22.3.10

Literatura de la buena

Acabé El Guardián entre el centeno. Un gran libro, vive dios. Siempre desdeñando a Salinger y no tenía ninguna razón. Me pasó de adolescente con Kennedy Toole y me pasó hasta este verano con Truman Capote. Soy un inculto. Y un esnob. No sé porqué digo que no me gusta la literatura norteamericana del XX cuando tres de sus obras cumbres me parecen magníficas. El guardián, un viaje iniciático; un adolescente por Nueva York. Un mundo en cambio, la salida de la infancia y la entrada, desagradable, en el mundo de los adultos, cuando uno descubre que la vida está llena de aristas, y que muchas de ellas son de afilado cristal. Y que cortan de cojones si te acercas demasiado a ellas. Cuando uno descubre que las cosas no son, en general, como nos las han contado. Cuando uno descubre, con Benedetti, que nuestros padres mintieron, y que eso es todo. La llegada, en fin a un mundo sin certezas.

En fin, El Perdíu fue adolescente, claro que lo fue.

Y también lo echaron de un colegio por mal estudiante.

¿Cómo no sentirse cerca de Holden Caulfield?.

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