Una de las cosas más fascinante de los paseos de la mi infancia son los bancales. El mi pueblo está construido en bancales, irregulares, pero bancales. Desde la mi casa hasta la plaza, cuando uno baja, tiene siempre una pared a su izquierda. Hace muchos años que me fijé. Es una forma inteligente de aprovechar el terreno...
Y en estas me topo con un artículo sobre Almedinilla un recinto amurallado en la Córdoba ibera. En el artículo hablan de esto "Lo escarpado de la orografía les obligó, además, a construir bancales donde ir asentando las construcciones. “Estas estructuras cumplían una cuádruple función arquitectónica: en primer lugar, permitían ganar espacio útil a la montaña; en segundo lugar, contenían los empujes que generaban las construcciones que se ubicaban en cada terraza; en tercer lugar, servían de calles para distribuir la circulación en el interior del poblado y, en último lugar, facilitaban la evacuación de las aguas sin generar escorrentías”
Era por eso, claro.
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