Madrid
es entrar en una exposición y descubrir cosas por las que no habías preguntado.
El otro día en la Fundación Mapfre, sin ir más lejos. La exposición sobre Macchiaioli. Ni idea de quienes eran. Ni siquiera había
oído hablar de ellos. Nunca. Y yo que me tengo por una persona culta. Realismo
impresionista en la convulsa Italia de los años centrales del XIX. La pintura
que abandona el estudio y sale a la vida. Y a la política. Un fascinante
conjunto de pintores adelantados en cierta medida al impresionismo.
Me
acerqué también a ver la exposición sobre la España
contemporánea: fotografía, pintura y moda. Un retrato fascinante de lo que fuimos. Esas fotos. Aquella España.
Y, también, esas voces (Azaña, Largo Caballero, Franco…) por la radio. Mapas,
vestidos, modas. La finitud de lo que somos. La necesidad de aprovechar el
tiempo que tenemos.
Buenas
exposiciones, las de la Mapfre…
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