Ya se lo leí a Hughes hace unos meses. Éramos los cafés y ahora somos el fútbol. Como contaba ayer en La Vanguardia Jaoquín Luna, hay temas culturales que aún siguen siendo claramente nuestros:
"Solo el fútbol aguanta el orgullo de Europa
porque es la única industria –aunque sea del ocio, que mueve sus millones y
tiene una clientela universal– a la que ni chinos ni rusos ni norteamericanos
pueden plantar cara. Faltan muchos años para que el resto del mundo pueda
acoger un partido como el que anoche jugaron PSG y Bayern de Múnich, una
batalla épica en el Parque de los Príncipes, otro símbolo de la Vieja Europa."
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