Me
fuerzo a leer libros cuyo contenido intuyo desagradable. No quiero convertirme
en un sectario, en alguien que sólo lee de los suyos, si es que tengo “los
míos”, claro. El caso es que me
regalaron un dizque
ensayo sobre los anti-intelectuales
de la derecha en España. El libro es muy flojo, pero he hecho el
esfuerzo de leerlo hasta el final. Un tal Mario Martín. El libro es todo brocha
gorda. Supongo que sobre un texto largo sobre Giménez
Caballero alguien lo debió de convencer para que llegara
hasta Jiménez
Losantos y así venderlo mejor. Pero no quiero ser injusto y no quiero ser panfletario.
Hoy no. Quiero explicar los motivos de porqué me parece uno esos libros tan
caros a la izquierda española, hechos de brocha gorda y pintura negra.
Es
un libro poco claro; el autor trabaja conceptos como reaccionario, derecha, izquierda, liberal, que significan exactamente lo que él quiere, ya que en
ningún momento se preocupa de explicarlo al lector. Además, son términos que aparecen
por el libro cargados con connotaciones positivas o negativas. Un caso claro es
la propia definición de intelectual. Para el autor Aron no lo fue, Camus por
poco, pero todos los de la izquierda sí. Esa máquina de expedir carnés que
habita dentro de cualquier izquierda española: Vázquez Montalbán sí que era un
intelectual y Moradiellos “un historiador
serio”, no como estos cafres de la derecha… en fin.
Es
un libro tramposo. Cuando uno analiza la vida de un autor, o de un personaje
público, es muy fácil, rebuscando en sus obras, hacerle decir lo que nosotros
queramos. Que Giménez Caballero era un botarate
es una cosa bien sabida a estas alturas. De ahí a considerar que todo lo que no
haya sido izquierda en España no ha tenido ni cerebro ni inteligencia, media un
abismo. Lo mismo que la izquierda acusa de Moa
de hacer con Largo Caballero, lo hace este autor con los intelectuales que no
son de su gusto: rebusco entre los discursos y me llevo, tranquilamente, el
agua a mi molino.
Es
un libro hecho a retazos. No se entiende bien uno de los capítulos, dedicado a
analizar, sin que venga a cuento, la depuración en las universidades (páginas
172 y siguientes) durante la guerra… por parte de los golpistas. Cuando uno
cuenta media verdad, no es honrado. Ese capítulo no viene a cuento, o si viene,
uno debería contarlo todo. También hubo profesores y maestros, sobre todo
religiosos, asesinados en el bando republicano. Pero sobre estos, ni una
palabra.
Para
el autor, el éxito comercial es incompatible con el intelectual en España. Los
de derechas son una pandilla de artistillas que tienen el favor del público, y
por eso no son intelectuales. Así de claro.
No
me quiero extender mucho, pero no quiero dejar de señalar, para acabar, que las
descalificaciones ad hominen son
peligrosas. A mí me
encantó el libro de Marco sobre Giner, pero este se lo
carga con que el autor es simplemente un “periodista
de derechas”. En fin, mucha brocha gorda (ni Aznar es vallisoletano, ni
supongo que Goytisolo detentó
nunca nada) y poco análisis serio.
Un
libro fallido.
Qué
cosas se editan en España…
PS:
Contamos con la superioridad de la mitología, porque en esta parte del mundo la
mitología suple a la historia; aquí los relatos familiares gozan de mayor
importancia y credibilidad que los libros de texto. Aquí, en cierto modo, la
historia no es más que una variante de la mitología.