8.9.15

Una de las claves

Ya lo he contado alguna vez. En algún sitio. Yo llegué a los estudios del nacionalismo después de devorarme el Auto de terminación. Allí empecé a aprender. Y allí empecé a ser, en estos temas, el que soy. No se puede combatir un nacionalismo desde otro. Todos son mentira. Y todos llevan dentro de sí el germen de la violencia. Una idea que se me quedó grabada en aquella época: las identidades personales, individuales o colectivas, están mejor protegidas en Estados democráticos compuestos que en Estados democráticos homogéneos. Un suponer: es más fácil ser sueco en Finlandia, que ruso en Estonia. Es mucho más sencillo ser gallego en España que ser español en una Galicia ceibe.  Como en el fondo era más sencillo ser croata en Yugoslavia hace treinta años que serlo en Serbia hoy.

Por eso me quedé fascinado con el párrafo de la carta del tal Mas a los pobres ciudadanos del Estado español.


"En este nuevo país que queremos se podrá vivir como español sin ningún problema, mientras que ahora es casi imposible ser catalán en el Estado español." 





Es una de las más peligrosas, y flagrantes, mentiras de su texto. Es mucho más fácil ser hoy catalán en esta España de lo que sería ser español en una hipotética Cataluña independiente. 

No hay comentarios: