A ver si los matones de Alsasua, tan chulos cuando van en manada y bien mamaos´, son tan valientes delante de un juez. Las amenazas que profirieron contra las dos parejas, además de la paliza posterior, son un delito de odio de manual. Algo así debían decían las juventudes Hitlerianas a los judíos en los pueblos alemanes a mediados de los años treinta...
Pelea de bar, dicen...
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