complejo y a ratos confuso. Pero esta cita del maestro Ortega tomada de La deshumanización del arte en el artículo de Harman: "El romanticismo ha sido por excelencia el estilo popular. Primogénito de la democracia, fue tratado con el mayor mimo por la masa".

Pues eso

12.2.22

Ortega y la nación

Francisco Martín ayer en El Mundo, a vueltas con la España invertebrada. Y esta referencia sobre la nación: "Porque la patria, para Ortega como para Nietzsche, de quien también fue buen lector de joven, es la tierra por la que caminan los hijos y no la que cubre la sepultura de los antepasados muertos.

15.1.22

Ortega y la historia

Sostenía Ortega y Gasset en Ideas para una historia de la filosofía (1942) que “La misión de la historia es hacernos verosímiles los otros hombres”. 

Sus vidas, afirmaba el intelectual madrileño, eran extrañas y distintas a las nuestras. 

Y así es.

31.8.21

Ortega y el paisaje

Esta cita de Ortega sobre el paisaje: "Los paisajes me han creado la mitad mejor de mi alma; y si no hubiera perdido largos años viviendo en la hosquedad de las ciudades, sería a la hora de ahora más bueno y más profundo. Dime el paisaje en que vives y te diré quién eres".

Dime el paisaje en que vives y te diré quién eres...

2.8.21

Ciencia y tal

En el número de diciembre de La Revista (la de Occidente, claro), un tema sobre la ciencia. Voy con retraso en todo, también en esto. El artículo de Sacristán es magnífico, sobre el pensamiento mágico, la ciencia y todo lo que nos debería preocupar. Y esta cita de Ortega: Ciencia es aquello sobre lo cual cabe siempre discusión.

 Para que se entere el rojerío estatal.


31.7.21

A vueltas con la nación

Acabé en el tren, de camino al sureste, varios ejemplares de la Revista de Occidente que tenía mediados. El número de febrero sobre la nación es magnífico, ya lo comenté. Esta cita de Ortega, en alguno de los artículos, creo que en el del maestro Jon JuaristiUna nación no está nunca hecha. En esto se diferencia de otros tipos de Estado. La nación está siempre haciéndose o deshaciéndose.

Esa agonía que impregna siempre el nacionalismo.

26.11.19

Reflexiones

Me pongo en el avión con números atrasados de la Revista de Occidente. Esta cita, maravillosa, de Ortega y Gasset: "El lugar y la fecha de nacimiento constituyen dos tercios de una biografía". 
Poco más que añadir...

6.9.19

Aguas y gentes

Cita su hijo esta frase de Ortega: "Vivimos rodeados de gentes que no se estiman así mismos, y casi siempre con razón. Quisieran los tales que a toda prisa fuese decretada la igualdad entre los hombres; la igualdad ante la ley no les basta: ambicionan la declaración de que todos los hombres somos iguales en talento, sensibilidad, delicadeza y altura cordial" (Ortega y Gasset). Por cierto que el maestro bebía agua de Cabreiroá. Qué cosas. 

3.9.19

Ortega y Alemania

Sigo con el libro de Ortega Spottorno sobre su familia. Cuando Ortega decide en 1904 que se va a Alemania para ampliar su formación, no sabe hablar alemán.  Como señala Cebrián en el prólogo, citando a Dilthey, la vida es una misteriosa trama de azar, destino y carácter.

Adolescencia grupal

Estoy con Los Ortega, de Ortega Spottorno. Esta cita del maestro, sobre la adolescencia -cohesiva- y la madurez -individual-: "Los 26 años -entiéndase claro está con holgura esa cifra- es el momento más esencial de partida para el individuo. Hasta entonces viven grupo y del grupo. La adolescencia es cohesiva, pero en esa jornada del curso vital, el individuo parte hacia su exclusivo destino, que es en su raíz, solitario"

28.5.19

Al hilo de la Inteligencia Artificial

Leo por ahí una reflexión de Ortega, pronunciada en el verano de 1933: “Uno de los temas que en los próximos años se va a debatir con mayor brío es el sentido, ventajas, daños y límites de la técnica” 
Y lo dijo cuando aún no había ni bomba atómica, ni vuelos espaciales, ni Internet... 

22.2.19

Ideas, creencias y preámbulos


Maravillosa reflexión en la Revista de Occidente de enero -voy con meses de retraso- de Benigno Pendás sobre los preámbulos constitucionales. Y este párrafo, tan atinado, sobre las ideas y las creencias. 

A disfrutarlo:

"Los Preámbulos y documentos análogos expresan ideas que pretenden convertirse en creencias. Son de sobra conocidos ambos conceptos en el sentido orteguiano. Pero siempre es oportuno en Revista de Occidente escuchar al maestro. Las ideas se tienen; en las creencias se está. Aquéllas «las producimos, las sostenemos, las discutimos, las propagamos, combatimos en su pro y hasta somos capaces de morir por ellas». Éstas, en cambio, «nos tienen y sostienen a nosotros», nos permiten «esclarecer la vida desde su subsuelo, son la tierra firme sobre la que nos afanamos». En definitiva, la vida es quehacer, forjado –diría yo en términos aprendidos de Ortega– sobre ese haz de creencias que tejen una malla sobre nuestra forma de ver el mundo. Atrapados en el fondo de la cueva platónica, somos prisioneros satisfechos con nuestra suerte y expulsamos a quien pretende enseñarnos verdades incómodas"

17.11.17

Ortega y el periodismo

Me pongo con el número de noviembre de la Revista de Occidente. Me asalta esta reflexión de Ortega sobre la prensa, en un breve ensayo sobre el centenario de El Sol que se puede consultar en la web. Un periódico, -decía el maestro- es un creador o educador de opinión, no un siervo de ella".

Igualito que los medios de comunicación de ahora. Pero igualito...

24.3.16

Cultura en transición (I)

Rrematé las más de setecientas páginas de El cura y los mandarines, la historia de la cultural y de la política  en España desde 1962 hasta la llegada al poder de Aznar en 1996. Nunca me resulta fácil escribir sobre Gregorio Morán, y el desocupado lector que siga esta columna con regularidad lo habrá observado. Es un autor denso, con muchas aristas, irregular. Brillante, pero irregular. Con mucha bilis y mucha documentación. Y con una extraña manía por llamar de manera continua hispanos a los españoles, por cierto.

Este libro podría ser algo así como la continuación de El maestro en el erial, un ensayo que Gregorio Morán publicó hace años sobre la cultura en los primeros años de la dictadura, con la excusa de la vuelta de Ortega y Gasset del exilio en 1945. Si aquel libro se detenía en 1955, este principia en 1962, un año, sostiene Morán, metáfora de un mundo en transición: la solicitud de entrada en Europa en febrerola boda del príncipe en mayo, el contubernio de Múnich en junio, la detención de Grimau en noviembre, o la defecación que un oscuro nacionalista vasco, de apellido Krutwig, realizó en forma de Vasconia...

Espero tener tiempo para comentar en detalle, porque el libro tiene mucho de lo que hablar...

26.4.14

La gente del 14

Terminamos de almorzar. Es viernes, es primavera y es Madrid. Nos acercamos a ver a nuestros amigos de la generación del 14 a la Biblioteca Nacional. Nada menos. La única gente de la que puedo sentirme cerca en gran parte del siglo XX. No hay más. 

La exposición está bien organizada; las voces, los matices, los discursos. Un país que caminaba despacio hacia la modernidad, la mejor ruta posible. Fue quizá el último intento de entender que el futuro pasaba por articular una sociedad con modelos europeos, con economía de mercado, sociedad civil, educación y democracia. Fracasaron. Sin estridencias, pero fracasaron. España no era un país africano y estaba bien encaminado. Pero no fue posible y el país ese precipitó, pocos años después, a una aterradora guerra civil. La culpa, como tantas otras veces, fue en gran parte de una élite política enloquecida: una parte de la derecha se escoró hacia posturas autoritarias y utópicas y una parte de la izquierda se escoró hacia posturas utópicas y autoritarias. En el medio quedamos los de siempre, cuatro romanos y cinco cartagineses, que hubiera escrito Lorca. Los que pensaban que el otro puede tener razón y que la sociedad se construye desde el acuerdo y el respeto. Los que asumimos, con los años, que en las sociedades complejas las formas son casi tan importantes como el fondo...

Buena exposición...