Hablamos de porcentajes. Hablamos, también, de ingresos de las Comunidades Autónomas para el año 2005. La fuente, el MAP.
Andalucía; únicamente el 21% de sus ingresos procede de impuestos sobre los que tiene capacidad normativa, a lo que hay que sumar un 17,3% que procede de impuestos sobre lo que el gobierno regional no tiene capacidad normativa. En fin, por si no queda claro, el 48,8% del presupuesto de la Junta se mantiene sobre la base de transferencias corrientes, ya sean del Estado o de la Unión.
En Aragón el porcentaje de transferencias corrientes baja justo diez puntos (al 38,8%), y en Baleares baja hasta situarse en poco más del 3% de sus ingresos. Las regiones más grandes o más pobres (en Castilla y León el porcentaje de transferencias corrientes es del 46,1%) son las que más dinero reciben de transferencias, mientras que las más ricas, son las que menos reciben.
Por eso, en Cataluña la cifra de transferencias corrientes representa el 24,9%, ya que el 62,1% de sus ingresos vienen vía impuestos. En Madrid, los datos son aún más reveladores, el 87% de sus ingresos vienen vía impuestos, mientras que sólo reciben, de transferencias corrientes, el 4% del total de sus ingresos. Hasta ahora era lo normal. Como el nivel de vida es superior, reciben menos de otras partes del territorio. Con el nuevo Estatuto de Cataluña, la consigna es "hasta ahí podíamos llegar". Con dos cojones.
Pero vayamos más allá. Entre 2002 y 2004, en Cataluña el incremento en Capítulo I, gastos de personal, ha sido del 9,2%. Lo más espectacular del incremento están en el Capítulo VIII, variación de activos financieros, que crece en esos dos años un 69%, debido, básicamente, a aportaciones para adquirir capital en la Corporación Catalana de Radio y Televisión.
Corlario: En la Comunidad de Madrid el gasto en I+D en porcentaje del PIB es del 1,9%, frente a un 1,27% en Cataluña.
- En fin, estos no dan más de sí. "Si guanya Catalunya, no guanya el PP". Los socialistas catalanes son tan catalanes y tienen tanto que proponer que llevan años sin hacer una campaña en la que no hablen del pepé. Supongo que es sólo una metáfora de su impotencia como partido. Ir echando poco a poco al pepé de la escena política. Irle negando legitimidad democrática. Como buenos fascistas, ellos son Cataluña.
El votante catalán del pepé no es catalán.
En el mejor de los casos es un paria.
En el peor, un enemigo del pueblo.
Re-pug-nan-te.