10.4.12

Enhorabuena a los lorquinos

Esa sensación agridulce de despedir a un amigo. Cuando llegó aquí, en 2008, yo vivía otra vida. El Parador era el viejo Albergue, un sitio cutre que se estaba rehabilitando, mis veranos eran negociaciones y la vida una madrugada que no terminaba de despuntar. Nos hicimos amigos. Se tomó en serio su trabajo. Debe ser mi carácter luterano, o judío. Me gusta la gente que se toma en serio su trabajo. Y por ello cada día soporto menos a los caras que intentan escaquearse y que, a mayores, alardean de ello. Hace sólo cuatro años y cuando miro me cuesta reconocerme en aquel que fui. Un Parador en mitad del camino batiendo records de ocupación, con actividades todo el año. Era evidente que la Puebla era un lugar de entrada para él, no de llegada. Lo han ascendido. Y bien que me alegro. Por el camino, su esfuerzo y su profesionalidad le dieron la cuarta estrella, el primer hotel de esta tierra con esta categoría. Una cocina moderna, bien trabajada, sin perder las raíces de donde estamos. Un servicio excelente. Y, sobre todo, un amigo.

Enhorabuena lorquinos.

Suerte en la vida Juanjo.


PS: ya lo apuntó Claudio Rodríguez, hace muchos años “A veces, sin embargo, en estas tierras / floreció la amistad [...]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado perdíu:

En su post ensalza el caracter profesional de nuestro amigo...pero su valía personal es mucho mayor. Es generoso, en el más amplio sentido de la palabra, discreto,como pocos, divertido, buen conversador, pero sobre todo...muy amigo de sus amigos. Una pena que se aleje, al menos físicamente, de nosotros.

Buena suerte amigo.

El Coronel