No soy muy fan del género de la ciencia ficción, la verdad. No lo leí a la edad que corresponde y así me va. Pablo, el tecnocentrista, me mandó este episodio de extremo-centro y me lo puse en el coche. Un festival, la verdad. Un torrente de erudición -es imposible que se lo haya leído todo- y reflexiones brillantes, como corresponde a este sanabrés transterrado. La idea de estancamiento que nace con la crisis del 73 después de los años dorados origina la pérdida de centralidad del género. Esa idea de un futuro muy diferente y además en positivo que se quedó con nuestra infancia...
Le guste o no el género, no se lo pierda, lector.
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