Cine infantil, qué cosas. Cada
vez que entra en casa, la ruinacha saluda a Dilbert y, si hace mucho calor para bajar a la piscina, me
pide algo de cine. El otro día así, a lo tonto, nos tragamos dos pelis
infantiles. No sé cuánto hace que no veía una peli infantil completa. Principiamos
con Vicky el vikingo, nada que ver,
creo, con la serie de dibujos que yo recordaba de pequeño. Luego nos tragamos Scooby Doo. La
inocencia se basa en las percepciones binarias: los buenos son buenos y los
malos son malos. Uno se hace mayor y descubre que la vida está llena de
matices. Y uno termina de madurar cuando se da cuenta de que los matices llegan
hasta tal extremo que ni los buenos son siempre buenos ni los malos son siempre
malos. Es un viaje que empieza con Vicky, continúa con un lugar en el mundo y termina con The Wire. Supongo que la modernidad también era narrar
nuestros procesos a través de lo audiovisual.
La niña tira de mis ensoñaciones
para decirme que es hora de bajar a la piscina….
PS:
Fito me lo recuerda en el Ipod: “No es como el las "pelis" del
chico americano / donde el guapo es el bueno y los malos son muy malos
[…]”
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