Manuel Castells escribía el otro día, palillo en la boca, mano en el bolsillo, en La Vanguardia, la crónica de un delirio. El deliro de cómo se ve el mundo desde el supremacismo catalán. El hellinero Castells anuncia a su pueblo que lo que él piensa sobre esta materia "No se trata de una afirmación ideológica,
sino de una constatación". No como lo vuestro, le falta añadir, condescendiente. Habla de la "conciencia política" de los ciudadanos de cada territorio, obviando que los nacionalistas en Galicia apenas suponen el 20% de la población y que en Cataluña al menos la mitad de la población no es nacionalista.
Para no aburrirle, vamos a ver los conceptos claves que en la deposición castelliana se asocian a lo que él denomina Estado español: "represión", "arbitrariedad", "tradición imperial" "ultraderecha valiente", "ocupación policial", "Goebbels" y "furibundos ataques".
Sociólogo, le dicen.
Perdonen que sonría...
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