Me propuse rematar algunos de los libros que tengo ahí a medias, algunos desde hace años. Empecé por el maestro Juaristi, Los árboles portátiles.
Algunas perlas: El antisemitismo es el socialismo de los imbéciles (August Babel).
- Sobre el carácter antijudío del marxismo: El marxismo es antiburgués y, por tanto, antijudío, pues la burguesía no era para Marx sino el resultado de la judaidización del cristianismo. Desde entonces, "la sociedad burguesa engendra constantemente al judío de sus propias entrañas". Según Marx, la posibilidad de negociar con valores de cambio a gran escala judaizó el cristianismo y lo convirtió en sociedad burguesa [...] El verdadero dios de Israel, según Marx, es el dinero, que separa a los individuos al convertir en externas y económicamente cuantificables todas las relaciones sociales (nacionales, naturales morales y teóricas).
- Sobre los migrantes que llegan: Las comunidades inmigrantes instaladas pero aún no completamente asimiladas al país anfitrión sienten que la posterior inmigración masiva de gente de su misma cepa perjudica su imagen ante la población autóctona y dificulta su integración. Ni los judíos alemanes ni los “franceses israelitas” eran inmigrantes en sus propios países, pero intuyeron que la afluencia en masa de inmigrantes ostjuden agravaría considerablemente el antisemitismo autóctono. Y no se equivocaron.
- Y esto, magnífico: La memoria de la posteridad, como la mente de Dios, sólo admite arquetipos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario