2.10.15

El precio

En otra vida, devoré un verano asturiano los dos volúmenes de las memorias de Mario Onaindía. Leer, es cierto, es conversar con los muertos. El gran Mario. Uno de los que supo evolucionar y abandonar su particular bucle melancólico. Siempre he sentido una gran simpatía por aquellos vascos de izquierda que hicieron un tránsito doloroso desde la locura de la juventud hasta la reconciliación de la madurez. Por aquellos que empezaron siendo héroes para acabar siendo heterodoxos y al final traidores

Ahora parece que hay una serie suya que Televisión Española no quiere estrenar, según leí el otro día en El País. No sé cual es el problema, pero creo que hay pocas trayectorias más ilustrativas que la de Onaindía para golpear al nacionalismo donde más le duele.  Y esta es una batalla, cultural, que hay que ganar. Y para ganarla, hay que lucharla. 




Espero no tardar en ver El precio de la libertad.

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