1.11.13

Cuando ya nada importe

Algún día ninguno de nosotros estará ya aquí. No quedara nadie vivo de cuando se escribió esta entrada; no sé, quizá 2115 ó 2130. Ese día, cuando todos seamos ya materia de olvido. Cuando los amores que no fuimos capaces de plasmar, las vidas que nos resignamos a vivir o los miedos que nos atenazaron al despertar ya no importen a nadie. Cuando de todo lo que fuimos ya sólo quede, como dijo el poeta, "memoria de una piedra sepultada entre ortigas / sobre la cual el viento escapa a sus insomnios". Cuando, en fin, las dos vidas del Perdíu, la del siglo XIX y la del XXI se mezclen como en un relato de Borges. Ese día, digo, sin mayor importancia, alguien leerá que un sábado de octubre disfrutamos Toledo entre amigos, de la mano del Jesús. Y que aunque faltaban algunos, como Mi Coronel, hay pocas cosas más hermosas en la vida que disfrutar de la compañía de las buenas personas un sábado de otoño, con veinte grados de temperatura, y una ciudad mágica a la que volver a rendir culto. Somos lo que vivimos. Y somos la gente que nos acompaña en estos paseos...

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