29.5.20
Sobre la libertad de expresión
27.5.20
La violencia como condición
Sinólogo al habla
26.5.20
Íñigo y los españolazos
25.5.20
Civilizaciones al naufragio
- Hay que recordar que el levante estuvo lleno de identidades multiétnicas hasta bien entrado el siglo XX.
- Hay que recordar que el Egipto pre-Nasser fue un país plural como nunca lo ha vuelto a ser.
- Hay que recordar que el marxismo fue una vía modernizadora del mundo árabe, de ahí la importancia de los partidos comunistas y sus derivadas en países como Afganistán, Yemen, Siria y muchos otros lugares. No hay más que recordar, en fin y hablando de modernización, las risas que se echaba el propio Nasser a cuenta de los hermanos musulmanes.
- Hay que recordar, nos señala el autor, que la derrota de 1967 de Egipto marcó el inicio del fin para el mundo árabe más o menos laico, un final sellado en 1979 con la llega de los clérigo al poder en Teherán.
24.5.20
¿Y si todo esto acabara?
23.5.20
Previsión
22.5.20
Ayudas de Estado y gobierno de oxímoron
21.5.20
El trancazo
20.5.20
De Calomarde y Del Molino
Me puse con el Calomarde, de Sergio del Molino. Al autor lo tengo por interesante, pero irregular: me gustó mucho el de La mirada de los peces y me aburrió un poco el tono de arbitrismo que exhuma La España vacía.
Este libro -me temo- confirma mi diagnóstico. Escribe bien, y eso siempre es de agradecer, pero el autor respira un aire -intelectualmente- viciado. Me explico: toda la biografía de Calomarde respira el aire rancio de los fracasólogos españoles. Todo estaba mal. Da igual lo que diga la historia. Todo estaba mal, y punto. La España de la segunda mitad del XVIII, un Imperio ultramarino y de escala mundial que pagaba funcionarios en Florida, Tierra de Fuego, Manila y Cádiz era un mundo en el que "casi no había ni Estado" (página 16), así, con dos cojones. No es una imagen aislada. La Administración a la que entra Calomarde en el último tercio del siglo es la de un Estado que, para el autor "no sabía ni por donde empezar a organizarse", con una "red densísima de instituciones medievales dirigidas por nobles seniles" (¿?).
El autor le atiza a todo. También la Universidad de Zaragoza era en aquella época "una institución decadente y escolástica donde catedráticos somnolientos recitaban latines". Las tasas de analfabetismo en nuestro país son para el autor "infames hasta bien entrado el siglo XX" (página 74), pero son infamemente parecidas en la época a las de Francia o muchos de los principados alemanes. Sin contexto la información no sirve, cosa que a muchos fracasólogos les da igual..
En fin, y por no ser muy exhaustivo: ni la revuelta de los agraviados fue una revuelta independentista (como afirmar sin rubor en la página 81) ni los malcontents querían iniciar un procés estelada en mano. Tampoco Madrid era un "poblachón triste y acomplejado", por más que el autor lo haya leído por ahí. No era París, claro que no lo era, pero por cierto que el París de la segunda década del siglo XX, el París previo a las reformas de Haussmann a mediados de siglo era también un poblachón de cojones: sucio y lleno de recovecos, por cierto.
Quizá uno de los problemas estructurales del libro es que el autor ha leído, como le ha pasado a tantos, a Galdós como si fuera un historiador. No, no lo era. No era su intención. Galdós era un novelista liberal y sus maravillosos Episodios son un resumen de la cosmosvisión que que los liberales tenían a finales del siglo de la historia de esa centuria. Nada menos. Pero nada más.
Lo más positivo del libro, un libro que insisto que se lee bien, es la visión de Calomarde como un outisder, como un hombre entre dos mundos que no fue aceptado del todo por ninguno de ellos. El hombre del campo que llega a la ciudad y al que la ciudad nunca deja de recordarle su origen. Interesante también la historia que nos cuenta de Ángel exterminador, tan desconocida hoy en nuestro país. Me quedo, en fin, con un regusto agridulce al terminar estas líneas. No quiero desanimarle a leer el libro, lector. Está bien escrito y se lee con gusto. Aunque discrepo del fondo de su tesis, no quiero dejar de reconocer el esfuerzo de síntesis del autor.
19.5.20
Literatura para estos tiempos: lo que va de Cánovas a Sabino
"El nacionalismo vasco nace de la
mano de Sabino Arana asumiendo la lógica del Estado nacional de finales del
siglo XIX que trataba de impulsar Cánovas para España. El nacionalismo vasco es
mimético al nacionalismo español de Cánovas y tiene sus mismos defectos. El
principal consiste en aferrarse sin matiz alguno al principio de soberanía,
principio que está en la base de la exigencia de lealtad exclusiva al Estado
nacional, a la nación en sentido pleno étnico-lingüístico. El principio de
soberanía, al igual que su derivada de la lealtad exclusiva, es un principio
antidemocrático porque niega el pluralismo y la heterogeneidad de la realidad
social, el derecho a la diferencia interna. Soberanía es un poder ilimitado,
indivisible, intransferible e incomunicado, tal y como lo estableció Jean Bodin
–Los seis libros de la República-, el teórico de la soberanía. El
principio de soberanía puede convertirse en algo democrático siempre que se
someta al imperio del derecho: sólo como voluntad constituida en derecho es
democrática la voluntad constituyente –en contra del reduccionismo típico de
todos los discursos nacionalistas, en concreto del vasco en todas sus
acepciones: Herriak du azken hitza (el pueblo tiene la última palabra). No: en democracia
como Estado de derecho la última palabra la tiene siempre el derecho. El
imperio del derecho implica el respeto a los derechos humanos que limitan el
poder soberano, y le arrebatan su soberanía"
18.5.20
Pinker y el COVID-19
17.5.20
Series y tal
16.5.20
Las derechas de Italia
Pues eso.
15.5.20
Íñigo - Ignacio y Guipúzcoa
Ya hemos hablado aquí alguna vez de esto, y de los históricos cañones del escudo guipuzcoano, laminados por el nacionalismo en plena campaña de terrorismo nacionalista en aquella tierra
14.5.20
Fukuyama, para estos días
13.5.20
Los científicos, y tal
12.5.20
Cosas en común
Pues eso.
11.5.20
Un verso para el horror
10.5.20
De Napoleón a Metternich (y II)
9.5.20
De Napoleón a Metternich (I)
8.5.20
La dictadura y los libros
7.5.20
A vueltas con el virus, que muta poco
Los virus, ya saben: na mala noticia envuelta en una proteína...
6.5.20
El catarro como coronavirus
5.5.20
Presentaciones
4.5.20
Gigante industrial, no gigante de la ingenuidad
3.5.20
¿Qué significa leer?
Feliz domingo.